La equivocada política sobre la deuda quedó nuevamente demostrada. A pesar de todos los ofrecimientos realizados, los fondos buitres no aceptaron la propuesta del gobierno de que se extendiera la medida cautelar, y la Argentina entró en un default selectivo.
Aunque el ministro Kicillof trató precariamente de explicar las consecuencias de esta negociación fallida, no pudo decir que es lo que va ocurrir de ahora en adelante. Reiteró la intención del gobierno de arreglar y pagar a los buitres, pero sobre la base de condiciones justas y equitativas, y de seguir negociando y escuchando.
Para lo que ingenuamente creen en las quitas del canje,reconoció que los canjes de deuda, significaron un 300% de ganancia a los bonistas, sin tomar en cuenta, lo que esa ganancia ha significado en detrimento del desarrollo del país y el crecimiento de la pobreza y la precariedad de los que menos tienen. Desde 1982 mi padre denunció lo que era el sistema de la deuda, y a su muerte, yo seguí adelante, presentando pruebas durante años de la mayor estafa de la historia argentina. Denuncié el canje del 2005, mostré hasta el cansancio la responsabilidad de los grupos empresarios nacionales y extranjeros que se enriquecieron, transfiriendo deudas ficticias a toda la comunidad argentina. Como ya lo indiqué le escribí a la Presidenta de la Nación, dándole un detalle de todas las pruebas acumuladas en las causas penales, que pudieran servirle para instrumentar un política distinta sobre la deuda. Nada sirvió cuando los gobiernos solo se escuchan a si mismos.
Hace años planteé que la única posibilidad de encarar el problema de la deuda es a través de una amplia auditoría para establecer la legalidad o no de las obligaciones, y enfrentar con decisión a los acreedores, mostrando la concertación de complicidades con organismos multilaterales, que condicionaron la economía del país durante décadas, pero los integrantes del “partido de la Deuda” tienen más posibilidades, descomunales recursos, y participan del festín de los acreedores que siempre ganan, y por supuesto, estas siempre parecieron propuestas delirantes.
Es inadmisible que el problema con estos buitres, que se arrastra desde hace años, se haya decidido enfrentar recién ahora después de una sentencia judicial confirmada por varias instancias, producto del sometimiento de la Argentina a otra jurisdicción y donde nunca se cuestionaron la legalidad de los bonos, sino que solo se plantearon argumentos coyunturales e ineficaces. Después de reiterar durante años que no se les iba a pagar un centavo, se intento negociar y se lo va a seguir haciendo, más allá de estos tropiezos ocasionales, porque existe la clara voluntad de pagar
Este selectivo default, ocasionado por los equivocados criterios de los que manejan la economía del país, preocupará seguramente a los especuladores del sistema, pero no va a traer las consecuencias apocalípticas que algunos sugieren.
Si el gobierno pretende seguir pagando como hasta ahora, y negociar como lo señaló el Ministro, no saldremos de la trampa de la deuda, y seguiremos dentro de su sistema. Si ejercemos nuestra soberanía más allá de los papeles y los discursos y se enfrenta el problema con decisión y sin ceder a las exigencias de los buitres, ni claudicar ante el sistema financiero que desde hace años usufructúa de las riquezas que produce nuestro pueblo, tendremos la posibilidad de acabar con esa dependencia perpetua, que en casi cuarenta años nadie se decidió a terminar.
Alejandro Olmos Gaona
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