lunes, 1 de abril de 2013
El nuevo relato K: al genocidio se lo denomina "desencuentro entre los argentinos"
No vamos acá a detenernos en los porqué del giro discursivo de la Presidenta, si el mismo se aceleró por la entronización de Bergoglio y el pacto implícito de "reconciliación" con la siniestra curia romana o por otras razones que no vienen al caso en esta ocasión.
Pero lo que es un hecho es que el viernes CFK en su alocución, en lo que fuera el predio del centro clandestino de detención de la Fuerza Aérea en Morón, la Mansión Seré, disolvió de un plumazo todo el "relato" que el kirchnerismo construyó en materia de Derechos Humanos desde su asunción en mayo de 2003, como parte del operativo restaurador del un régimen vapuleado por la rebelión popular de diciembre de 2001.
Graciela y Magdalena
En primer lugar la jefa del gobierno nacional sorprendió con la lista de invitados al evento, y la reivindicación a la Conadep. Entre los primeros estaban Magdalena Ruiz Guiñazú y la impresentable ex ministra de De la Rúa, Graciela Fernández Meijide (GFM). Lo sorprendente no es sólo que se trata de dos conspicuas voceras del antikirchnerismo (la primera desde su ya tradicional programa matinal en radio Continental), sino que, y acá se cruza con lo segundo, ambas fueron miembros de la Conadep.
Vamos paso a paso. Ya que estamos en cuaresma y en vísperas del Domingo de Ramos, hablemos de "pecados". El más grande de GFM no fue su conocida participación del gobierno antipopular del despreciado Fernando De la Rúa, sino su implícito apoyo, en carácter de Presidenta de la APDH (Asamblea Permanente por los Derechos Humanos) a la ley de Obediencia Debida de Raúl Alfonsín (1987), aquella que prohibía a cualquier juez de la Nación juzgar a un militar o policía por secuestrar, torturar y asesinar durante la dictadura.
La Fernández Meijide, si se quiere, fue toda una adelantada a la panquequera en masa, ’borocotización’, ’transfuguismo’, venta al mejor postor o como se llame, que vimos desde la era K con personalidades como Hebe de Bonafini (para nombrar sólo una de cientos -o quizá miles-). Usufructuando la "autoridad" que le confería su carácter de mamá de un joven secuestrado y desaparecido por las FFAA en 1977, GFM fue una pieza muy importante en la "limpieza" que necesitaba la impunidad alfonsinista para dejar indemnes a las Fuerzas Armadas genocidas.
De Magdalena ya se ocuparon de hablar unos cuantos K, con Hebe de Bonafini a la cabeza. "Culpables de traición al pueblo", caratulaban al tándem al que pertenecía la paqueta Ruiz Guiñazú. (ver http://periodismoydictadura.blogspo...). (Nadie se extrañe que en los próximos días Hebe salga con una carta a "Doña Magdalena", planteándole que desconocía sus dotes democráticas...)
La Conadep reivindicada por CFK y rechazada por las Madres en 1984
Y ahora vayamos a la Conadep, ese engendro creado por Alfonsín —y rechazado tenazmente entonces por las Madres de Plaza de Mayo— a principios de 1984 como un ámbito para que los miles de familiares de detenidos-desaparecidos fueran a "denunciar" cómo el Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea, la Gendarmería, la Prefectura, la Policía Federal, las policías provinciales constituían patotas y violentando todo lo que se puede violentar secuestraban a sus presas para llevarlas a centros montados a tal efecto, para que sean torturados, bendecidos por curas, y "trasladados" hasta su destino final, la muerte. "Pequeño detalle": el decreto de creación de la Conadep impedía que a a partir de allí se pudiera juzgar a uno solo de los responsables de esos crímenes de lesa humanidad. Es por ello que se conoció el informe llamado "Nunca Mas" y un anexo con los nombres de los desaparecidos denunciados, pero nunca la nómina de los verdugos. Esa fue la política alfonsinista, una siembra que terminó en la ley de Obediencia Debida. El viernes Cristina reivindicó ese engendro, madre de la impunidad posterior.
El regreso K de la ’Teoría de los Dos Demonios’
El informe-libro "Nunca Más" fue prologado por el finado escritor Ernesto Sábato, en su carácter de presidente de la Conadep. Éste comenzaba con la siguiente frase, inaugural de la "teoría de los dos demonios" enfrentada de plano con la realidad del genocidio contrarrevolucionario que sufrimos. Allí Sábato empezaba diciendo: "Durante la década del 70 la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda...", para luego seguir con que a la "subversión" se la podía derrotar con otros métodos, como en Italia en los setenta.
