lunes, 13 de agosto de 2007

Acerca de los presos de Quebracho

ENTREVISTA EN LA CARCEL DE EZEIZA


La semana pasada cumplieron cuatro meses de detención. Fernando Esteche y Raúl Lescano se encuentran detenidos en la CPF Nº1 de Ezeiza. Luego de la protesta que la agrupación Quebracho llevó adelante frente a la Casa Partidaria del gobernador neuquino y candidato presidencial Jorge Sobich, el pasado 4 de abril, tras el asesinato del docente Carlos Fuentealba. El juez federal Ariel Lijo los procesó y les dictó prisión preventiva.

Los incidentes tuvieron lugar luego de que Fuentealba fuera asesinado durante una marcha docente. Los detenidos exigen el traslado inmediato a su anterior lugar de detención, ya que actualmente no cuentan ni con calefacción, ni agua, y su celda está inundada. Asimismo se preguntan cómo puede ser que los genocidas condenados estén en mejores condiciones que los militantes populares encarcelados.

La semana pasada la justicia federal pidió juicio oral y público en una causa que involucra a otros doce procesados por incendiar la sede porteña del Movimiento Popular Neuquino liderado por Sobisch. El fiscal Federico Delgado los acusa de daños, incendio y resistencia a la autoridad.

Una bandera argentina, equipo de mate y algunos libros son la única compañía de Esteche y Lescano (El Boli, para sus compañeros de militancia) en su celda de reclusión. "De este lado de la reja está la realidad. Del otro lado de la reja también está la realidad. La única irreal es la reja", escribió el poeta y militante montonero Francisco "Paco" Urondo en 1973, cuando se encontraba detenido en la cárcel de Villa Devoto. En Ezeiza, en cambio, parece que la poesía se ha visto devaluada, al compás de las políticas de la Argentina actual. Aparentemente, la reja es lo único real.

Prensa De Frente entrevistó a los detenidos de la agrupación Quebracho. La lluvia y el cielo gris, sumado a la infinidad de rejas, alambres de púa y puertas de seguridad que se deben atravesar para llegar al lugar de la visita, convierten a Ezeiza, por instantes, en un sitio tenebroso. Sin embargo, la entereza y el humor con que los detenidos reciben a sus visitas es admirable.

Primero estuvieron alrededor de un mes en Marcos Paz. Entonces, los detenidos de Quebracho eran cuatro. Hace unos quince días fueron liberados los últimos dos, sin que la justicia explicara muy bien por qué, pues habían denegado su excarcelación poco tiempo antes, según comentaron los entrevistados.

El Boli fue apresado cuando salía del Hotel recuperado Bauen, en pleno centro porteño, al retirarse de un acto por la libertad de los presos políticos. Es el quinto gobierno que lo tiene privado de su libertad: antes que Néstor Kirchner, lo hicieron Raúl Alfonsín, la Junta de Comandantes del Proceso de Reorganización Nacional, Isabel Perón y la dictadura autodenominada Revolución Argentina.

Esteche también fue detenido en la ciudad de Buenos Aires, luego de que las fuerzas policiales irrumpieran en una sede de la agrupación sin orden de allanamiento. Sin embargo, esta no fue la única irregularidad: Lescano, inicialmente fue capturado y luego, tras la denuncia y la presentacion de un habeas corpus, la orden de detención apareció sorpresivamante. Primero lo pasearon en un automóvil particular y lo retuvieron en una comisaría, que nunca supo bien cuál fue. Luego lo pasaron a la cárcel de Madariaga, en Lugano. Por supuesto, los métodos utilizados por "la patota" no fueron muy distintos a los empleados antaño por la dictadura militar.

Al igual que los presos comunes de Marcos Paz, los de Ezeiza escribieron una carta a las autoridades penitenciarias para que los reintegren a donde se hallaban. En ambos lugares, los presos de Quebracho donaron libros para las respectivas bibliotecas y realizaron con ellos cursos de historia, talleres de lectura de diarios y conversaciones varias sobre la situación política en nuestro país y otros sitios del mundo.

Actualmente están alojados en un sitio de menores-adultos, algo que está prohibido. Con recreos e instancias deportivas disminuídas, se encuentran aislados del resto de los presos del penal. Han recibido gestos de solidaridad de distintas personalidades, entre ellas Sandra Rodríguez, la mujer de Fuentealba. También de agrupaciones políticas, sociales y de derechos humanos.

Para escribir a los detenidos: Av. Del Libertador y Corrientes. CPF Nº1-Ezeiza, Módulo 4, pabellón J.

Prensa de Frente

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