miércoles, 3 de abril de 2013

Venecia, un poroto




Una fuerte tormenta cayó ayer por la madrugada en la Ciudad de Buenos Aires y en el conurbano. Tuvo como saldo no sólo inundaciones y destrozos, sino también 8 muertos hasta el momento. El Gobierno de la Ciudad se limitó a calificarlo como un “fenómeno del cambio climático”.

Una fuerte tormenta se desató ayer a la madrugada sobre la región metropolitana de Buenos Aires. Las imágenes que transmitieron los noticieros son harto conocidas para los vecinos: autos flotando, comercios arruinados, viviendas completamente inundadas y alguna que otra canoa navegando. El Observatorio Central de Buenos Aires estimó que la lluvia caída alcanzó un total de 156 milímetros, lo que significa un número relevante para abril. Sus resultados hasta el momento: 8 muertos.
Frente a las exigencias de los vecinos para solucionar las inundaciones y destrozos de sus comercios, los funcionarios del Gobierno de la Ciudad dieron respuestas ya tradicionales. La vicejefa de Gobierno María Eugenia Vidal sostuvo que la responsabilidad la tenía “el fenómeno del cambio climático”, mientras que el ministro de Ambiente y Espacio Público Daniel Santilli expresó: “A las 3 de la mañana tuvimos que salir todos a trabajar”. Agregó también que el presupuesto en temas de hidráulica “está sobreejecutado”.
Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta estaban de vacaciones fuera del país al momento de las inundaciones. El jefe de Gobierno tuvo que regresar y dar una conferencia de prensa por la problemática situación. Tal como sus funcionarios, abonó la idea de que los muertos por el temporal se debían a la “tragedia climática” y pidió que los dejasen trabajar para “ocuparse de los problemas de la gente”.
Las anegaciones que dejaron más afectados tuvieron lugar principalmente en los barrios porteños de Lugano, Soldati, Bajo Flores, Liniers, Mataderos, Belgrano y Villa Urquiza. Del lado de provincia, se registraron evacuaciones en San Martín, Villa Martelli y Tigre.
Cabe destacar el caso del Barrio Mitre en Saavedra, donde 2 personas murieron a causa de la tormenta. Desde allí, los vecinos apuntaron contra el shopping Dot Baires (cuyo propietario es el grupo IRSA) al sostener que el desagote del centro comercial que termina en su barrio es el responsable de llevar el agua a sus viviendas.
En la estación Los Incas de la línea B, un trabajador del subterráneo murió electrocutado alrededor de las 6:50 mientras desarrollaba sus tareas. Claudio Dellecarbonara, metrodelegado de la línea, declaró que “los mecanismos de seguridad que deberían existir no existen y los pocos que hay tampoco funcionan”. La muerte de su compañero se debió a “la negligencia de la empresa y la complicidad que existe de parte de los gobiernos nacional y de la ciudad con la misma”.
Desde la oposición al macrismo, varias figuras políticas salieron al cruce. Gabriela Cerruti por Nuevo Encuentro denunció, en contraposición a Santilli, que Macri subejecutó el presupuesto de 11 millones de pesos para extender la red pluvial, ya que “sólo usó 3 millones y el resto lo pasó a otras áreas”. El diputado por el MST en Proyecto Sur Alejandro Bodart sostuvo: “Macri es el responsable político del desastre y las muertes, no la tormenta”. A la vez, la defensora adjunta del pueblo, Graciel Muñiz, afirmó que el jefe de Gobierno “gestiona la Ciudad desde una lógica que prioriza los negocios”. Al promover sin ningún control la construcción indiscriminada de torres en la ciudad, “las inundaciones continuarán repitiéndose” afirmó.
De esta manera, las consecuencias sociales de la planificación urbana a cargo del macrismo terminan recayendo sobre la vida cotidiana de los vecinos, comerciantes y trabajadores de la Ciudad. Los grandes eventos como el TC 2000 por las calles porteñas, la construcción de un Metrobús sobre espacios verdes o la “modernización” de algunos vagones del subte terminan siendo nada más que una renovación cosmética a los verdaderos problemas urbanos.
Dentro de la Legislatura, por otra parte, se continúan votando proyectos a favor de la especulación inmobiliaria (en este caso con el apoyo del bloque kirchnerista). Se entregan los espacios públicos a las grandes corporaciones que poco tienen que ver con las reales necesidades de las personas. Afuera de la Legislatura, el acceso a la vivienda digna, a la cultura sin rejas ni represión o al transporte público se vuelven cada vez más complicados. Y encima, sigue lloviendo.

Marcha

No hay comentarios:

Publicar un comentario