Más que nunca, su imagen demuestra la crueldad del capitalismo, de aquel, del de los 90’ , del que profundizó la desocupación y la miseria con un plan devastador para nuestro pueblo. De aquel capitalismo salvaje que, como el de hoy, nos golpea en su forma o “modelo serio”, el kircherista, que descarga su crisis estructural sobre quienes trabajamos y día a día necesitamos el pan y la dignidad.
Este capitalismo serio, que asesinó a Fuentealba y a Mariano Ferreyra, entre tantos otros muertos/as y desaparecidos/as… Que despoja, expulsa y asesina (cuando tiene que hacerlo) a quienes viven sin tierra y sin casa propias, es decir que viven con ese miedo diario de quedar a la deriva de un día al otro. Que mete causas y procesamientos a quienes peleamos por nuestra dignidad laboral, educativa, sanitaria, etc.
El balazo que asesinó a Teresa Rodríguez no sólo provino de un mismo rifle o del mismo asesino de Fuentealba, el inefable Poblete, sino de toda una institución que en su historia sirvió a los intereses de los poderosos, que son las mafias patronales y las redes del narcotráfico y de la trata.
Recordemos que nuestros militantes asesinados y desaparecidos en la dictadura militar eran perseguidos por estas mismas corporaciones, cuyo brazo armado fue y es la policía, aunque ésta resultó inútil frente al avance popular y relegó su poder al ejército que ocupó su lugar ya como un plan estratégico del Estado opresor y genocida.
Hoy la gendarmería y la prefectura acompañan a la policía en el gatillo fácil, y son responsables de lo que ellos mismos proclaman como “inseguridad” al empujar a los pibes y pibas de los barrios al robo y a ser el último eslabón en la venta de drogas.
Queda claro que en los 70’s, en los 90’s, y hoy, el capitalismo en su búsqueda de producir mayor ganancia para sus ganadores, cambia algunos rostros, algunas formas de dominación, pero en definitiva el sistema es el mismo.
Por eso reivindicar a Teresa Rodríguez como a otro/a caído/a del campo popular significa luchar contra las causas profundas de su muerte, es decir, no sólo por el castigo a los responsables físicos o intelectuales, sino contra todo el sistema en su conjunto, verdadero mentor de nuestra explotación y opresión como pueblo.
Hasta la victoria Siempre!!
Fogoneros
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