miércoles, 3 de abril de 2013

Temporal e inundación en la provincia de Buenos Aires




Lejos de las cámaras de televisión, la provincia de Buenos Aires también sufrió los embates del temporal y la falta de planificación e inversión pública. Muertos, evacuados, la explosión de una destilería y daños materiales al norte, oeste y sur de la capital federal y en la ciudad de La Plata y alrededores.

Los lectores habrán visto hasta el cansancio por televisión durante todo el día de ayer, desde bien temprano, el trágico saldo de la tormenta y la inundación en la ciudad de Buenos Aires. Las víctimas fatales, el agua a casi dos metros de altura en algunos barrios, domicilios donde todo se perdió y autos flotando en decenas y decenas de calles porteñas generaron la atención de los medios y fuertes críticas de los damnificados al gobierno macrista por su falta de planificación e inversión pública.
Sin embargo, causó extrañeza la falta de repercusión de una similar situación, en el mismo momento y profundizándose incluso durante la noche, en la provincia de Buenos Aires, en particular en el conurbano bonaerense y en la ciudad de La Plata y alrededores. Miles de evacuados, dos muertos, una destilería incendiada, anegamientos por doquier, daños materiales en varios municipios de la región y la capital bonaerense bajo el agua, hablan de la magnitud del temporal y las consecuencias de una inundación que aún a estas horas mantiene en vilo a importantes sectores de la población
Como cada vez que llueve, el conurbano sur sufrió las consecuencias de décadas de carencia de obras y desidia estatal. Gran parte de los arroyos y ríos que lo cruzan desbordaron, desde Avellaneda a San Francisco Solano, produciendo graves daños fundamentalmente en las barriadas populares y un virtual aislamiento de ellas producto del anegamiento de sus vías de acceso.
En esa región y sin lluvias tan copiosas como en la capital federal o en La Plata, los municipios de Quilmes, Florencio Varela, Lanús, San Vicente, Esteban Echeverría y Almirante Brown resultaron afectados. También Lanús y Avellaneda sufrieron en carne propia lo que por televisión parecía patrimonio de los porteños. Por ejemplo, en las inmediaciones del Acceso Sudeste y la Autopista, en Wilde Este, se formaron grandes espejos de agua, y las calles de Dock Sud se hicieron intransitables producto de la inundación que llegaba hasta la entrada misma del Polo Petroquímico. Un brazo del río Matanza ingresó en Ezeiza, provocando una amplia cantidad de evacuados, y otro afluente del mismo río hizo lo propio en Lomas de Zamora generando la inundación de barrios enteros.
En la zona oeste del conurbano, por otro lado, uno de los lugares más complicados por el agua fue Gregorio de Laferrere, donde se dio uno de los casos fatales de la provincia cuando un hombre murió electrocutado en la vía pública. La otra muerte se produjo en Villa Maipú, partido de San Martín, lugar en el que otro hombre falleció cuando se le inundó su domicilio.
La zona norte también fue muy afectada por el temporal. En los municipios de Tigre, San Fernando, Virreyes, San Isidro, Vicente López y Munro hubo centenares de evacuados en el día de ayer, caída de árboles y desmoronamiento de paredones. Hasta el predio de Tecnópolis, en Villa Martelli, se inundó. La Autopista Panamericana fue cortada por el agua, se repitió la imagen de los coches atrapados en las avenidas e incluso varias estaciones de tren del FC Mitre estaban anegadas.
Un par de párrafos aparte merece la ciudad de La Plata, que parecía un verdadero río en gran parte de su extensión, sin luz ni teléfono en amplias zonas y aislada en sus principales vías de acceso debido a que el ingreso y egreso por la autopista y por la ruta 2 fue interrumpido porque el nivel del agua hacía imposible la circulación.
Ya a las 16:00 horas la cantidad de milímetros que había caído en la capital bonaerense no estaba lejos de los de la ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, las torrenciales precipitaciones de la noche duplicaron ese número y se superó los 300 milímetros de lluvia en el día allí, lo cual repercutió en familias atrapadas en casas con más de un metro de agua dentro, automóviles a la deriva por las diagonales céntricas y más de 500 evacuados en los sectores populares que volvieron dramática la situación en las afueras de esa ciudad y en Gonnet, Tolosa, Ensenada y Berisso.
Como si esto fuera poco, vecinos de la zona y trabajadores de YPF indicaron que fue debido al temporal que se produjo la explosión en la destilería de dicha empresa en Ensenada. La lluvia y los fuertes vientos provocaron un cortocircuito en una cámara subterránea, lo que generó la explosión de una caldera.
Lejos de las cámaras de TV y de los micrófonos, la desidia gubernamental no fue sólo patrimonio del veraneante Mauricio Macri. El problema de la zona metropolitana de Buenos Aires parece ser estructural y abarca una amplísima región en la que, mientras diversos funcionarios se echan culpas cruzadas, la población sufre la falta de planificación e infraestructura urbana, inversión pública en la materia, saneamiento de sus ríos y arroyos y una rápida ayuda estatal ante emergencias de este tipo, porque el pueblo bonaerense también estuvo solo esta vez capeando el temporal.

Marcha

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