El eclesiástico Alessandro De Rossi se encuentra en Roma, donde fue detenido por pedido de un fiscal de Salta. De Rossi estuvo en una parroquia salteña entre 2008 y 2013, cuando regresó a Roma. Un adolescente lo denunció por abuso sexual.
El año 2014 terminó muy mal para el cura italiano Alessandro De Rossi, de 46 años, quien el 31 de diciembre fue detenido en Roma, por pedido de un juez de la provincia de Salta, en una causa caratulada “abuso sexual agravado”. De Rossi estuvo cumpliendo funciones eclesiásticas, durante cinco años, en la vicaría María Medianera de Todas las Gracias, en el barrio Islas Malvinas, en la capital salteña. En febrero del año pasado, cuando De Rossi ya había regresado a su país de origen, un adolescente salteño lo denunció ante la Justicia local por “abuso sexual”. El denunciante se presentó como víctima y aseguró que otros jóvenes también habrían sido abusados por el sacerdote italiano. El pedido de captura internacional fue dictado por el juez salteño Diego Rodríguez Pipino, por pedido del fiscal de la causa, Pablo Paz, quien habría reunido “prueba suficiente” como para justificar la acusación, según dijeron a Página/12 fuentes judiciales de la capital salteña.
La noticia sobre la detención de De Rossi, a cargo de Interpol, se conoció ayer a través del sitio Roma Capitale y fue confirmada luego por voceros de la Justicia salteña. Las fuentes judiciales comentaron que poco antes de que De Rossi partiera de regreso a su país se produjo un incidente en la parroquia donde realizaba su misión eclesiástica. “El sacerdote fue atacado a golpes que le produjeron lesiones y que, en su momento, se pensó que habían sido obra de chicos con problemas de drogadicción, que son asistidos en la sede parroquial de Islas Malvinas”, explicaron las fuentes consultadas por este diario.
En la investigación realizada en Salta, durante buena parte del año pasado, por el fiscal Pablo Paz, además del testimonio del denunciante se hicieron varios procedimientos, uno de ellos en la parroquia, donde se encontró material rescatado del disco duro de una computadora. Con ese material se habría confirmado que De Rossi mantenía contactos vía Internet no sólo con el joven que lo denunció sino con otros chicos. El fiscal Paz consideraba que la prueba reunida “es importante”. También se hicieron procedimientos en varias viviendas particulares. Por el momento no hay confirmación sobre el posible número de víctimas.
Los últimos operativos en Salta se hicieron entre la noche del martes 23 de diciembre y la madrugada del 24, en vísperas de la Nochebuena. El juez salteño pidió la captura internacional a través de la Cancillería argentina, Gendarmería Nacional, Policía Federal, Policía de Seguridad Aeroportuaria y por medio de Interpol. De Rossi, que estuvo en Salta entre 2008 y 2013, fue detenido en la parroquia romana de San Luigi. El caso provoca conmoción en la capital salteña, sobre todo en la feligresía que concurría a la parroquia del barrio Islas Malvinas.
La detención del cura era considerada como “una difícil tarea”, motivo por el cual el juez Pipino, poco antes del inicio de la feria judicial de verano, solicitó la intervención del cuerpo diplomático de la Cancillería. Las fuentes judiciales salteñas habían anticipado que “conseguir una extradición es un proceso que generalmente tarda mucho y no siempre es exitoso”. La detención ya se produjo y ahora dará comienzo un largo camino que depende del análisis que haga la Justicia italiana del cúmulo de pruebas reunido en la causa investigada por el fiscal Paz.
El impacto de la detención de De Rossi se notó ayer en la sede del Arzobispado de Salta, que todavía no se ha pronunciado sobre el tema. Ante la consulta de los medios locales, una fuente del Arzobispado señaló que tiene que transcurrir “un poco más de tiempo” antes de que alguna autoridad hable sobre el caso. Las autoridades del clero salteño ya abrieron un sumario interno de cuyo resultado surgirán las medidas que se dispondrán respecto del sacerdote involucrado. Hasta hace unos días la Justicia de Salta no le había pedido ninguna información al Obispado. De todos modos, se sabe que la información que puedan obtener y aportar las autoridades religiosas puede ser de vital importancia para el futuro de la investigación.
En noviembre de 2013, la Justicia de Italia negó la extradición del sacerdote Franco Reverberi Boschi, imputado como “partícipe secundario del delito de tormentos” en una causa por delitos de lesa humanidad que se tramitó en Mendoza. A pesar de la negativa de los jueces, Reverberi sólo puede desplazarse libremente por Italia. De intentar salir de su país, sería inmediatamente detenido porque la orden de captura internacional sigue vigente en el resto del mundo. Lo mismo podría ocurrir con De Rossi. La situación planteada con De Rossi provocó sorpresa en la feligresía de Islas Malvinas. Jóvenes que asistieron a distintas actividades programadas con De Rossi, vecinas del barrio y algunos comerciantes, además de manifestarse “sorprendidos”, en principio dijeron tener dudas sobre la veracidad de la denuncia. La vicaría tiene un lugar denominado la Juegoteca, instalada allí por el cura imputado. Algunos de los jóvenes aseguraron, a la prensa salteña, que “nunca notaron nada raro”.
A la Juegoteca concurrían niños de 4 años, hasta adolescentes de 15 o 16 años. En el barrio, los vecinos consideran que De Rossi “le dio mucho” a la comunidad, a través de las donaciones que conseguía y que eran ofrecidas en el comedor que funcionaba en la vicaría. Al comedor asistían cerca de 200 chicos por día. También se construyó un polideportivo que era muy concurrido por los pibes de la zona.
Sobre la golpiza que le dieron a De Rossi poco antes de viajar hacia Roma, los vecinos y los jóvenes que concurren a la sede eclesiástica creen que se trató de un robo, durante el cual al cura le pegaron “varios garrotazos”. Otra versión insinúa que podría haberse tratado de una agresión por parte de alguno de los chicos supuestamente abusados. Algunos vecinos comentaron, incluso, que cuando estaba De Rossi “había mucha más gente en las misas”.
Carlos Rodríguez
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