Las direcciones burocráticas de la Confederación del Transporte y las CGT opositoras, junto a la CTA de Pablo Michelli llamaron a un nuevo paro nacional luego de dos meses de tregua. Definieron que la jornada será este 9 de junio. Lejos de llevar adelante un plan de lucha en serio, hacen todo lo posible para que sea otro paro dominguero, al punto de tirarse contra los piquetes que realizan los sectores combativos.
El viernes, en las puertas de MadyGraf (la ex Donnelley), la fábrica bajo gestión obrera, se llevó adelante una reunión de trabajadores de la zona norte del Gran Buenos Aires para organizar las medidas del próximo martes. Resolvieron cortar la Panamericana desde las 6 de la mañana para hacer sentir su voz por encima del carácter dominguero que quieren darle las burocracias convocantes.
La Multisectorial, integrada por CTA, CCC, Barrios de Pie, MST, FAA, FNC, Originarios en Lucha y FUA, se movilizarán el día anterior del Obelisco al Ministerio de Trabajo.
También el diputado del FIT Néstor Pitrola, tras el acto en Ferro que congregó a numerosas representaciones de la izquierda sindical, como los Sutebas combativos, la seccional Haedo de la UF, AGD-UBA, el Sitraic (construcción), dirigentes del Sutna San Fernando (neumático), Ademys (docentes), entre otros, se refirió a los objetivos de la izquierda y el clasismo en el paro, a la modalidad de su participación y a los límites de la convocatoria de las centrales sindicales: “Lo haremos de manera activa, en frente único de la izquierda y el clasismo, con piquetes a hora temprana coordinados en Panamericana, Gaona a la altura del Posadas, en Puente La Noria y Puente Pueyrredón, en La Plata, en distintos puntos del interior bonaerense y de todo el país. Y luego confluimos a las 10 horas en el Obelisco para marchar hasta el Ministerio de Trabajo donde realizaremos un acto en el que se expresarán las representaciones sindicales desarrollando todo nuestro programa en el paro”.
En Rosario, la CTA (Autónoma) realizará un acto el próximo lunes a las 17.30 en la esquina de Corrientes y Córdoba, frente a la Bolsa de Comercio.
Por su parte, los docentes de Amsafe-Rosario tuvieron una asamblea el martes pasado en la que el cuerpo de delegados expresó su acuerdo con la posición de acoplarse activamente al paro.
En esa misma reunión se definió someter a votación de las bases la adhesión a la huelga, consulta que se estuvo realizando hasta las 18:00 del viernes. Paula Nardini, Secretaria de Asuntos Sociales del gremio, destacó la puesta en marcha de este “mecanismo democrático que siempre tenemos” y adelantó que hay una “tendencia a sumarse al paro y movilizar el martes a las 10.30 desde la Plaza 25 de Mayo a la San Martín”.
A nivel nacional, también se sumó al paro la Federación Sindical de Profesionales de la Salud (FeSProSa). El gremio regional de este sector, SIPRUS, puso también a consideración de sus afiliados la participación de la medida y votarán hasta el sábado. Se espera que la resolución sea contundente en favor de adherirse a la huelga.
En paralelo, también van a la huelga otros sectores. Tal es el caso de la docencia universitaria, cuya paritaria fue cerrada por algunas federaciones mientras la CONADU Histórica mantiene el reclamo de un piso de aumento salarial del 35%. Por este motivo, las asociaciones de base cercanas a esa Federación llevarán adelante un paro de 48 horas los próximos lunes y martes.
Por su parte, el Sindicato de Trabajadores de la Obra Social para la Actividad Docente (SiTOSPLAD-CTA), definió un paro para los días 7 y 8 de junio. El domingo la huelga se desarrollará en los policlínicos en la ciudad de Buenos Aires y se hará sentir en Rosario el día lunes. “No tenemos ninguna información de la paritaria. Ya cobramos el 18% en negro que unilateralmente pactó OSPLAD y falta otro 10% que vendrá en agosto, también en negro y no remunerativo. No tenemos novedades del convenio colectivo y nadie sabe nada. Nos dicen que le preguntemos a los paritarios, como si fuera tan fácil encontrarlos”, detalló Mariela Sartor, miembro de la Comisión Directiva del gremio.
