¡Que decidan los maestros!
En la primera hora de la mañana de ayer señalamos en este sitio que la dirección de Ctera no quería organizar una lucha que derrote el gobierno. Pocas horas después, Sonia Alesso, secretaria general de Ctera, anotició a los manifestantes que la escuchaban que luego de las 48 horas iniciales las medidas de fuerza se terminaban.
Fueron 40 minutos de discursos completamente vacíos en el Palacio Pizzurno, en los que no se mencionó jamás qué reclamaba Ctera al gobierno, salvo que los convoque a la paritaria nacional. Sin consultar a nadie, en los últimos 5 minutos de su alocución, Alesso dijo “nos vemos en abril”.
Ctera no organizó nunca el paro pero lo cerró en un abrir y cerrar de ojos.
La acción de bloqueo de parte de la burocracia sindical docente incluyó a los ex socios de Ctera, UDA y Amet, que carnerearon la medida y fracturaron el malogrado Frente Docente Nacional.
El desmantelamiento de las medidas tuvo como escenario una movilización devaluada del aparato de Ctera: la marcha congregó a unas 15.000 personas, menos de la mitad de los educadores movilizados a comienzos de marzo del año pasado cuando comenzó el conflicto docente.
La tercera parte de esa movilización fue aportada por los sindicatos, seccionales y delegados multicolores, que se encolumnaron detrás de la consigna de plenarios de delegados de escuela provinciales y continuidad del plan de lucha.
Exactamente lo contrario de lo hecho por Sonia Alesso y Roberto Baradel este 5 de marzo.
Un paro muy importante
Superando la desorganización consciente de Ctera, el paro, aunque dispar, fue muy contundente. En provincia de Buenos Aires, la huelga alcanzó al 80 por ciento. En muchas provincias del interior el acatamiento fue todavía superior: en Chaco, donde los sindicatos paran por una semana entera, los huelguistas superaron el 90 por ciento y realizaron una marcha multitudinaria; en Santa Fe el paro fue casi total; 90 por ciento en Río Negro y en La Pampa; prácticamente total en Tucumán; 80 por ciento en Neuquén; 60 por ciento en Córdoba y en CABA, aunque con medidas menos fuertes en Santa Cruz y Mendoza, provincias en las que la docencia ha sido duramente perseguida por Macri y los gobernadores Alicia Kirchner y Alfredo Cornejo, y ahora directamente abandonadas a su suerte por parte de Ctera.
En la mayoría de las provincias citadas continúan las medidas la semana próxima, y el conflicto paritario está completamente empantanado. El cuelgue de botines de Alesso y Baradel es un guiño a Cambiemos y a los gobernadores del pacto fiscal de que harán lo imposible por cerrar los reclamos a la baja y lo más rápido posible.
Roberto Baradel lo confesó en el programa de radio de Ernesto Tenenbaum, en el que dijo claramente que no ve un conflicto largo en marzo y que van a cambiar por medidas alternativas pero no paros. Baradel le dice al gobierno que no se confunda; que ellos no son el problema sino la solución al conflicto. En medio de la ofensiva más feroz contra la educación pública en Buenos Aires, con cierres de escuelas, cursos, cesantías de oficio y desconocimiento del estatuto, la dirección celeste de Suteba actúa buscando un entendimiento cordial con el gobierno de Vidal.
Plenarios de delegados de Escuela
La tarea de los sectores combativos es la de impulsar las medidas de fuerza que están en curso, en cada provincia, ante la entrega de Ctera. Los Sutebas muticolores tienen asambleas el próximo viernes para debatir la continuidad de las medidas de fuerza, y el reclamo a Baradel de Plenario Provincial de delegados de escuela para organizarlo; las seccionales antiburocráticas de Amsafé-Rosario, de Atén, los sindicatos recuperados con sus congresos, como Adosac, Sutef o Sute, los docentes del Chaco, los compañeros de Ademys de CABA, los sindicatos ajenos a la conducción kirchnerista de Ctera del Noroeste, las seccionales antiburocráticas de Atech, los delegados y activistas de todo el país tienen su mirada puesta en defender y profundizar las medidas, para imponer un salario básico nacional de 17.000 pesos y un incremento salarial del 25 por ciento.
Para superar la entrega de Sonia Alesso, Roberto Baradel, Eduardo López de UTE y compañía, deben decidir los docentes.
Daniel Sierra
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