jueves, 18 de junio de 2009
PODER JUDICIAL BAJO LA LUPA
LA APARENTE IGNAVIA DEL FORO
Frecuentemente se oye hablar de corrupción en el Poder Político estatal. Pero, ¿en los estrados del Poder Judicial, cómo andan las cosas? ¿Cuáles serán las causas por las que el largo brazo de la ley nunca consigue desplegarse a tiempo? ¿Ignavia, atonía, artrosis? ¿Qué originará esta notoria disfunción foral? Uno que es abogado y recurre diariamente a los Tribunales, no se apresuraría en dar una aseveración como hace la gente. Pero ello no empece a que existan sobradas sospechas sobre el asunto. Todos tenemos la preocupación, la intuición y ese inconfundible “olfato” propio del oficio, que nos indica que algo no marcha como debería.
Y la verdad es que, resulta muy sugestiva toda esa carga mañosa de ambages y tardanzas que se da en los procesos importantes; como por ejemplo, en las causas contra delitos de lesa humanidad. Todos los días podemos leer en los periódicos cómo ex represores denunciados de homicidas y torturadores se van tranquilamente muriendo de viejos, sin siquiera haber sido citados a indagatoria por La Justicia. Otros , al ser declarados insanos, pasan a beneficiarse con el carácter de inimputables. En el peor de los casos y para aquellos a los que le da vergüenza hacerse los locos, después de su tardío y aparente juzgamiento pasan a cumplir abrigados arrestos domiciliarios.
Teniendo en cuenta todo este asqueroso apañe judicial, que resulta harto evidente, se hace difícil no sospechar de una gran connivencia entre distintos sectores de poder para frenar el debido proceso. Y no se alcanza a entender por qué algunos, tal vez ingenuamente, piensan que los magistrados están siempre al margen de espurias componendas. Siendo que son gente como todos, con intereses e inclinaciones como cualquiera, que se mueven dentro de la misma sociedad que compra y vende cosas y que están demasiado cercanos al poder. ¡Entonces por qué no tomar con más seriedad el problema! ¿Por qué esa manía de pensar que no puede existir “una estrategia concertada entre los represores, sus abogados y una parte sustancial del Poder Judicial, para atrasar los juicios hasta que los genocidas mueran o sean declarados insanos”; tal como lo vienen denunciando los abogados de las familias de los desaparecidos?
Si eso no se diera, al menos habría negligencia e incumplimiento de las funciones. Una “justicia” que no llega, o lo hace totalmente fuera de tiempo; no es justicia!
Dr. Fernando Chanquía Aguirre
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