Moyano muestra los dientes
El jueves, en su primera demostración de fuerza para presionar por un incremento del 35%, el líder de la CGT opositora y del sindicato de Camioneros paralizó por completo la actividad del transporte de cargas en una jornada de protesta que tuvo su como punto culminante un multitudinario acto desde el que llamó a los trabajadores a resistir el tope salarial impulsado por el Gobierno. "No vamos a firmar un acuerdo salarial que no tenga un tres adelante", desafió Moyano desde el escenario central del estadio del club Deportivo Español.
La protesta afectó la recolección de residuos, el transporte de caudales, combustibles y alimentos, y los servicios de clearing bancario, correos y logística, entre otros. "Fue total (la huelga), casi sin actividad en el sector", indicaron desde la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Carga (Fadeeac)".
El primer encuentro entre las partes tendrá lugar recién el próximo jueves, según la convocatoria efectuada ayer por el Ministerio de Trabajo, tras el pedido de intervención en el conflicto por la conducción de la Fadeeac.
En la vereda de enfrente, el más oficialista de los dirigentes sindicales, Hugo Yasky, aseguró que “los que convocan al paro arrastran a los trabajadores atrás de la derecha. El único objetivo que persiguen estos dirigentes es subirse al carro de la oposición y hacerle el caldo gordo a una estrategia que está en contra de los trabajadores”.
Yasky agregó que: “Los problemas reales que faltan resolver, como el trabajo en negro y las tercerizaciones, se van a poder solucionar con más gobierno popular y más democracia sindical”.
Este dirigente esconde detrás del curso de derechización de la dirigencia política y sindical, que incluye al gobierno, el alto grado de movilización de los trabajadores demostrado en el paro aceitero, de bancarios, camioneros, azucareros y otros, que pelean por romper el techo a las paritarias que pretende imponer el gobierno, contra el impuesto al salario, contra los despidos, contra el trabajo en negro y también contra las tercerizaciones, que no son “asignaturas pendientes” sino la modalidad de empleo promovida desde el kirchnerismo durante la “década ganada”.
El 70% de los trabajadores del Ministerio de Trabajo de la Nación están precarizados. Hay 66.000 precarizados en el Estado nacional y más de 600.000 trabajadores municipales, provinciales y nacionales en esa condición.
Estos trabajadores son quienes más sufren las amenazas de despidos masivos como en Acindar (Villa Constitución), donde el lunes pasado la contratista Loberaz anunció mediante telegramas de preaviso el despido de trabajadores tercerizados, incluyendo a los delegados.
Los aceiteros marcan el camino
Los aceiteros acordaron un 27.8% de aumento, más adicionales con los que llegan al salario inicial de $ 14.300 -mientras la UOM llegó a $ 8.100-, esto es el 36% pedido originalmente. Siete trabajadores despedidos fueron reincorporados y habrá un suplemento para compensar en parte los salarios caídos por los días de huelga.
¿Cuál es la explicación de estas dos realidades tan diferentes?
El conflicto aceitero duró 25 días y paralizó el complejo agroexportador. Nacido en la zona Rosafé se extendió a La Rioja (aceituneros) y al Chaco (algodoneros), paralizó 40 unidades productivas, tuvo demorados en puertos más de un centenar de barcos esperando cargar y cientos de camiones en las rutas de acceso esperando descargar. El gremio fue uno solo -dirigentes, comisiones internas y delegados- ejerciendo la toma de decisiones en asamblea. Desde un primer momento los paritarios argumentaron que no discutían porcentajes sino un salario inicial acorde a la canasta familiar -como dice la Ley de contratos de Trabajo- de $ 14.300 (según cálculos de la Universidad Nacional de Rosario).
En cambio, la UOM amagó con un paro que nunca concretó y la decisión final fue tomada en un plenario de secretarios generales en votación dividida. La participación de las bases, bien, gracias.
