domingo, 21 de abril de 2013

Wikileaks confirma colusión del Vaticano con dictadura



Julián Assange ha revelado un nuevo archivo, en el que aparecen 1,3 millones de cables diplomáticos y de inteligencia, los cuales se mandaron desde 1973 hasta 1976.
Entre los cables, aparecen comunicaciones entre el Vaticano y las dictaduras de Pinochet y Videla.
En un cable del 18 de octubre de 1973, el arzobispo Giovanni Benelli, vicesecretario de Estado del Vaticano, expresa “su preocupación y la del Papa por la exitosa campaña internacional de la izquierda para deformar por completo las realidad de la situación chilena”. Benelli destaca “la exagerada cobertura de los hechos como el mayor éxito, posiblemente, de la propaganda comunista y destaca el hecho de que incluso los círculos moderados y conservadores parecen dispuestos a admitir las gruesas mentiras acerca de los excesos de la Junta chilena”.
La fuente de información de Benelli era el cardenal Raúl Silva. De acuerdo con el cable, “el cardenal Silva y el episcopado chileno en general le han dado seguridades al papa Pablo VI de que la Junta está haciendo los mayores esfuerzos por retornar a la normalidad y que las historias acerca de represalias brutales, que hacen circular los medios internacionales, carecen de fundamento”.
Para Benelli, “la sinceridad del cardenal Silva no puede ponerse en duda, ya que es conocido como uno de los líderes progresistas de la Iglesia, puesto que tenía el apoyo incluso del presidente Allende”.
De hecho, el arzobispo chileno señala que “las fuerzas de izquierda han reducido su desprestigio, ya que han convencido al mundo de que la caída de Allende obedeció exclusivamente a fuerzas fascistas y externas más que a las carencias de las políticas de Allende, como fue el caso”.
En el caso de Argentina, los cables muestran las relaciones estrechas entre Emilio Massera y el nuncio apostólico Pío Laghi.
Un cable del 7 de noviembre de 1975 revela que Laghi “habló con Massera acerca de que la señora de Perón debe irse tan rápido como sea posible, sea por permiso de ausencia, renuncia o ‘golpe’ (textual del original)”. En otra parte del cable, se lee lo siguiente: “El nuncio es un observador astuto y bien conectado. Su conclusión general es que ella está acabada. Sólo está en cuestión la forma de su partida. Sin embargo, comentó, puede tomar más tiempo del esperado y convertirse en un proceso agónico”.
Papa Francisco, ¿por qué no ordena que el Vaticano abra sus archivos?

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