lunes, 13 de agosto de 2007

El gobierno avanza con el vaciamiento y la privatización de los Hospitales Públicos.



LAS BASES DE PARO DESCONOCEN A LOS SINDICATOS

Boletín quincenal Nº70 - En el lapso de una semana, lo amenazaron matones del administrador, le cruzaron una camioneta frente a su auto cuando iba a trabajar e intimidaron telefónicamente a su familia: Juan Villordo es delegado del Sindicato de Salud Publica (SSP) bonaerense en el Hospital Fiorito. En medio de una situación que tiende a profundizarse en lo inmediato, en varios hospitales públicos de Capital y conurbano hay paros dos días a la semana desde hace tres meses. Trabajadores autoconvocados -profesionales y no profesionales- de Lanús, Avellaneda, Ezeiza, Matanza y Capital Federal ya coordinan sus luchas. Los sindicatos que pactaron cupularmente aumentos reducidos con los gobiernos están molestos con la participación de sus delegados de base en asambleas que no controlan.

En el hospital Evita de Lanús no se atiende los jueves y viernes desde hace tres meses. El conflicto empezó tras el aumento acordado por ATE, CICOP, UPCN y Salud Pública con el gobierno provincial: un 33 por ciento para los profesionales y un 20 por ciento para los no profesionales, aunque los no médicos cuando fueron a cobrar, se encontraron con una reducción del 6 por ciento. “ATE apareció en el conflicto porque tenían elecciones, después se borraron” dice Jorge Villalba, del Hospital Evita de Lanús y agrega “el director fue puesto “a dedo” y lo que hace es controlar a los trabajadores”. Sobre la recarga de tareas, la falta de medios básicos necesarios y las desigualdades aclara: “En el Evita los becados no cobran, no hay jeringas, ni remedios, ni lavandina ni los insumos más básicos para la atención. Los anesticistas trabajan hasta el mediodía y después de esa hora no se puede operar a nadie” describe Villalba quien participa de la asamblea de autoconvocados de su hospital.

“Los gremio cerraron sin consultar a las bases y están vendidos” dice Amelia, quien trabaja en quirófano y pertenece a la recientemente conformada Agrupación de Trabajadores del Fiorito. Desde que los hospitales empezaron a coordinar sus acciones el clima se ha enrararecido. “A mi me vinieron a buscar del sindicato una noche, pero por suerte no me encontraron” contó a Prensa De Frente Armando Tarragón quien es delegado de SSP en el Hospital Melo desde el ’87. “En este momento no tenemos gremio, y lo que hacemos es no acatar más medidas desde arriba, que no sean resueltas por los compañeros de base. En los hospitales hay sobreexplotación, los becarios del Melo hace siete meses que no cobran y hay compañeros con 30 años de antigüedad que no superan los 3 mil pesos de bolsillo. Queremos sueldos iguales a la canasta básica, y las autoridades no dan ningún tipo de respuestas”. Los trabajadores piden 1040 pesos de salario para la categoría inicial.

De la última asamblea conjunta, que se realizó en el Fiorito, participaron trabajadores de una veintena de hospitales nacionales, provinciales y municipales de Lanus, Avellaneda, Matanza, Ezeiza, y Capital entre otros distritos. Cuando terminó el encuentro, matones salidos de la oficina del administrador Petruzatti, amenazaron a Juan Villordo. El jueves, le cruzaron una camioneta delante de su auto y un rato intimidaron a su familia, esta vez por teléfono. El Sindicato de Trabajadores de la Sanidad es manejado por José Sapach, hombre vinculado históricamente a la derecha peronista, que no duda en enviar matones y ex efectivos del ejército para asegurar el cumplimiento de sus acuerdos. Listo para obedecer órdenes, su actual hombre fuerte en Avellaneda, el administrador Pertuzatti había sido delegado gremial del SSP en el hospital Finochietto, y fue quien quedó a cargo de la administración del Fiorito tras la intervención a cargo del estado provincial en 2004.

En los hospitales no hay medicamentos básicos para la atención. Pero no todo es escasez. Los altamente redituables servicios de cirugía plástica y accidentología están tercerizados y no pasan a través del SAMO, especie de acuerdo en negro, que reserva un porcentaje de lo recaudado para los trabajadores del hospital y sus beneficios llegan directo a la administración, regenteados en la mayoría de los casos por enviados políticos provinciales y nacionales.

En este contexto, el último miércoles por la noche, el porteño hospital Francés, cuyos trabjadores se encuantran en lucha por mejoras salariales y edilicias, fue ocupado por gendarmería por orden del gobierno nacional.

Desde la publicitada – y no menos discutida- ley de medicamentos genéricos, que le sirvió para acumular consenso progesista, el ministro Gines Gonzales García se dedicó a “hacer la plancha” y lanzar su candidatura a senador. El balance de las políticas en salud publica aplicadas en el país por el gobierno de Nestór Kirchner, en la provincia por Felipe Solá y la dupla Aníbal Ibarra y Jorge Telerman en Capital es altamente negativo. La falta constante de insumos básicos, los sueldos de miseria y el mal estado general de los edificios grafican el vaciamiento acelerado y no ausente, impulsado por la gestión Kirchner. Las condiciones de flexibilización de los contratados y becarios, la tercerizacion de los servicios más rentables, que se profundizó en los últimos cuatro años muestran que el plan de privatización encubierta y paulatina que, siguiendo las políticas del Banco Mundial, intentaran aplicar durante el segundo mandato pingüino.

Con matices, los sindicatos juegan de barrera de contención para las luchas de los trabajadores, que organizados desde sus lugares de trabajo, ponen en riesgo el esquema. Eso explica los aprietes y la falta de difusión de un conflicto que, solo en esta etapa, lleva tres meses sin solución.

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