Similar camino adoptó la Federación Petrolera dirigida por el diputado nacional y actual jefe de la bancada de diputados que responden al devaluado precandidato presidencial Sergio Massa, Alberto Roberti, que el martes acordó con la Cámara de la Industria del Petróleo (CIP) un incremento salarial del 17%, más una suma fija repartida en tres cuotas. Este acuerdo deja abiertas las negociaciones para reanudarlas recién el 1º de octubre, cuando se definirá el monto total de aumento salarial, dejando en claro que cualquier acuerdo tendrá vigencia a partir del 1º de noviembre, o sea, que pueden pasar varios meses sin que se defina el monto total del aumento paritario. También se pactó una cláusula de “paz social” dejando atados de pies y manos a los trabajadores petroleros para cualquier medida de fuerza.
Desde el Ministerio de Trabajo nacional informaron que las negociaciones paritarias con el gremio de trabajadores bancarios incluyeron un aumento de 27,8% más diferentes compensaciones que suben el número por encima del 30%. El acuerdo incorporó una participación en las ganancias globales del sistema financiero.
El martes la Intersindical Radial comenzó un paro de 24 horas en todas las emisoras del país. Los sindicatos de locutores (SAL), operadores técnicos (AATRAC) y administrativos (SUTEP) rechazaron la oferta hecha por la cámara patronal A.R.P.A. (Asociación de Radiodifusoras Privadas de Argentina) del 27% de aumento salarial a pagar en tres tramos.
Muchas de las emisoras porteñas como Radio 10, El Mundo, Rivadavia, Del Plata y Continental emitieron sólo música desde muy temprano. Otras comenzaron sus programas de la primera mañana con personal jerárquico operando o leyendo informativos, como en Radio Mitre y FM 100 del Grupo Clarín. La mayoría de las FM también adhirieron al paro, como las pertenecientes al Grupo Indalo del empresario Cristóbal López y al Grupo Veintitrés de Sergio Szpolski.
Muchos conductores expresaron públicamente su solidaridad con la medida de fuerza de los trabajadores de radio, como Luis Novaresio de La Red, Reynaldo Sietecase de Vorterix y Jorge Rial de La Red. Víctor Hugo Morales de Continental y Mónica Cahen D’Anvers y César Masseti de Radio Del Plata decidieron levantar directamente sus programas. También adhirieron a la medida varios cronistas de calle.
Por los gremios
A los acuerdos salariales que lograron cerrarse hasta ahora se sumó el del Sindicato Petrolero de Córdoba (SinPeCor) que acordó para los trabajadores de estaciones de servicio y operadores de combustibles de aeronaves que representa en la provincia unos 8.500 afiliados, un aumento del 29,8% en dos tramos: 18% retroactivo a abril y 11,8% en julio. El titular del gremio, Guillermo Borelli, señaló que el sueldo inicial en bruto para un empleado de estación de servicio llegará a $ 11.800.
El Sindicato de Industrias de la Alimentación de Buenos Aires (STIA) que conduce Rodolfo Daer no logró avanzar en sus paritarias en las que pidió 43%, mientras que la contraparte empresaria mantuvo su oferta de 24% en tres tramos. Según Daer, la reunión del martes fue un fracaso y reveló que este lunes un plenario de delegados evaluará la situación.
El jueves 11 harán una marcha a la sede de la cámara patronal. Más allá del porcentaje, la posición del gremio es lograr un salario de $ 12.690 que es lo que marca el Instituto de Estadísticas de la Ciudad que debe tener de ingresos una familia con dos hijos que alquila su vivienda.
Otro gremio en conflicto es el Sindicato de la Manufactura del Cuero que hará un paro en demanda del 32%. El gremio (adherido a la CTA de Hugo Yaski), rechazó el 25% que ofreció la cámara CIMA del sector.
Facundo Moyano que lidera el sindicato de los peajes, que comprende a unos 7.000 empleados, pidió un aumento del 42%. Del lado empresario ofrecieron el 30%.
Sanidad llegaría a un acuerdo para el sector Droguerías: 28% en dos cuotas y adicionales por otros 5 o 6 puntos, totalizando un 33/34%.
Finalmente, un plenario de secretarios generales de los sindicatos azucareros de todo el país resolvió un paro por tiempo indefinido a partir del 22 de junio si las empresas no se avienen a otorgar un aumento del 39%. Se reclama que el actual básico de $ 7.700 pase a $ 10.740. Las patronales se han aferrado a una oferta del 20% alegando los bajos precios del azúcar y que un aumento mayor llevaría al quebranto a algunos ingenios.
Mario Hernandez
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