lunes, 8 de junio de 2015

“Círculo rojo” para todos y todas



Massa, Macri y el “círculo rojo”. La enorme y progresiva movilización por #NiUnaMenos y la hipocresía de la casta política. El paro nacional que viene y los debates en el FIT.

El famoso “círculo rojo”, conformado por los grandes empresarios, vuelve a hacerse presente en las editoriales de este domingo. No es para menos, en los últimos días volvió a aparecer como el condicionante del poder y de los dirigentes políticos, empujando el acuerdo entre Massa y Macri.
La Nación de este domingo ensaya una presentación de Macri como un estadista, capaz de poner freno a esos poderes fácticos. Una suerte de “lucha contra las Corporaciones” desde la derecha. Morales Solá escribe que Macri les dijo a los empresarios "ustedes saben cómo vender un producto. Yo sé cómo juntar votos. Hagamos cada uno lo que sabe". Pero inmediatamente se sincera y afirma que Macri “le está sacando algún rédito electoral a esa confrontación de posiciones: a él no le viene mal, dicen, tomar distancia de los empresarios porque la gente común lo identifica demasiado con ellos. Ningún empresario en su sano juicio, por otro lado, desconfiaría de Macri”.
Por otro lado, y en una afirmación extasiada, Fernández Díaz reseña que Macri dijo "el círculo rojo no entiende nada de política" y la tilda de “frase histórica”. ¿No será mucho?
En Página12, a propósito del caso Mario Wainfeld y desnudando lo limitado de la diferenciación de Macri, recuerda que “este cronista evocó al ex superministro Domingo Cavallo cuando para defender sus acciones durante el gobierno de la Alianza puso en la picota a los fondos buitre y a los “mercados” (…) No todo es ideología en la vida, las necesidades de coyuntura también cuentan”. Y tiene razón. Son las necesidades de coyuntura electoral las que empujan a Macri a esta pelea con sectores del empresariado que pujan por el acuerdo con Massa. Macri es parte integrante de la clase capitalista. A diferencia de sus congéneres, es además un gestor del mismo Estado que defiende sus intereses esenciales de clase. El cortocircuito no entraña ninguna diferencia de fondo.
Pero el tan mentado “círculo rojo” no es ajeno al kirchnerismo. En 12 años de gestión se ha profundizado el peso de las grandes multinacionales extranjeras sobre la estructura nacional y se ha consolidado el llamado “agro-power”. Para los empresarios, con algunos retoques, el “modelo” da ganancias y funciona. De ahí que la UIA (Unión Industrial Argentina) haya dicho, hace pocos días, que no ve diferencias entre Macri y Scioli.

Sooomos los piratas…

“Juan José Álvarez, que fue ministro de Seguridad de Eduardo Duhalde entre 2002 y 2003, era hasta hace poco el jefe de campaña de Massa. Ahora es el jefe de la campaña kirchnerista para destruir la estructura que le queda a Massa” ilustra Julio Blanck en Clarín. Hasta hace poco Álvarez era blanco de los ataques de la progresía argentina. El ex espía de la dictadura, ex menemista, ex duhaldista y ex massista, es ahora el enlace con los intendentes que vuelven al FpV.
Wainfeld en Página describe esta “borocotización” al por mayor, señalando que “la inminencia de los cierres de alianzas y candidaturas acelera una cantidad pasmosa de transfugueadas, cambios de camiseta, búsqueda del mejor destino sin atender a orgánicas ni a pertenencias”. Habría que preguntarle al redactor de Página por el nuevo operador estrella del kirchnerismo. Hace solo algunos años, allí se presentaba el legajo de Álvarez en su paso por la SIDE en plena dictadura. Hoy parece un aliado necesario.
Como confirma Eduardo Van der Kooy en el mismo Clarín, “el resonante episodio del diputado Ricardo Lorenzo (Borocotó), cuando en 2005 dejó la banca del PRO para saltar al FpV, quedó convertido hoy en un poroto”.
“Hoy un juramento, mañana una traición” cantaba Carlos Gardel. Una frase que le cabe al conjunto de la política burguesa por esos tiempos. Nadie está a salvo, ni la propia presidenta, que esta semana estuvo al lado del sciolista y reivindicador de los intendentes de la dictadura Adolfo Bermejo, candidato a gobernador de Mendoza.

