martes, 9 de junio de 2015
Temperley, Randazzo y el miedo
Otro choque de trenes y nuevamente la teoría de la conspiración para deslindar responsabilidades políticas.
El miedo no es buen consejero, y el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, habrá sentido pánico cuando cerca de las diez de la noche del domingo le informaron sobre el choque de trenes en Temperley. Las razones de su miedo no radicaban en las consecuencias del “accidente”, sino en el impacto político que podría tener en su campaña electoral.
Esto lo llevó al lapsus de emitir inmediatamente un comunicado cuando todavía estaban rescatando a los heridos, y que tenía como objetivo principal deslindar responsabilidades de su cartera en los hechos y cargar las culpas sobre un presunto error humano. El primer tweet subido a la cuenta oficial del Ministerio a las 22:48 del domingo (el choque se había producido alrededor de las 21:30 hs.), y el más retwiteado de todo el comunicado que se subió en sucesivos tweets, no partía de informar sobre la gravedad del hecho o las eventuales consecuencias. Afirmaba que una “Formación viola dos señales a peligro y embiste locomotora en #Temperley”.
Luego vinieron las típicas declaraciones de rigor sobre las supuestas conspiraciones. El propio Randazzo, por la noche, afirmaba que “no descartaba ninguna hipótesis” y el clásico de clásicos de las mañanas argentinas, Anibal Fernández, quien afirmó hoy que "no creo en las casualidades. Hay mafias sindicalistas que trabajan para sus propios beneficios". Raro, en el representante de un gobierno que tiene a varios mafiosos burócratas sindicales como aliados.
Para constatar sus afirmaciones, Randazzo se basaba en la información de “primera mano” que le enviaba desde el lugar del hecho el secretario de Seguridad, Sergio Berni. El mismo que cuando llegó al departamento de Nisman no estaba seguro si estaba muerto, pero por las dudas opinaba que nadie debía acercarse. Como se sabe, Berni fue clave para esclarecimiento del caso Nisman y su rol fue central para la resolución transparente del hecho.
Según la teoría que lanzan desde el oficialismo cuando se producen este tipo de hechos, habría entre los trabajadores ferroviarios y específicamente entre los maquinistas, una especie de células dormidas suicidas pertenecientes a una “jihad” contrarrevolucionaria que busca ponerle fin a la “revolución ferroviaria” llevada a adelante por uno de los precandidatos del oficialismo.
Más cerca de la realidad que estas fantasías extremas del relato, estuvo Maria Luján Rey, madre de Lucas Menghini Rey, una de las víctimas de la masacre de Once. Basada en la trágica experiencia que le tocó vivir, afirmó en su cuenta de Twitter: “Quiero recordar que los frenos ATS detienen a la formación cuando pasa señales de alerta o de stop, también si va a una veloc. excesiva”. E inmediatamente agregó que “de paso, les recuerdo que son los sistemas que forman parte de los anuncios del candidato...”
Un argumento de sentido común, que deja claras las responsabilidades, incluso si se produjesen eventuales errores humanos, cosa que para nada está probada en las primeras horas de este hecho y menos en los primeros minutos y basados en la confiabilidad de la información basada en el jefe de los “gendarmes caranchos”.
El miedo de Randazzo a perder votos en su interna lo convierte en una política de Estado, buscando generar miedo por los peligros de oscuros conspiradores.
En su conferencia de prensa de la mañana del lunes, Randazzo realizó la poca feliz afirmación de que "no se va a poder parar este proceso de transformación por más que quieran hacerlo". Renponsabilizó al motorman, basado en audios que afirmó poseer y en pruebas tales como que en vez de salir a las 21:30 hs., salió a las 21:29.
Habló de los "cómplices de los 90" y exigió explicaciones al gremio de "La Fraternidad" y no nombró a la Unión Ferroviaria, "cómplice y parte de los 90" y hoy amiguísima del gobierno. La diferencia es que unos convocan al paro de mañana y los otros no.
Y además, dijo que el "sabotaje", como definió al hecho, tenía relación con el proceso electoral en curso, porque se produjo a pocos días de la presentación de candidatos del FpV.
La realidad es que, como en Once, el gobierno responde de contragolpe a los problemas estructurales que no resolvió en 12 años de gestión. El resto, los cuentos de conjurados y conspiraciones, son una forma poco feliz de no reconocer este hecho elemental.
Fernando Rosso
@RossoFer
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