jueves, 18 de junio de 2009

No en nuestro nombre


“En los países en que la libertad y la democracia coexisten desde hace mucho tiempo con un movimiento obrero revolucionario, en Inglaterra y Francia, los capitalistas han recurrido a este método repetidas veces y con gran éxito. Los jefes ‘socialistas’ que entran en un ministerio burgués resultan siempre figurones, títeres, biombos de los capitalistas, instrumentos para engañar a los obreros” – Lenin, “Enseñanzas de la Revolución”

Otra vez la indignación. Otra vez la vergüenza ajena. Otra vez, yo escribiendo lo mismo. Ya cansa. Pero… ¿cómo evitarlo? Si estos caraduras insisten en sus bajezas…
Ahí se los ve, apoyando al que niega su origen, quien a su vez apoya a quienes sólo quieren ver obreros para explotarlos. A quienes hacen apología de la pobreza para perpetuarla…
Ahí se los ve, arrastrándose detrás del que les paga…
Ahí se los ve, yendo –otra vez, y van…- vergonzosamente como furgón de cola de intereses contrarios a los que dicen defender y representar.
Ahí se los ve, usando nuestros símbolos… sólo para mancillarlos. Llevándolos para apoyar a un Gobierno que, justo ese día, con el brazo de metal de una de las fuerzas de seguridad que maneja, desalojaba compañeros trabajadores de FP Impresora y demoraban a 9 de ellos. Compañeros que habían tomado la fuente de trabajo abandonada por sus patrones, quienes habían despedido a 19 obreros por el “delito” de haberse sindicalizado.
Apoyan a un Gobierno que se propone quedar bien con el “fenómeno Obama”. Que recibe a la gusana Hilda Molina. Que le pagó como ningún otro gobierno al FMI y demás acreedores externos. Que ni se propone recuperar el petróleo y demás áreas estratégicas de la economía. Que permite un escandaloso saqueo de nuestros recursos, arrasando el medio ambiente. Que vetó la ley de protección de glaciares por “pedido” de la Barrick Gold. Que ofició de representante de Techint ante Chávez, para que les pagara la nacionalización de Sidor. Que utiliza el dinero del pueblo para subsidiar a las grandes empresas. Que maneja los índices del INDEC descaradamente. Que votó la indignante Ley “Antiterrorista” a pedido de Bush. Que mantiene la judicialización de la protesta social y alrededor de 5000 compañeros procesados, y aún presos políticos. Un Gobierno que, finalmente, aumentó de manera obscena la brecha entre los que más ganan y los que menos tienen. Y la lista sigue, lacerante, interminable
Ahí van, diciendo que combaten a la “derecha”, como si éste gobierno no fuese parte de ella, la derecha posible después del 2001. Como si este gobierno no fuese el responsable del resucitamiento de la derecha más rancia, que había sido sumergida “a diez mil metros en el fondo del mar”, a principio de siglo, por la rebelión popular.
Vergüenza da que lleven las imágenes del Che y de Lenin detrás de un banquero, que encima defiende lo indefendible.
Algunos dirán “no te calentés, si son insignificantes”. Es cierto. Pero esa insignificancia fue obra de ellos. Tomaron un partido con más de cien mil afiliados hace 23 años, y hoy lo han condenado a una agonía interminable, dolorosa, vacía de ideología y militancia. Su único éxito es haber creado un Banco. Linda contradicción para quienes se consideran “proletarios”
En todo caso, hay que reconocerlo, tienen derecho a pensar como piensan. Y a actuar en consecuencia.
A lo que no tienen ningún derecho es a llamarse comunistas

Gustavo Robles

Nota: este escrito está dirigido a esa execrable corriente que es el echegarismo-hellerismo, que de ninguna manera representa al movimiento comunista de la Argentina. Somos infinitamente más los comunistas que estamos por fuera del PCA-PCredicoop-PCKirchnerista.
Nuestra obligación, en todo caso, es refundar el verdadero Partido Comunista de este país.

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