martes, 16 de abril de 2013

Golpe en marcha



Henrique Capriles (foto) llamó a desconocer los resultados electorales

El libreto empezó a ejecutarse: la derecha venezolana, envalentonada por la estrecha diferencia por la que perdió el domingo, comenzó a aplicar el plan desestabilizador.
La ofensiva golpista -que ya se cobró al menos dos víctimas- abre un repentino escenario de fuerte confrontación que pone en peligro a la revolución bolivariana.
La combinación de las múltiples estrategias desplegadas por la oposición venezolana, orquestada y financiada por los centros de poder mundial, tiene un gran paralelismo con la agenda desarrollada durante el golpe de Estado de abril de 2002. Un torbellino de protestas y episodios violentos protagonizados por militantes opositores durante la jornada de ayer intenta abonar el terreno para los capítulos siguientes del guion: generar un escenario de caos y pedir la intervención extranjera.
Tras el desconocimiento de los resultados electorales, que dieron la victoria a Nicolás Maduro por unos 263 mil votos, Henrique Capriles ofreció una conferencia de prensa el lunes al mediodía en la que convocó a un cacerolazo para la noche y a movilizaciones al Consejo Nacional Electoral (CNE) el martes y miércoles.
En la tarde comenzaron a multiplicarse las agresiones que dejaron, según el ministro de Comunicación Ernesto Villegas, al menos dos chavistas asesinados. Se registraron incendios de las sedes del Partido Socialista Unido de Venezuela en los Estados de Barinas, Táchira y Anzoátegui; ataques a Centros de Diagnóstico Integral (salas sanitarias atendidas por médicos cubanos), edificios de la Misión Vivienda Venezuela y a la casa de Tibisay Lucena, presidenta del CNE; amedrentamientos con motorizados armados en distintos edificios públicos; y asedios a las sedes del canal público VTV y Telesur con amenazas a sus trabajadores.
La maniobra golpista incluye también acciones que se vienen repitiendo sistemáticamente como la incursión de grupos paramilitares colombianos y centroamericanos (al menos seis operativos fueron desactivados en las últimas semanas), el desabastecimiento de productos básicos y sabotajes al servicio eléctrico.
La arremetida cuenta además con su elemento estrella: la articulación de los grandes consorcios mediáticos que potencian en esta coyuntura su embestida contra el proceso bolivariano, en este caso silenciando estos hechos.
Volviendo a los puntos en común con el golpe de 2002, aparece como elemento negativo para las fuerzas bolivarianas la ausencia del mentor y motor del proceso. Por múltiples razones, este escenario sin Chávez aporta una gran cuota de desconcierto.
Como signos positivos se destaca la lealtad que vienen demostrando las fuerzas armadas. El jefe del Comando Estratégico Operacional, Wilmer Barrientos, se posicionó de manera categórica: “La Fuerza Armada Nacional Bolivariana, apegada a la Constitución y las leyes, hará respetar los resultados que han salido de las urnas electorales".
También el contexto internacional aporta un signo favorable: buena parte de las y los mandatarios latinoamericanos ya manifestaron su apoyo a Maduro. Extendiendo fronteras, gobiernos de muchísimo peso como China y Rusia se posicionaron en el mismo sentido. En tanto, la derecha venezolana recibió el espaldarazo del gobierno español y del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.

Lo que viene

Los cacerolazos de anoche sonaron con fuerza en las zonas de clase media y alta, pero también se sintieron en algunas barriadas populares. Para hoy están previstas movilizaciones opositoras a las sedes regionales del CNE y para mañana a la sede central en Caracas.
El presidente electo Nicolás Maduro, diferentes ministros y gobernadores llamaron al pueblo a movilizarse, mientras que todos los colectivos y movimientos populares ratificaron la firmeza de defender la revolución en las calles. En la madrugada, miles de personas ya se encontraban en los alrededores del Palacio de Miraflores.
En un comunicado, la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora declaró: “El dilema histórico sigue planteado. Es entre colonia o independencia, es entre ricos y pobres, es ente socialismo y capitalismo. El combate es ya, es ahora, es en la calle. No nos dejaremos arrinconar por la contrarrevolución, no caeremos en inmovilidad ni cundirá en nosotros la desmoralización. Un chavista no se rinde, no se cansa. Lucha, lucha y lucha, rodilla en tierra”.

Gerardo Szalkowicz, desde Caracas.

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