miércoles, 10 de junio de 2009

Combatir la dictadura informativa

¿Cómo ejercer la libertad de expresión y el derecho social a la comunicación en un paisaje dominado por el oligopolio informativo?.
En primer lugar, a través de la organización. No hay posibilidad de dar pelea al poder multimediático sin organizar al sujeto colectivo de la actividad: los trabajadores.
Desde nuestros orígenes hemos vinculado la lucha reivindicativa a la lucha política. La tarea no se reduce solamente a litigar por más salario y mejores condiciones laborales, sino a participar de un proyecto político que le dé sustento a la discusión de un nuevo modelo comunicacional en la Argentina.
A la dictadura informativa, que transmite la mentira organizada por cadena, hay que combatirla utilizando la táctica de la guerra de guerrillas: golpear en todos los frentes, donde menos lo espera y más le duela. Articular como una inmensa tela de araña la red de medios de comunicación que transmiten por diferentes soportes las prioridades, las acciones y las estrategias de las organizaciones libres del pueblo, es una tarea pendiente y un desafío que nos interpela a todos.
El poder desinforma, manipula, trafica mercancía contaminante e impone a gusto y placer la agenda que debate la sociedad de la información. El contrapoder radica en configurar nuestros propios medios de comunicación para que hagamos visible los temas que realmente interesan a la mayoría de nuestro pueblo.
En esa disputa la neutralidad no existe. Tampoco la complacencia hacia el interior de las empresas donde hay que tensar la cuerda al máximo para reclamar por los espacios de libertad adelgazados hasta la anorexia, los magros salarios y la precarización laboral.
¿Acaso Mariano Moreno fundó La Gazeta de Buenos Aires para congraciarse con los poderosos? ¿Su verbo fue tímido, amarillo, genuflexo, cómplice de los que mandan? ¿Estaba a sueldo de alguna potencia extranjera o de los cipayos que conspiraban contra la Revolución? ¿Le temían los desposeídos? ¿Lo admiraban los grandes señores que complotaban para seguir siendo una colonia? ¿No es su "Plan de Operaciones" una pieza magistral de la Revolución en este lado de América? ¿Por qué lo arrojaron al destierro? ¿Quién lo mató? ¿Quién lo mandó a envenenar en alta mar?
El 7 de junio de 1810 una Buenos Aires convulsionada leía por vez primera La Gazeta, portavoz de la emancipación nacional.
Casi 200 años después, lo mejor que podemos hacer es rescatar su ejemplo.

Juan Carlos Giuliani, Secretario de Comunicación y Difusión de la CTA.

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