Los anuncios del gobierno de establecer una nueva negociación con los fondos buitres, se dieron en simultáneo con la publicación del Indec sobre los datos de empleo. Su informe confirma el deterioro en el mercado de trabajo en sintonía con los datos publicados por el Ministerio de Trabajo de la Nación hace una semana.
Una primera imagen de la situación laboral en el país arroja que la población económica activa (PEA), es decir las personas que tienen una ocupación o que sin tenerla la están buscando activamente, alcanza a 11.884.000 personas. Entre ellos quienes tienen empleo son 10.994.000 y los desocupados llegan a 890.000 personas que buscan trabajo. Así es que la tasa de actividad -que mide la relación entre la PEA y la Población Total, es del 44,8%, y la tasa de empleo (cantidad de empleados/PEA) se ubicó en 41,4%. En términos interanuales ambas bajaron 1,7%. Es de destacar que si la tasa de actividad no hubiera caída, la tasa de empleo habría disminuido más. Si se proyecta estas tasas sobre la población activa del país, 1.343.000 personas están desocupadas y 1.681.000 subocupadas.
Con la economía en estancamiento o recesión -según la fuente informativa que se tome-, se observa un marcado deterioro de la situación laboral de los trabajadores en todo el país. El desempleo tuvo una suba del 0,3% en términos interanuales (32.000 personas más buscando empleo) y se ubica en un 7,5% durante el segundo trimestre del año. Asimismo, se redujo el número de personas que trabajan menos de 35hs semanales, considerados subocupados , que pasaron del 9,7% al 9,4% interanual. En este resultado se combina una leve suba del 0,1% -interanual- de los subocupados que buscan trabajo -porque con el que tienen no les alcanza para vivir-.
Este cuadro indica que no sólo sube el número de personas que pierde el empleo y sale a buscar; sino que también hay un deterioro de la “calidad” del empleo. Hay un crecimiento de quienes trabajan menos de 35hs semanales y entre ellos de quienes buscan más trabajo.
Salta a la vista, además, al contrario de lo que se intentaba mostrar desde el gobierno, que la desmejora en el empleo no comenzó este año. Según eI propio INDEC, en la evolución de los indicadores se observa un pico máximo en la tasa de actividad y de empleo en el segundo trimestre del 2013, con valores de 46,5% y 43,1% respectivamente; y a partir de ese momento comienza una caída sistemática de ambos. Como contrapartida, la tasa de desocupación y de subocupación, tuvo un mínimo en el 4to trimestre de 2013 con valores de 6,4% y 7,8% respectivamente; y desde ese momento las tasas de desempleo y subocupación tienen una suba sistemática. El ajuste no se inició con la devaluación que el gobierno pretende que tuvo que hacer “forzado”, sino que viene de antes.
Por último, según las regiones, en GBA-Ciudad de Bs. As. y Pampeana, el desempleo se ubica en 7,7% y 8,9% respectivamente, superando la media del 7,5% de los 31 aglomerados urbanos. Por debajo se ubica Patagónica (6,7%), Noroeste (6,5%), Cuyo (5%) y Noreste (3,3%).
Tal como analizamos acá, si bien los despidos y suspensiones, no alcanza aún los niveles críticos de 2009, cuando se perdieron más de 300 mil puestos; no obstante, una economía que marcha hacia atrás y una incierta negociación de la deuda en default, abren el juego a las patronales que ponen al empleo como variable de ajuste. El plan oficial combina maniobras para seguir pagando a los buitres, presión a las empresas con la "Ley de Abatecimiento", con una serie de planes (“PRO”) como el Repro o subsidios a quienes contraten nuevo personal de escaso poder de fuego si se profundizan los despidos. El gobierno se encuentra en una encrucijada que el mismo armó y con medidas cada vez más descontroladas, pretende frenar los efectos de las políticas “ortodoxas” que lanzó desde que profundizó el ajuste sobre el salario con las paritarias por debajo de la inflación, la devaluación y la suba de las tasas de interés, junto con el pago serial de la deuda y la fuga de millones de dólares que reeditan la crisis estructural de reservas (“restricción externa”). Los intentos de una política “anticíclica” poco pueden hacer por detener los efectos de una política oficial que “empalmó” con las tendencias recesivas que venían operando en la economía.
La respuesta a la defensa del empleo no viene desde arriba, sino por abajo, en la enorme resistencia de los trabajadores despedidos de LEAR y en la inmediata ocupación y puesta a producción por parte de los gráficos de la imprenta Donnelley, se encuentran muy buenos ejemplos de cómo pararle la manos a quienes quieren meter el ajuste sobre el pueblo trabajador.
Gastón Ramírez
Punto de Desequilibrio
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