martes, 27 de enero de 2015

"La muerte del fiscal Nisman forma parte de un proceso mundial"

Entrevista a Guillermo Almeyra editorialista internacional de La Jornada (México)

M.H.: Estamos en comunicación con Guillermo Almeyra, con quien nos habíamos comprometido a analizar la muerte del fiscal Nisman. ¿Qué reflexión le merece este hecho?
G.A.: Mucha gente prescinde del hecho que lo que sucede en Argentina forma parte de un proceso mucho más vasto, desde todo punto de vista, económico, político, social, que es el proceso mundial.
No se puede separar el caso del fiscal Nisman de lo que pasó en París con la masacre de Charlie Hebdo y todo el plan que está detrás de eso. Si en el caso de Charlie Hebdo había cosas rarísimas, en primer lugar los terroristas que iban con sus documentos a realizar un atentado, cuando uno de esos documentos decía que había estado 3 años preso y el otro estaba siendo buscado. Además, se olvidaron los documentos. Cosas rarísimas que no se pueden separar de esto.
Nisman fue llamado por alguien, suspendió sus vacaciones, dejó a su hija en el aeropuerto de Barajas y se vino como si hubiera un incendio, que le dijo que tenía que presentarse urgentemente en plenas vacaciones judiciales y paralelamente en medio de un gran escándalo, porque la prensa ya estaba hablando de que el Canciller no había participado en el repudio a los atentados en París.
Alguna razón hay, no hay que ser partidario de las grandes conspiraciones, pero no se puede dejar al margen ese hecho, hay que concatenar las cosas.
Nisman era un hombre, como él mismo confesó, ligado a la Embajada Norteamericana y al Mosaad indirectamente, además manipulado por un sector de los servicios de inteligencia a los cuales tardíamente el gobierno había desplazado, porque Stiusso estuvo desde 1976, durante toda la dictadura, Kirchner lo reafirmó y el gobierno de Cristina lo mantuvo. Hasta último momento han estado ahí, pero hay que ver el proceso internacional y no perder de vista que Argentina le puede ser útil a una provocación contra Irán, contra su alianza con Rusia y con China, punto clave del petróleo en Medio Oriente y, al mismo tiempo, que se pueden sacar de encima a un gobierno que tiene grandes problemas económicos, políticos y sociales, pero que no está desestabilizado.
Creo que la cosa es mucho más complicada de lo que aparece. ¿Por qué ahora hacen estallar este caso de una supuesta conspiración del gobierno de Cristina Fernández a favor de Irán?
M.H.: A mí me sorprendió que el vicepresidente de los Estados Unidos John Kerry aparezca junto a uno de los imputados por la justicia federal en la causa AMAI, Ali Akbar Velayati, en las negociaciones nucleares con Irán, en su condición de alto consejero para asuntos internacionales del líder supremo iraní Ali Khamenei. ¿Cómo se entiende esto?
G.A.: La llamada “pista iraní” no era la única, está la siria que nunca fue investigada a fondo porque Menem estaba muy ligado al gobierno del padre del actual presidente de ese país.
M.H.: Así es, fue uno de los que financió su campaña electoral. Alguna vez tuve la oportunidad de hablar con gente muy representativa de la comunidad siria en Argentina y estaban muy enojados, porque decían que Siria había apoyado financieramente al ex presidente Menem y el primer país que había visitado oficialmente fue Israel.
G.A.: Sí, además mandó tropas y apoyó la operación contra Irak, lo que deja clara la posición hacia Estados Unidos. Las famosas “relaciones carnales” de Menem con Estados Unidos.
M.H.: Por otro lado, hay que tener en cuenta el papel jugado por personajes como Beraja, ex presidente del Banco Mayo y de la DAIA, que ahora aparece en el juicio por encubrimiento de las investigaciones que tenía que comenzar en estos días y producto de esta situación probablemente se postergue una vez más.
G.A.: Yo creo que en eso tiene razón la presidenta cuando afirma que están ocultando y desviando, lanzando falsas pistas dentro de un plan que es mundial. La ultra derecha de este país se da cuenta, se puede ver en el cacerolazo de ayer y en los diarios, ellos mismos ligan el caso de Charlie Hebdo y dicen “Je suis Nisman”.
Otros ocultan esa vinculación pero la usaron en su momento diciendo que el gobierno se había negado a condenar el atentado en París, Lanata fue más lejos y dijo que no les molestó tanto, sugiriendo que estaban de acuerdo con el atentado, es trágico.
Hay una situación sumamente complicada, poco a poco van a aparecer los hilos porque el gobierno para defenderse va a tener que sacar alguna cosa, ya aceptaron quitarles el secreto a los espías de la SIDE, aunque por ahora estamos en una confusión que manos interesadas están aumentando a diario para evitar que se llegue a alguna conclusión inmediata.
M.H.: De una causa que lleva 20 largos años.
G.A.: Y que quieren que dure un poco más, generando un clímax creciente, no solamente porque estamos en un proceso electoral, sino porque también a nivel mundial hay una utilización brutal del atentado contra Charlie Hebdo.
M.H.: He visto que ha mejorado mucho la imagen política del presidente Hollande.
G.A.: Y del fascista Ministro del Interior Manuel Valls, uno sumó 10 puntos y el otro 9 en popularidad. ¿De dónde viene esa intención de voto? De los que antes iban a votar por Le Pen.
M.H.: Al respecto del caso de Charlie Hebdo, hubo manifestaciones en Níger donde se quemaron más de diez iglesias católicas a modo de respuesta.
