El pastor alemán también es conocido con el nombre de “ovejero alemán” o “perro policía”, debido al uso que le dan las fuerzas represivas en muchos países.
En Argentina, las policías tienen muchos de estos canes. Y la escuela de las futuras fuerzas represivas de la ciudad de Buenos Aires también tendrá sus abnegados y fieles perros. Al primero de la larga lista de canes con que contará la fuerza, lo eligió directamente el jefe de gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri. El flamante perro policía no irá a acompañar agentes en estadios de fútbol sino que será su director. Se trata del abogado y académico Daniel Pastor.
El flamante director de la academia de la futura policía de la ciudad es un convencido crítico de los organismos de DDHH y tenaz defensor de la prescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad. También cuestionó la intervención de los organismos en las causas por el atentado a la AMIA, por el crimen de José Luis Cabezas y por la represión y asesinatos del 20 de diciembre de 2001. El especialista en represión es un gran crítico de los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), como el de la masacre de Barrios Altos de Perú –uno de los fundamentos para la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida– y el de la tortura y muerte de Walter Bulacio.
En julio de 2001 Daniel Pastor era asesor del Procurador del Tesoro Mercer e intervino en el caso Bulacio. Su estudio jurídico fue contratado por el gobierno de De la Rúa para que contestara la demanda de CORREPI contra el Estado argentino. Con la respuesta que Pastor elaboró, el gobierno de De la Rúa negó que Walter fuera torturado y que su muerte fue responsabilidad del Estado, y defendió al comisario Miguel Angel Espósito con los mismos argumentos de su defensa técnica en la causa interna.
Si cualquier nueva fuerza siempre significará más represión para el pueblo, no cabe duda de la forma en que actuarán los futuros funcionales ejecutores de la represión del Estado que salgan de una escuela dirigida por una persona que avala tales crímenes.
A tono con las políticas que viene llevando el gobierno de la ciudad –sin contradicción en la materia con el gobierno nacional-, como el arrasamiento del centro cultural en un espacio público de la Huerta Orgázmika de Caballito o el desmantelamiento de Puerto Pibes para poner una sede de la futura policía, la designación de Pastor al frente de la futura escuela no hace más que garantizar la tortura y la muerte en manos del Estado. Para esto Macri ya tiene su “Pastor Alemán” que adiestrará a los demás perros.
CORREPI
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