jueves, 29 de marzo de 2018

La vuelta del palito de abollar ideologías



La policía bonaerense usará de nuevo el bastón tonfa, según dispuso el gobierno provincial

Cerca de 55.000 uniformados ya comenzaron a recibirlo. Un instructivo que señala cuáles son las “áreas recomendadas para pegar”. Dos especialistas advierten sobre los riesgos de su uso.

En las próximas semanas, más de 50.000 efectivos de la Policía Bonaerense contarán con un nuevo elemento para hacer uso de la fuerza pública: el bastón Tonfa, que había dejado de utilizarse hace tiempo pero que ahora todos los policías tendrán a la mano para reprimir o “repeler una acción agresiva” supuestamente sin llegar a usar las armas de fuego. El ministro de Seguridad provincial, Cristian Ritondo, aprobó el uso del polémico bastón en la provincia de Buenos Aires como “un arma defensiva y ofensiva”.
“Las técnicas que a continuación se describen deben ser practicadas con regularidad para optimizar el potencial del Bastón Tonfa Policial (PR-24) y brindar al personal autoconfianza y seguridad”, reza el manual aprobado por la resolución 2020/2018, que fue entregado por mail a los 90.000 agentes que patrullan las calles bonaerenses. Ya 55.000 agentes comenzaron a recibir las cachiporras de 61 centímetros de longitud y 600 gramos que deberán llevar de forma permanente en la cintura.
“Este manual viene a concientizar al personal policial de las técnicas adecuadas defensivas y de las áreas corporales en las cuales se aplicará la acción ofensiva, a fin de controlar la situación en la que se deba intervenir, teniendo la obligación legal de entender que dicho elemento de trabajo, si es mal utilizado, puede causar heridas graves o la muerte”, señala también el texto en su introducción, al admitir los riesgos que conlleva la utilización de esta “arma no letal”.
A continuación, el instructivo detalla cuáles son las “áreas recomendadas para pegar” en situaciones “en las que se hace inevitable el uso de diferenciado de la fuerza”. Con un gráfico que representa una figura humana, divide el cuerpo en “áreas de aplicación libre”, de “aplicación moderada” y de “aplicación a evitar”. En suma, el Ministerio de Seguridad avaló los golpes en un 90 por ciento del cuerpo, aunque aconsejó hacer énfasis en manos, muñecas, codos, rodillas, tibias y abdomen. Por otro lado, se limitó a recordar en el escrito que “se deben evitar cabeza, cuello, esternón, columna vertebral y genitales del agresor”.
Entre las formas de manipular la tonfa, el Ministerio de Seguridad –en su resolución– recomienda a “la policía un accionar adecuado estrictamente al principio de razonabilidad, evitando todo tipo de actuación abusiva, arbitraria o discriminatoria que entrañe violencia física o moral contra las personas, así como también al principio de gradualidad, privilegiando las áreas y el proceder preventivo y disuasivo antes que el uso de la fuerza, y procurando siempre preservar la vida y la libertad de las personas”.
Además de incluir las técnicas de ataque con el bastón para todos los efectivos bonaerenses en su capacitación, el ministro Ritondo aprobó un curso diferencial para que los agentes de custodia de la gobernadora Vidal y todo su Gabinete se capaciten en una forma de autodefensa israelí que lleva el nombre “krav maga”. Este es el sistema oficial de lucha y defensa personal que usan las Fuerzas de Defensa y Seguridad israelíes y abarca tanto agresiones sin armas (golpes, patadas, agarre y estrangulamiento) como con armas blancas (cuchillos, navajas, machetes, hachas) y contundentes (porras, bastones policiales, palos, bates de béisbol, botellas, piedras).
Los custodios de la gobernadora deberán estudiar durante tres meses estas técnicas israelíes en la escuela de Policía “Juan Vucetich”, según develó el portal Letra P. Allí serán capacitados un total de 288 horas cátedra sobre la forma de combate letal que realizan los israelíes, y que tiene como finalidad salir con vida de un enfrentamiento real, haciendo uso de cualquier medio disponible. Entre las técnicas que aprenderán está “el anzuelo”, que consiste en introducir en uno o más dedos en la boca, fosas nasales u otros orificios corporales del oponente y tirar de ellos con la intención de desgarrar la carne circundante.

Página/12

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