G.A.: Es una espiral de violencia, si hay racismo de un lado, del otro lado le responden con más racismo y no se detiene más. El que siembra viento recoge tempestades. El gobierno francés puede negarlo, llamarse republicano, pero Francia no es la República de Robespierre, es la República que asesinó a los comuneros, es la República que participó de varias guerras mundiales, es la República de los que apoyaron a Petain y que preferían apoyar a Hitler a tener un gobierno de izquierda. En Francia hay un sector derechista, reaccionario, racista, antijudío, antiárabe y antiafricano desde siempre. Ha sido históricamente un país colonialista. Entonces, hay un odio que provoca más odio y atentados.
Aunque no sea anticapitalista, Syriza es peligroso para el capitalismo europeo
M.H.: Guillermo vamos a corrernos un poco de este tema. Estamos a días de la definición electoral en Grecia. ¿Cómo analiza el panorama?
G.A.: Syriza me parece una buena respuesta, así como lo es el desarrollo de Podemos en España, a la crisis provocada por la política de Merkel y el capitalismo financiero en Europa. Creo que la primera mayoría la va a ganar Syriza, lo que se está discutiendo ahora es si esa mayoría llegará a ser absoluta y logrará gobernar por sí misma o deberá depender de una alianza con otros partidos, en particular el que le resultaría más posible sería To Potami, que es de centro izquierda, porque con el Partido Comunista o con Antarsia, que son partidos de extrema izquierda, no podría hacerlo ya que son muy sectarios.
Entonces hay una situación difícil, donde Syriza está tratando de convencer a los sectores más conservadores, en parte porque en el 2009 tenía el 4% y ahora puede ganar con el 35%, sumó votos que eran del Pasok y votos que eran de centro. Ofrece una política del tipo de la que ofrecía el padre de Giorgios Papandreu, Andrea Papandreu, durante el primer gobierno del Pasok de izquierda socialdemócrata.
Ese gobierno, que va a contar con el apoyo de toda la izquierda europea, es un peligro para la gran finanza, porque aunque está dispuesto a permanecer en el euro, a pagar la deuda, aunque no va a nacionalizar la banca, puede iniciar una política que sostenga al mercado interno, una política asistencialista, bajo un modelo similar al de Lula, quien inició una política social en el campo del capital. Esa política social en Grecia no puede funcionar sin el apoyo de la banca, y le va a costar a la banca, sobre todo porque es alemana. Se armará un lío tremendo en toda Europa que probablemente se extienda a España, y un triunfo de Syriza se comunique a un posible éxito de Podemos en un país más importante como es España. Para el capitalismo europeo es peligroso porque, aunque no son anticapitalistas, buscan reformas a favor de los trabajadores y de los sectores más pobres.
M.H.: ¿La agrupación que gana un Estado alemán, Die Linke, expresa un fenómeno como el que estamos analizando en Grecia?
G.A.: En parte, porque Die Linke está formado por gente de la ex RDA y ex comunistas de la ex RDA, estalinistas, sectores de la socialdemocracia que rompieron cuando se volcaron al liberalismo, sectores cristianos y otros que antes apoyaban a los Verdes cuando eran mucho más izquierdistas. Tiene una política en general bastante conciliadora con el gran capital, ha hecho gobiernos de conciliación con los socialdemócratas, con gente que a su vez lo hacía con los demócratas cristianos de la Merkel. Pero recoge descontentos, en la medida en que la socialdemocracia alemana, abandonando todo su pasado, al extremo de irse de la Internacional Socialista, porque considera que es muy reformista, a pesar de ser procapitalista. En la medida que la socialdemocracia alemana se va demasiado hacia la derecha, queda un espacio y es llenado por este movimiento donde hay de todo, hasta dirigentes sindicales.
M.H.: Para terminar, quisiera saber si tiene alguna reflexión sobre el paso del economista francés Thomas Piketty por nuestro país el pasado fin de semana, habiendo sido recibido por la Presidenta de la Nación, el Ministro de Economía y el Presidente del Banco Central.
G.A.: Es interesante porque Thomas Piketty nunca pescó lo esencial en Marx, aunque diga que es muy actual. En este momento lo que propone es una política como la de Podemos o Syriza que es la del llamado eurocomunismo que existía en la época de Berlinguer y Carrillo, no es ninguna novedad, es una política bastante conciliadora, pero que en estos momentos para el gran capital es inaceptable porque se corrió todo tan a la derecha que quedó a la extrema izquierda una política que no lo era originalmente. Piketty propone eso, lo importante es que el gobierno lo reciba.
Aunque su idea no es la de Marx, porque cree que es la herencia, que es la distribución lo que está manteniendo al capital, no la explotación, no la dominación, ni todo lo que conduce a la lucha y era lo esencial en Marx. Marx era no solo un economista sino fundamentalmente un militante que discutía de economía para llegar a una mejor conclusión y un mejor análisis para combatir al capitalismo y superarlo. Piketty no lo ve así. Pero el hecho es que reciben a una persona que plantea la vigencia de Marx y propone una política como la de Syriza y Podemos que en Europa es mala palabra.

Mario Hernandez

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