Como parte constitutiva del nuevo relato kirchnerista, en 2006 la Secretaría de Derechos Humanos kirchnerista, a cargo de Eduardo Luis Duhalde, hizo un nuevo prólogo para las ediciones posteriores del "Nunca Más". En éste se decía: "Es preciso dejar claramente establecido(...) que es inaceptable pretender justificar el terrorismo de Estado como una suerte de juego de violencias contrapuestas como si fuera posible buscar una simetría justificatoria en la acción de particulares, frente al apartamiento de los fines propios de la Nación y del Estado que son irrenunciables. Por otra parte, el terrorismo de Estado fue desencadenado de manera masiva y sistemática por la Junta Militar a partir del 24 de marzo de 1976, cuando no existían desafíos estratégicos de seguridad para el statu quo, porque la guerrilla ya había sido derrotada militarmente. La dictadura se propuso imponer un sistema económico de tipo neoliberal y arrasar con las conquistas sociales de muchas décadas, que la resistencia popular impedía fueran conculcadas. (...) En la aplicación de estas políticas, con la finalidad de evitar el resurgimiento de los movimientos políticos y sociales la dictadura hizo desaparecer a 30.000 personas, conforme a la doctrina de la seguridad nacional, al servicio del privilegio y de intereses extranacionales. Disciplinar a la sociedad ahogando en sangre toda disidencia o contestación fue su propósito manifiesto. Obreros, dirigentes de comisiones internas de fábricas, sindicalistas, periodistas, abogados, psicólogos, profesores universitarios, docentes, estudiantes, niños, jóvenes, hombres y mujeres de todas las edades y estamentos sociales fueron su blanco." Aclaremos que no acordamos con el contenido de éste "relato", pero convengamos que es claramente a izquierda de la teoría alfonsinista de los "Dos Demonios" que hoy la señora Presidenta, doña Cristina Fernández de Kirchner, vuelve a reivindicar.
Un discurso para la historia
Frases del discurso de CFK:
Hablando de los genocidas, "personas feas": "El odio nos convierte también en personas feas, en personas que tal vez sufran sin darse cuenta, no se puede vivir con odio."
Víctimas y victimarios, como diría Minguito ’sé igual’: "’le decían ´’el vasco’, cuyo apellido era Astiz y es primo del otro Astiz que hoy está siendo juzgado. Digo esto para entender la tragedia que hemos vivido, familias donde había una víctima y del otro lado un victimario"
Gorilas, genocidas, torturados y morochas: "tenemos que entendernos": "Tati me dijo un día ’yo era una gorila terrible, Cristina, yo no entendía nada’. Su hijo desapareció en 1975 en el ex Instituto Geográfico Militar, hoy Instituto Geográfico Nacional y Tati, y Estela que está por ahí también, Estela a quien un día le dimos el premio a los derechos humanos y con valentía en el Salón Blanco (...) confesó que ella era una de las tantas argentinas que había estado en la Plaza de Mayo del 55, (...) yo soy morocha, soy la morocha argentina, pero lo que quiero es que no peleemos, que nos entendamos, esta es la clave."
Errores y excesos: "Por eso el 24 de marzo tiene que ser abordado desde esa caracterización, desde el entender, desde saber convencer al otro, y si no se convence paciencia, porque somos más los que nos hemos dado cuenta de lo que nos pasó y por lo tanto no vamos a volver a cometer los mismos errores".
AMÉN: "Lo maravilloso es reconocerse en la diferencia porque Dios nos hizo a su imagen y semejanza pero a todos diferentes, para que tengamos la opción de elegir qué queremos ser. Esto es la condición humana, la diversidad, la pluralidad y la aceptación de esa diversidad y esa pluralidad".
Ni "personas feas", ni "problemas familiares", ni "errores". Lo que hubo en la Argentina fue un GENOCIDIO de clase
El nuevo relato K (digámoslo, al igual que el anterior más de izquierda), omite que el genocidio argentino se trató de un golpe contrarrevolucionario para liquidar de cuajo un proceso revolucionario del movimiento obrero argentino. La liquidación en masa de todos los referentes obreros antiburocráticos, internas, cuerpos de delegados, activistas, se constituyó como una marca registrada de la dictadura genocida para acabar, como decía el jefe del radicalismo Ricardo Balbín, con la denominada "guerrilla fabril".
El anterior "relato" K no se refería a las clases sociales, pero sí daba cuenta que había un aparato estatal terrorista para imponer un plan contra la nación y el pueblo. El nuevo "relato" de CFK habla de "desencuentros", "errores" y hasta de problemas "ideológicos" o peor aún de preferencias estéticas o futbolísticas para explicar la masacre de una clase explotadora contra quienes le hacían frente de una manera u otra. No decimos nada nuevo: lo que hubo en Argentina fue un genocidio, un terrorismo de Estado, de este mismo Estado que hoy tenemos con las mismas fuerzas armadas y de seguridad, contra los que cuestionaban su poder.
Reconciliación y unidad nacional. Malo
Está claro que para un gobierno debilitado y con un discurso "progre" propinar un ajuste de "sintonía fina" o "gruesa", una mega devaluación, techos salariales, tarifazos varios (antes o, lo deseable, después de las elecciones de octubre) se necesita de un clima de "unidad nacional". Con un Bergoglio de la calle Rivadavia al 300 (la curia) bruscamente convertido en un poderoso monarca romano se crean las condiciones para tal fin: propios y ajenos -PRO, ARI, PJ disidente, Carrió, Pino Solanas, FAP, Binner, etc) le rinden pleitesía a "su" santidad (la de "ellos", no la nuestra). La oposición patronal, incluida la ’corpo’ de Clarín, está más que conforme con este giro del relato K. A lo sumo, muestran su evidente contradicción entre lo que se decía desde el poder K y se dice hoy. Más allá de cualquier disputa electoral, hay un gran acuerdo. Malo. La promoción de corrientes militantes clasistas y antiburocráticas y la defensa y promoción del Frente de Izquierda y de los Trabajadores como una alternativa de independencia política de los trabajadores, es una gran tarea por venir.
Guillo Pistonesi
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