domingo, 7 de junio de 2009
21 AÑOS: MURIÓ A CAUSA DE GOLPES Y QUEMADURAS
Otra muerte joven con el sello de La Bonaerense en Avellaneda
Nahuel Balsano fue subido a punta de pistola a un patrullero de la policía bonaerense en la puerta de su casa. Trece días más tarde falleció. Había sido detenido en condiciones sumamente irregulares. Permaneció en las comisarías 1º y 3º de Avellaneda más tiempo del fijado por ley. Allí fue golpeado, torturado y quemado. Su familia reclama que se investiguen las causas reales de su muerte.
“Se lo llevaron como a un animal de la puerta de casa. Había bajado a abrirle al lechero” expresó Esther Giménez, la madre de Nahuel en dialogo con Prensa De Frente. La mujer es trabajadora social y responsable barrial del plan “Más Vida” en Piñeiro, Avellaneda. Asiste con leche y mercadería a más de 100 familias. Normalmente el repartidor de leche llega a la casa de los Balsano alrededor de las tres de la mañana. Cuando sonó el timbre la noche del 24 de abril pasado, Nahuel abrió la puerta. En ese momento, un patrullero de la policía bonaerense se detuvo frente al chico de 21 años. Un efectivo bajo a los gritos, encañonó al joven y lo metió dentro del vehiculo. La acusación: robo de un auto. Vecinos de los Balsano, que observaron el episodio, pudieron oír que lo trasladaban a la comisaría 1º de Avellaneda.
Según consta en la causa, los padres de Nahuel llegaron a la dependencia policial tres minutos más tarde que el patrullero que trasladaba a su hijo como detenido. A esa hora no hay registro sobre la denuncia por el automotor robado. Sin embargo la bonaerense ya tenía entre sus manos a quien había designado como responsable del hecho y aseguraban haberlo capturado en condición de “flagrancia”. Argumento sumamente discutible, teniendo en cuenta que la distancia entre el que estaba el auto buscado y la casa de los Balsano, donde transcurrió la detención, es de seis cuadras.
Aún en calidad de detenido, el sábado el joven es trasladado al Polo Judicial de Avellaneda. Pasa allí trece horas pero no le toman declaración hasta el domingo. Nahuel niega tener cualquier relación con el robo y haber estado en el lugar. El fiscal del caso, Carlos Musitan, nunca escuchó la declaración de Nahuel. Esther estuvo en el Polo Judicial el sábado y domingo mientras su hijo esperaba para dar testimonio. No pudo hablar con él pero si observarlo atravez de un vidrio. Nahuel tenía la mano quemada y fue golpeado por efectivos en el hombro. Luego de declarar, lo trasladan a la comisaría 3º en Dock Sud donde lo alojan en un calabozo de “castigo” que en la jerga policial llaman buzón, junto a otros siete presos. Todavía no había ocurrido lo peor.
“Hola familia Balsano, les comunico que hubo un motín en la comisaría y Nahuel esta en el hospital fiorito internado” fue el escueto mensaje que la defensora oficial Flavia Bianchi dejó en la casa familiar el lunes 27 pasadas las once de la noche. Al constatar que la internación era en terapia intensiva, los Balsano consultaron con un medico. El parte debían ir a buscarlo a la comisaría 3º. Aquella noche, el comisario aseguró que Nahuel tenía solo unos “rasguñós” que se había quemado las manos, los brazos y un “poquito la cara”. No quiso agregar datos sobre los motivos y el desarrollo del supuesto motín.
El encubrimiento cotinuó el martes 28, cinco días más tarde de la detención. Nahuel obtuvo la libertad, abandonó el Fiorito y fue trasladado a la clínica del Buen Pastor en Lomas del Mirador donde murió tras trece días de internación. “Tenía la cara desfigurada, las manos y el tórax totalmente quemados y las vías respiratorias comprometidas seriamente, un ojo hundido, golpes en la cabeza, ampollas de cigarrillo apagados sobre el cuerpo” explica descarnadamente su madre, quien recuerda que por las condiciones físicas en que la policía de Avellaneda la devolvió a su hijo, debieron velarlo a cajón cerrado. Nahuel no tenía antecedentes y nunca había estado detenido.
“Lo que buscamos ahora es que todo esto se sepa, que no quede impune" afirmó Esther, quien agregó "la jueza (de garantías, Estela Mollo) cierra la causa porque mi hijo está muerto. Yo no voy a paarar hasta que se investigue y se sepa que fue lo que la policía hizo, porque esto fue un asesinato. Primero la armaron una causa después lo golpearon y después los dejaron quemar vivos. Si no investigan que no me hablen de justicia”. La mujer cuenta que su hijo bailaba tango y salsa en escuelas de arte de Avellaneda. Los Balsano son una familia numerosa, Nahuel tenía nueve hermanos algunos de los cuales duermen fuera de casa por estos días, por temor a las represalias de la policía.
Los hermanos de Nahuel y sus amigos convocan a una movilización exigiendo justicia el martes 16 de junio, a las 16hs desde la calle Rivero en Piñeiro Avellaneda. Ese día el joven debería cumplir 22 años. También se realizará una misa.
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