Representantes de 25 pueblos originarios hicieron un gran esfuerzo por llegar a Buenos Aires desde 17 provincias del país para tratar la situación de sus territorios, identidad cultural y valores a la luz de la realidad de la discriminación, persecución y expulsión que viven.
La Cumbre Nacional de Pueblos Originarios se realizó el día 29 en la Casa de Nazareth, Comunidad de los Padres Pasionistas, y decidieron presentar las conclusiones a la Casa de Gobierno, para que la Presidenta de la Nación conozca la realidad que viven los pueblos. Ese viernes marcharon desde el acampe que lleva más de tres meses en Avenida de Mayo y la 9 de Julio y varios organismos de derechos humanos como el SERPAJ y APDH acompañamos como comisión de garantes.
Al llegar a la Plaza de Mayo nos encontramos con un fuerte operativo policial de la guardia de Infantería de la Policía Federal, que colocaron las rejas para impedir el paso. Dejaron que un pequeño grupo de cinco personas nos acerquemos a las rejas de la Casa de Gobierno, donde solicitamos pasar a la Mesa de Entradas de la presidencia para entregar las conclusiones de la Cumbre de los Pueblos Indígenas: Nos impidieron el ingreso y querían que entreguemos el documento a través de la reja.
El Jefe de Gabinete Aníbal Fernández envió distintos empleados que nos preguntaban una y otra vez que queríamos detrás de las rejas. Incluso, en clara actitud racista, llegaron a aceptar que sólo yo pasara a dejar el documento en nombre de los Pueblos Originarios, mientras que el ingreso del resto no estaba permitido. Algo que por supuesto no acepté. Frente a este desprecio y falta de respeto oficial, que nos dejó en la calle más de 4 horas, los pueblos originarios decidieron retirarse.
Mientras tanto en la Plaza de Mayo se concentró el grupo de hermanos y hermanas indígenas esperando el resultado, con frío y cansancio, pero resistiendo el maltrato oficial.
La actitud de silencio y burla de Aníbal Fernández y Florencio Randazzo fue un acto de cobardía, que niega la realidad, sin dialogar y sin buscar soluciones justas. Actúan con falta de ética política, escondiéndose de los pueblos indígenas y de los organismos de derechos humanos que los acompañaban. Triste conducta de los que pretenden dirigir el país. El discurso de democracia y derechos humanos de algunos no pasa de las rejas de la Casa Rosada.
La Presidenta de la Nación Cristina Fernandez de Kirchner, señala que la base fundamental de su gobierno son los derechos humanos, y la realidad muestra que hay graves violaciones de los mismos, dañando a los pueblos indígenas, como a los pobladores en zonas afectadas por la mega-minería, los hidrocarburos, los monocultivos y agro-tóxicos.
Los Pueblos Originarios en el país llevan largos años de lucha para preservar sus culturas e identidades y evitar ser ocupados y/o desplazados de sus territorios en función de empresas que buscan explotar sus bienes y recursos naturales. Durante años enviaron cartas y pedidos a las autoridades nacionales y provinciales solicitando reuniones para resolver los problemas planteados, y hasta el día de hoy no hay respuesta alguna. Sólo piden que se respete el inc. 17 del art. 75 de la Constitución Nacional, el Convenio con la OIT ? 169, y la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas proclamados por las Naciones Unidas.
Sin embargo, toda acción de los pueblos indígenas es semejante al cuento del arbolito, que nunca logra plantarlo por la burocracia y la falta de voluntad política de los gobiernos de turno.
Les recomiendo a los funcionarios leer a Felipe Pigna, quien recoge el pensamiento y acción de Juan José Castelli, uno de los patriotas y voz de la Revolución de Mayo: ?Una de sus primeras ocupaciones fue la puesta en marcha de una legislación de avanzada que le devolvía las libertades y las propiedades usurpadas a los habitantes originarios. Decretó: La emancipación de los pueblos, la libertad de comercio, el reparto de las tierras expropiadas a los enemigos de la revolución entre los trabajadores de los obrajes, la anulación del tributo indígena, equiparó legalmente a los indígenas con los criollos y los declaró aptos para ocupar todos los cargos del Estado, tradujo al quechua y al aymará los decretos de la Junta??. Lamentablemente durante los festejos del 25 de Mayo, los grandes ausentes fueron los patriotas que forjaron la Nación y todo quedó reducido a partir del Kirchnerismo como el antes y el después de la Patria. La soberbia política de quienes gobiernan el país no tiene límites. Lo expresado por Juan José Castelli tiene vigencia en la realidad de hoy en el país. Por último les recordamos a los funcionarios del gobierno nacional y de las provincias que hay cosas que no se compran, ni se venden: la DIGNIDAD de los Pueblos no está en el mercado del oportunismo político.
Adolfo Pérez Esquivel
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