#NiUnaMenos

La multitudinaria marcha del 3 de junio contra los femicidios y la violencia hacia las mujeres es uno de los temas en las editoriales de hoy. Con una convocatoria de entre 300 y 500 mil personas, fue una de las manifestaciones más grandes de la historia reciente.
En el día de ayer Luis Bruschtein, de Página12, compara la foto del Congreso rodeado de mujeres con el asedio a un castillo feudal, aclarando que el Congreso no es el Patriarcado y que “la figura de una mujer en la Casa Rosada agrieta los muros del machismo, genera reacciones y rupturas. La oposición ha tomado muchas veces su condición femenina para atacarla, sobre todo en los actos públicos, de la misma manera que en su momento se hizo con Evita.”
Esta referencia a Cristina no cita a la revista Forbes, que la ubica entre las mujeres más poderosas del mundo (tomando categorías como ser multimillonaria, poder político y mediático, etc.). La femeneidad de la Presidenta es un recurso al que apelan frecuentemente los periodistas del oficialismo, como si eso borrara el hecho de que durante la década kirchnerista aumentaron la precarización laboral y el trabajo no registrado, que afectan especialmente a las mujeres. O como si no existieran las 300 muertes al año por abortos clandestinos, por responsabilidad del gobierno que se niega a legalizarlo.
Mario Wainfeld, por su parte, habla hoy largamente de la movilización planteando brevemente que “las causas nobles consagradas congregan a recién llegadas o llegados, a oportunistas de toda laya, a personas cuyas trayectorias desautorizan la foto con el cartelito. La Mona Jiménez es un ejemplo burdo, extremo. Hay otros, menos chocantes y expuestos. Es uno de los costos o desafíos de los saltos cualitativos”.
En la generalidad del “otros” omite deliberadamente la multitud de figuras del gobierno nacional que posaron con el cartelito de NiUnaMenos, como Aníbal Fernández, el autodenominado “duhaldista portador sano” responsable del asesinato de Kosteki y Santillán y que hace poco negó rotundamente que el derecho al aborto esté en la agenda del gobierno. Tampoco habla de Sergio Berni, que desde el 2012 dirigió cientos de represiones a familias desalojadas de la Ciudad de Buenos Aires y a trabajadores que luchaban por sus puestos de trabajo. En la Panamericana no dudó en tirar gases y golpear a las mujeres que se organizaban junto a los obreros de Lear, entre ellas la nieta restituida Victoria Moyano.
Este oportunismo de la casta política no pasó desapercibida para los miles que marchaban. En Córdoba, por ejemplo, familiares de las víctimas de femicidios echaron directamente a los funcionarios delasotistas que se habían acercado a “solidarizarse”.
Wainfeld se rasga las vestiduras al mencionar que “las fuerzas de seguridad son un agujero negro del sistema democrático, en promedio. (…) El Poder Judicial, que se ufana de santidad y de vocación “contra mayoritaria”, toma con recurrencia decisiones que trasuntan una cosmovisión individualista, patriarcal, antiigualitaria. Son malos jueces o juezas, podría aducirse, a condición de analizar cuántos son en el conjunto y hacerse cargo de la idiosincrasia predominante en la casta judicial. Vitalicia, nobiliaria en sesgo y lenguaje, relativamente aislada de la sociedad, ajena al escrutinio popular en su labor cotidiana”.
Parece olvidar que estos “poderes reales” permanecieron intocados durante los 12 años de gobiernos kirchneristas. El nefasto juez Piombo, que tuvo que renunciar debido al masivo rechazo que despertó el fallo en el que reducía la pena a un violador porque la víctima, un niño de seis años, según el juez, había sido abusado anteriormente y presentaba conductas homosexuales, es un claro ejemplo de ello. No sólo tiene un prontuario de sentencias machistas y anti obreras, sino que había sido nombrado durante la última dictadura militar

Un paro, una elección y un debate en la izquierda

Este miércoles se cerrará la presentación de alianzas en la justicia electoral. La semana, entonces, dará lugar a varias noticias políticas. Entre ellas la confirmación de la continuidad o no de la candidatura presidencial de Massa.
Si hablamos de elecciones, el próximo domingo son las generales provinciales en Santa Fe. Como hoy informamos en La Izquierda Diario, el debate de gobernadores de ayer estuvo marcado por dos hechos. Por un lado, lo anodino de las propuestas de los candidatos de los partidos patronales; por el otro la destacada participación del candidato del FIT, Octavio Crivaro, dirigente del PTS que denunció claramente a sus rivales en el encuentro.
La semana siguiente son las elecciones en Mendoza y, en pocos menos de un mes, las de Córdoba y las generales en CABA. El Frente de Izquierda tiene importantes desafíos y posibilidades en cada una de ellas. En el terreno de las PASO nacionales, la propuesta unitaria que viene realizando el PTS de una fórmula Altamira-Del Caño, que apoyan intelectuales y trabajadores, volvió a ser rechazada este viernes en el acto que PO e IS hicieron en el micro-estadio de Ferro. Este debate continuará en la semana.
Mientras tanto, en poco menos de 48 horas, el país volverá a sentir la fuerza social de la clase trabajadora. La izquierda y el sindicalismo combativo ya han votado acciones independientes de la burocracia sindical de los Moyano y Barrionuevo, lo que desmiente, una vez más, a quienes atacan la atacan por su supuesta funcionalidad a dirigentes burocráticos que, hasta ayer nomás, eran kirchneristas.

Eduardo Castilla
@castillaeduardo
Daniela Aires

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