sábado, 9 de agosto de 2014

“Gracias a la lucha Guido recuperó su identidad”



Entrevistamos a María Victoria Moyano Artigas, nieta restituida por Abuelas de Plaza de Mayo, e integrante del CeProDH.

¿Qué sentiste al enterarte de esta noticia?
Emoción, una enorme alegría recuperar a un hermano por la incansable lucha de las Abuelas. Cada vez que una abuela encuentra a su nieto, nieta, no hace más que reafirmar la necesidad de seguir luchando contra la impunidad y el juicio y castigo a los responsables. La restitución de la identidad de Guido es una muy buena noticia; nació en cautiverio en el Hospital Militar de Buenos Aires y luego de 35 años encontró su identidad.
María Victoria conoce a Estela Carlotto desde diciembre de 1987, cuando recupera su identidad por la lucha de Abuelas, fraguada luego de vivir apropiada con la familia de un importante jefe de la Bonaerense.
Y cuenta que “aunque con Estela no coincidimos políticamente, no puedo dejar de compartir su alegría por este hecho. Hoy mientras festejamos por la aparición de su nieto, yo siento más firme la decisión de seguir denunciando que este gobierno se negó a abrir los archivos de la dictadura, una actitud que también toma Alfonsín, Menem y la Alianza. Hace 31 años terminó la dictadura y pese a 11 años de un gobierno que se dice defensor de los derechos humanos, se niegan a darnos las nóminas de los que integraron los más de 600 centros clandestinos de detención donde estuvieron nuestros padres. No sólo eso, este gobierno defiende a personajes como Milani”.
María Victoria nació en el Pozo de Banfield, donde sus padres estuvieron detenidos desaparecidos y es entregada al hermano del jefe de la Brigada de San Justo de la Policía Bonaerense donde vivió hasta sus 8 años.
¿Cómo crees que debe continuar la búsqueda de los nietos?
Tenemos que exigir las nóminas de todos los que fueron parte de las maternidades clandestinas, todos los que asistieron a las mujeres secuestradas embarazadas, todos los que revistieron en los centros clandestinos. En cierto sentido Guido tuvo que encontrarse a sí mismo, tuvo que dudar de su identidad y hacer la denuncia en Abuelas y CONADI (Comisión Nacional por la Identidad), luego animarse a hacerse el examen de ADN y tener la suerte de que su muestra coincidiera con la muestra de su familia de origen. En el Banco Nacional de Datos Genéticos no están todas las muestras genéticas. El Estado que hizo desaparecer a nuestros padres es responsable de devolvernos la identidad y no lo hace. Para encontrar a los 400 nietos es insuficiente el planteo de ’sigan buscando, duden’. Por eso seguiremos luchando contra la impunidad y por el juicio y castigo a los milicos, empresarios y curas genocidas. Pero también contra esas mismas fuerzas represivas que hoy espían, infiltran y reprimen a los trabajadores; como la que sufrí junto a mis compañeros cuando acompañamos la lucha de los trabajadores de Lear. La Gendarmería al mando de Berni y la Bonaerense que desapareció a mis viejos y se apropió de mí, ahora me reprime por apoyar a los obreros.

LVO

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