Las mujeres paraguayas migran solas, seis de cada 10 trabajan en el servicio doméstico y muchas crían a sus hijos desde la distancia. Estos son algunos datos que se desprenden de un informe elaborado por la socióloga Marcela Cerruti.
La socióloga Marcela Cerrutti elaboró el informe Diagnóstico de las Poblaciones de Inmigrantes en la Argentina, pero se especializó en la migración paraguaya, sobre todo en mujeres migrates. “La mujer paraguaya migra cuando es joven, es decir antes de los 25 años. Se traslada sin su familia, se trata de una migración autónoma o independiente. Esto la distingue de otros flujos migratorios en los que la mujer participa en una migración de carácter familiar como es el caso de las bolivianas. Aquí la mujer migra acompañando a su padre, esposo o pareja”, explicó la investigadora.
Con el equipo del Centro de Estudios de Población (CENEP), Cerrutti se trasladó a Paraguay donde realizó encuestas en hogares de cuatro de distritos. “Para conocer realmente cómo migran las mujeres se necesitan datos del país de origen y del país de destino, pero no tenemos estos datos”, afirmó la experta, quien se basó en la Encuesta Complementaria de Migraciones Internacionales (ECMI), que formó parte del Censo de 2001, para realizar el diagnóstico sobre las migraciones limítrofes. “Con la ECMI más los datos recogidos en Paraguay logramos reconstruir las historias migratorias completas. Esto no quiere decir que tengamos información representativa de Paraguay”, aclaró la socióloga.
Luego Cerrutti se refirió a la “maternidad a larga distancia”, porque caracteriza principalmente a la migración paraguaya. “Si bien el 60 por ciento de las paraguayas migran antes de casarse, muchas tienen hijos al momento de migrar”, indicó. Cuando se instalan en Argentina, las paraguayas se insertan principalmente en el servicio domestico en hogares privados, de ese modo se hacen cargo de las tares domésticas en hogares de otras mujeres trabajadoras, mientras sus hijos e hijas viven una maternidad a distancia.
La experta aclaró enseguida que “es muy poco el conocimiento que tenemos de este fenómeno respecto de los grupos migratorios de Argentina”. Su informe sobre las poblaciones migrantes establece que 22 por ciento de las paraguayas tienen hijos menores de 14 años en el país de origen, y en el caso de las bolivianas esta cifra baja a 8 por ciento.
Las migrantes suelen recurrir a redes sociales migratorias femeninas. “Este es otro rasgo poco estudiado, pero cuando analizamos quienes colaboran con la mujer que migra, aparece que fue una hermana, una miga o una parienta”, informó Cerrutti, para explicar que las redes son fundamentales en el proceso migratorio, ya que disminuye su costo tanto en lo económico como en lo afectivo.
En ese orden, la investigadora aseguró que “la migración limítrofe y de Perú se han feminizado”, pero aclaró que “en el caso de Paraguay el número de mujeres siempre fue mayor”. En Argentina tres grupos migratorios han aumentado en forma significativa en épocas recientes: paraguayos, bolivianos y peruanos, pero este último colectivo sigue teniendo una escasa representatividad. En estas tres colectividades hay más mujeres que varones.
La mayoría de las personas migran por razones laborales. Entre las mujeres la búsqueda de esa alternativa también es predominante. “La migración limítrofe es típicamente laboral y se insertan en sectores económicos con un mayor grado de informalidad y precariedad laboral. Se reduce a un grupo limitado de ocupaciones”, explicó Cerrutti.
El tipo de inserción económica de los y las inmigrantes varía de acuerdo a su origen. En el caso de las bolivianas, aparecen más en el comercio al por mayor y menor, en la industria manufacturera (confección de vestimenta) y en actividades agropecuarias. La socióloga destacó que pese a que es creciente la participación de las mujeres migrantes en la fuerza de trabajo, se mantiene una alta concentración en ocupaciones “típicamente femeninas”. Por ejemplo seis de cada diez paraguayas se desempeñan en distintas variantes del servicio doméstico en hogares privados.
Por último, Cerrutti mencionó que una proporción importante de migrantes limítrofes y de Perú trabajan en condiciones desventajosas, en ese marco las mujeres presentas porcentajes de trabajo precario significativamente más altos que los varones migrantes, aún con los mismos orígenes nacionales. En ese sentido dijo que “el dato más alentador es el programa Patria Grande, que se origina debido a la Ley de Migraciones y tiende a regularizar a los inmigrantes indocumentados. La ley dice que si la persona demuestra que es residente de un país miembro del Mercosur y que no tiene antecedentes penales, puede tramitar su residencia en la Argentina. Es un avance muy importante, pero tiene sólo dos años, con lo cual aún no hoy datos representativos sobre este proceso”.
Alejandra Waingandt (ARTEMISA)
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