jueves, 18 de junio de 2015
Carlos Zannini: de monje negro a vice del menemista Daniel Scioli
Con la designación de Carlos Zannini como compañero de formula de Daniel Scioli, Cristina ha ocupado el centro de atención política nombrando a un kirchnerista de paladar negro como signo de continuidad.
Se debe a Girolamo Savonarola (1452-1498) la imagen del monje negro, que en la política argentina se utiliza para designar a los que ejercen el poder escudados en las sombras de algún gobierno o del liderazgo político personal.
Mientras que Girolamo Savonarola era un sacerdote que predicaba contra las elites de su época y por eso concito el odio del Papado y la aristocracia, en la tradición política argentina y latinoamericana el monje negro esta despojado de su carácter de enemigo de las élites. Se caracteriza por ser un leal entre los leales al jefe y de donde adquiere su autoridad indiscutible y temida entre los partidarios y enemigos.
Carlos “el Chino” Zannini, es sindicado como el “monje negro” del matrimonio Kirchner. Los medios del establishment comienzan a agitar el fantasma de Zanini como compañero de formula de Daniel Scioli, liquidando la posibilidad de un kirchnerismo blanco y moderado para dar lugar a un radicalizado de la causa K.
Como dijo su novel compañero de formula: “Zannini es un hombre que viene de las bases fundacionales de este proyecto”. Como tal es garantía de continuidad para las bases kirchneristas y para los empresarios que durante la década ganada han gozado de los subsidios del Estado y los techos salariales en paritarias como una de las fuentes de sus ganancias.
Digámoslo claramente: el papel de Zannini en la fórmula presidencial es hacer digerible al estomago de los partidarios progresistas del kirchnerismo al intragable sapo menemista y conservador de Daniel Scioli.
Zannini se ganó la fama de “monje negro” porque lo viene ejerciendo desde el 2003 en la Secretaria de Legal y Técnica de la Presidencia, como tal dándole forma legal y conforme a derecho a las iniciativas políticas del oficialismo. Es el arquitecto legal de la multimillonaria indemnización a Repsol, cuestión que defendió personalmente a capa y espada en el Congreso de la Nación. Como secretario legal y técnico también podemos intuir que fue quien dio forma legal a los acuerdos de expoliación con la firma imperialista Chevron para el fracking en Vaca Muerta o del pago de la deuda externa ilegal, ilegitima y fraudulenta al Club de París.
Más allá de las garantías que ha dado a los capitalistas durante su gestión, el gobierno no cuenta con su visto bueno y esperaban que Scioli no se viera acompañado por una figura tan del kirchnerismo de paladar negro y es por eso que todas las biografías apuntan a mostrar el pasado maoista del candidato vicepresidencial, que en la década del 70 militaba en las filas del extinto grupo Vanguardia Comunista.
Este partido se caracterizaba por predicar, como buenos seguidores del Gran Timonel, una revolución nacional y democrática de hegemonía campesina en alianza con la burguesía nacional, en un país eminentemente industrial, con una clase capitalista que colaboraba en la penetración y saqueo del imperialismo. Por esta militancia, Carlos Zannini será detenido poco antes del golpe del 24 de marzo de 1976 y debió sufrir cuatro años en la cárcel de La Plata.
De regreso a Córdoba se va a recibir de abogado en 1981, luego se mudará a Río Gallegos donde va a trabajar en la Fiscalía de estado de Santa Cruz. En esta época Zannini se pasara directamente a las filas del movimiento político que reivindica a la burguesía nacional, el peronismo, y no tardara en hacer carrera de la mano del fallecido Néstor Kirchner.
Cuando Néstor Kirchner apoyaba la privatización de YPF -otro de los kirchneristas de pura cepa - Oscar Parrilli era uno de los informantes en el Congreso donde Zannini era ya para esa época la mano derecha del ex presidente y ministro de gobierno provincial.
El exfiscal Andrés Vivanco cuenta: “Siendo intendente Néstor Kirchner, la primera denuncia que recibí en la Fiscalía fue a partir de una noticia periodística que daba cuenta que en la municipalidad de Río Gallegos se habían comprado estacas de álamo a un vivero particular por un valor de aproximadamente 100 mil pesos/dólares, siendo que el Consejo Agrario Provincial los venía a un precio infinitamente menor. Pero el mayor problema era que el proveedor de las plantas no tenía un vivero, es decir, que a todas luces era una maniobra falsa. Ni bien apreció la denuncia, Zannini que era funcionario de Néstor, me llama por teléfono y me dice que la municipalidad va a colaborar en esta investigación periodística y el expediente se caratuló “ZANNINI, CARLOS/ DENUNCIA”. Es decir que el mismo Zanini se iba a auto investigar sobre la presunta comisión de un delito. Esta fue la primera denuncia que tuvo Néstor Kirchner en Santa Cruz”.
Según el exfiscal: “Desde ahí hasta el tema de las regalías mal liquidadas, que a mi criterio es el origen de la fortuna de los Kirchner, en todas esas denuncias intervine como Fiscal y del otro lado estaba Zanini operando para distraer la atención o sobre los jueces para archivar las causas y que no se pudiera investigar absolutamente nada”.
Mientras la oposición y los multimedios anti K agitan el fantasma de la continuidad y la radicalización, los kirchneristas puros celebran la fórmula que les permite votar a Scioli sin culpa. La realidad es que el Frente para la Victoria se prepara para consagrar a un hijo directo del menemismo, acompañado de un ajustador como Miguel Bein y de los impresentables intendentes del conurbano que La Cámpora recondujo del Frente Renovador al “proyecto nacional y popular”.
Facundo Aguirre
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