miércoles, 17 de junio de 2015

Scioli es el “Proyecto”



Este martes el gobernador bonaerense anunció que su vice será el actual Secretario de Legal y Técnica, un “kirchnerista puro”. Randazzo aún no confirmó si continuará como precandidato presidencial.

La decisión de Daniel Scioli de ofrecer la candidatura a vicepresidente a Carlos Zannini se puede leer dentro de dos registros posibles. Por un lado, se trata de una apuesta osada del hombre que hizo de la moderación una suerte de sistema ideológico propio. El anuncio del gobernador de Buenos Aires sacudió el tablero político al poner como vice a un "kirchnerista puro", uno de los pocos hombres que acompaña a Néstor Kirchner y Cristina Fernández desde hace décadas.
Esta decisión termina de consolidar una tendencia que se insinúa desde hace tiempo, cuando el ex motonauta dejó de lado el uso exclusivo del color naranja, para empezar a ser “Scioli para la Victoria”. Su “conversión” no tuvo nada de sorprendente, aunque para los sectores más progresistas haya sido un sapo difícil de tragar.
Aquí radica, precisamente, el segundo aspecto. La fórmula de unidad que expresan Scioli y Zanini es la coronación del giro a la moderación y el pejostismo de un kirchnerismo que hoy puede incluir, sin contradicciones, a un ex menemista confeso a la cabeza de su fórmula presidencial. Una confirmación de que el kirchnerismo actuó políticamente como un vehículo de la restauración del viejo peronismo. Scioli es el hombre apoyado por gobernadores semifeudales como Urtubey y dirigentes sindicales mafiosos y burocráticos como Caló (UOM) y Pignanelli (SMATA). Es a quien los intendentes del conurbano bonaerense adhieren.
Sin lugar a dudas el mayor golpe en este caso lo recibe Florencio Randazzo. El ministro de Transporte se postulaba para expresar el proyecto en su “continuidad” desde el lado progresista. Ahora se encuentran en la disyuntiva de presentar una candidatura cuasi testimonial a presidente, bajar a la gobernación de la provincia de Buenos Aires o, directamente, volver al llano. A última hora de este martes, algunas versiones periodísticas señalaban que desde la Casa Rosada le ofrecieron la posibilidad de encabezar la fórmula a gobernador bonaerense acompañado por Wado de Pedro.

Lluvia de apoyos

A minutos del anuncio de Scioli, empezaron a llegar los elogios. Como si se tratara de un matrimonio, llovieron felicitaciones. Gabriel Mariotto, vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, afirmó que "está garantizada" la continuidad del proyecto kirchnerista. Agustín Rossi, ministro de Defensa, la consideró una muy buena decisión. El actual Secretario General de la Presidencia, el camporista Wado de Pedro, escribió en su cuenta de Twitter que Zannini “siempre acompañó a la juventud en el proceso de ’puente generacional’ impulsado por la presidenta Cristina Fernández”. Por su parte, la diputada (ultra) oficialista Diana Conti afirmó que “el proyecto está consolidado con esta dupla”.
Así, rápidamente, la cancha se inclinó directamente hacia el lado del exmotonauta. El famoso “baño de humildad” terminó siendo el mejor camino para acelerar la definición por Scioli.

Orfandad progresista

Esta decisión significa una crisis para los sectores progresistas que, desde hace años, mantienen una enorme desconfianza hacia el exmotonauta, a pesar de que éste integró el llamado “proyecto” desde sus inicios.
La perspectiva de una PASO competitiva del Frente para la Victoria había aparecido como una forma de canalizar a esos sectores. Pero la misma podía llegar a tener el inconveniente de no dejar claramente al candidato del kirchnerismo como el ganador de la elección, imponiendo un escenario de Macri como figura más votada. Para evitar ese escenario es que se empuja esta fórmula. La fórmula Scioli-Zannini busca, además de asegurar la unidad del oficialismo, canalizar esas expectativas. Esta es la apuesta.
Sin embargo, aún es difícil afirmar que eso ocurra plenamente. Scioli es, además de un confeso menemista, un personaje ligado a la farándula y al mundo del espectáculo, amigo personal del reaccionario y misógino productor televisivo Marcelo Tinelli. El actual gobernador de Buenos Aires se halla estrechamente ligado al empresariado. De allí que la misma UIA no tuvo reparos en afirmar, hace semanas, que entre Macri y Scioli “no había diferencias”. Para los sectores kirchneristas que desde el progresismo planteaban públicamente su apoyo a Randazzo, este escenario los pone en un enorme brete. Se encuentran frente a la coronación del doble discurso kirchnerista, que habló durante más de una décadas contra la “Corporaciones” y termina de la mano de uno de sus más abiertos referentes.
En este escenario, el Frente de Izquierda se prepara para enfrentar tanto a la llamada “nueva” derecha del macrismo como a estos proyectos que terminan de desenmascararse. Lo hace preparando una alternativa anticapitalista y por la defensa de los trabajadores, las mujeres y la juventud.

Eduardo Castilla
@castillaeduardo

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