sábado, 27 de abril de 2013
A 13 años del fallecimiento de Alejandro Olmos
En los legajos de la causa 14.467, nutridos por la ignominia de una estafa mayúscula se revela, al mismo tiempo, una vida entregada a la defensa de la Patria y el Pueblo. Hablamos del infatigable fiscal Alejandro Olmos.
Alejandro nació en Tucumán, el 1º de mayo de 1924. Allí, desarrollo sus primeros estudios, que lo condujeron a la Facultad de Derecho. Eran los años de la Década Infame y el estudiante universitario trabó relación con un coprovinciano peleador, e insobornable, justamente quien habría de otorgar ese rótulo a tal época de latrocinio y entrega: José Luis Torres.
En agosto de 1946 no obstante su adhesión al gobierno peronista y probando, desde el principio, su independencia de criterio, Olmos se moviliza junto a sus amigos del nacionalismo, presionando para que el Gobierno no adhiera, bajo la influencia norteamericana, a las Actas de Chapultepec.
Cuando las Actas son aprobadas por el Congreso nacional, con la oposición, entre otros, del diputado John Cooke, Alejandro Olmos, inicia una denuncia penal contra Perón y Atilio Bramuglia.
En 1955/56 Alejandro inicia entonces la experiencia de la clandestinidad, del combate desigual contra la represión despiadada.
A partir del 13 de noviembre, día en que aparece su periódico “Palabra Argentina”, se entrega con alma y vida a esa lucha, redoblando sus esfuerzos de todo tipo, desde conseguir el dinero hasta buscar la imprenta capaz de jugarse en la patriada, así como redactar la mayor parte de sus artículos con los cuales se enjuicia al gobierno de Aramburu y Rojas. Pero la reacción no tarda en contragolpear; los efectos son palpables… secuestro de la edición, persecución policial, allanamiento de su domicilio.
En el mundo político ya es conocido, pero rechaza toda posibilidad de obtener algún cargo rentado de manera estable. Su independencia es la joya más preciaday no la habrá de perder, ni debilitar, por compromiso alguno con nadie cercano al poder.
Su austeridad es ejemplo para su familia y así como sufrió la cárcel, sufrirá también estrechéses económicas, pero mantendrá siempre la plena libertad para levantar la voz, sin concesiones, frente a quienes saquean su patria.
Otras son sus preocupaciones ahora que se ha producido el golpe militar del 24 de marzo de 1976, cuando recrudece la represión, y cuando Martínez de Hoz pone en marcha, desde el ministerio de Economía un modelo de capitalismo financiero dependiente, centrado en el endeudamiento externo, la libertad de tasas, la apertura económica, las bicicletas financieras y la fuga de capitales.
Pertrechado de datos y pruebas suficientes, a mediados de 1982, este increíble Quijote aparece en el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo criminal y Correccional Federal nº 2, del Dr. Miguel Del Castillo, para presentar su denuncia contra José Alfredo Martínez de Hoz y demás responsables, con miras a producir un incalificable endeudamiento externo.
En 1990 publica su libro sobre la deuda externa argentina, titulado Todo lo que Usted quiso saber sobre la deuda externa, y siempre se lo ocultaron.
De esta manera y con su perseverante tarea de difusión, con escasísimos medios, concurre a instalar en la sociedad argentina el tema de la deuda externa como una de sus cuestiones más importantes. Aquello que Olmos había iniciado, en plena soledad, trece años atrás, alcanza repercusión y torna a constituirse en una de las preocupaciones de los argentinos en los debates políticos. En el verano del 2000, apesumbrado por la muerte de uno de sus hijos, Alejandro Olmos da su última batalla, esta vez contra el cáncer. En la noche del 24 de abril del 2000 muere en Buenos Aires.
La sentencia del Juicio de la deuda fue dada a conocer recién 80 días mas tarde: el 13 de Julio. Si bien los imputados quedaba sobreseídos por el transcurso del tiempo, la justicia reconocía como correctas las denuncias de Olmos y dada la gravedad del asunto transfería el expediente- después de 18 años – al Congreso de la Nación para que se informara y adoptara las medidas correspondientes.
Como decía Jauretche refriéndose a los luchadores nacionales que, como en este caso, “entren en todos los barullos, pero no en la lista de cobranza”, ellos están seguros” de ser los triunfadores, porque van a la lucha sabiendo que solo son eslabones”
Del libro de Norberto Galasso, De la Banca Baring Brother al FMI.
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