miércoles, 24 de junio de 2009
Los delegados de prevención hacen falta en salud laboral
La ley de Riesgos del Trabajo dejó en manos de las ART la prevención de los accidentes y enfermedades laborales. Su fracaso en esta materia hacen necesaria la derogación de esa norma y la sanción de otra que contemple de verdad la salud de los trabajadores.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su reunión constitutiva en 1948, definió a la salud como el "completo estado de bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedades". Según los especialistas en salud laboral, los accidentes de trabajo constituyen sólo el 18 por ciento de las causas de muertes en ocasión o por causa del trabajo. El 82 por ciento restante corresponde a enfermedades o dolencias que en su gran mayoría pueden ser prevenibles.
Al referirnos a la relación entre trabajo y salud, tenemos que tomar, por un lado al proceso productivo en el cual se encuentra inmerso el trabajador y por otro, las condiciones laborales y el medio ambiente en que éste desarrolla sus tareas. La "carga laboral" es el esfuerzo físico, psíquico y mental que desarrolla el trabajador y que obviamente repercute en su salud. La carga física es sencilla de medir, así como sus consecuencias directas (dolores posturales, enfermedades producidas por sobrecarga física, etc.). En cambio la carga psíquica y mental, se encuentra en directa relación con el ambiente laboral, la organización del trabajo y las relaciones interpersonales que se desarrollan en una oficina, fábrica o ámbito laboral.
El estudio de Palacios
El esfuerzo físico es parte esencial de toda actividad laboral. No sólo es un componente de los trabajos comúnmente denominados "pesados" (minería, construcción, siderurgia), sino que es un elemento de fatiga importante, aunque menos evidente, en otros trabajos como mecanografía, enfermería, montaje de pequeñas piezas, confección textil, etc. Incluso el mantenimiento de una misma postura (de pie o sentado) durante ocho horas puede ser causa de lesiones corporales. Estas lesiones, especialmente las que afectan al sistema músculoesquelético, son uno de los problemas de salud laboral más extendidos.
En la Argentina, hace más de 100 años, el entonces joven diputado socialista Alfredo Palacios escribía su conocido trabajo sobre "la fatiga y sus proyecciones sociales". Para este estudio, encargado por la Oficina Internacional del Trabajo, Palacios instala el laboratorio en los Talleres del Estado, situados en el Riachuelo, y durante el mes de julio de 1921 estudia a los trabajadores in situ. Sus conclusiones son terminantes y asestan un duro golpe al taylorismo imperante: afirma que, a medida que avanza la extensa jornada laboral, el rendimiento de los obreros decae y la fatiga llega a la extenuación si no se realizan medidas tendientes a fomentar los descansos.
En 1907 Palacios había logrado aprobar la ley del descanso dominical y la llamada "ley de la silla", que todo empleador debía disponer para el descanso del trabajador.
Estudiar los riesgos
Los llamados riesgos laborales son aquellas situaciones o condiciones que ponen o pueden poner en peligro la salud del trabajador. En general, los especialistas en salud laboral, los clasifican en riesgos físicos (ruidos, vibraciones, radiaciones); riesgos químicos (sustancias tóxicas que se encuentran en el ambiente laboral) y riesgos tóxicos (cuando hay presencia de bacterias, virus y hongos). También existen otros riesgos, más fáciles de reconocer, como los ergonómicos y los psicosociales.
Los riesgos ergonómicos son los que producen los objetos cuando no se adaptan a las posibilidades del ser humano (sillas inadecuadas, casilleros demasiado altos, muebles dispuestos en posición incómoda, etc.). En estos casos el trabajador debe realizar esfuerzos o movimientos repetitivos que luego traen consecuencias como dolencias lumbares o musculares. Para que esto no suceda, las condiciones de trabajo se deben adaptar a las condiciones de la persona.
Los riesgos psicosociales, en cambio, se refieren a la sobrecarga desde el punto de vista mental, relacionada directamente con la atención, la concentración, la memoria. También aquellos que están relacionados con los aspectos sociales del trabajo, por ejemplo, la organización y control del proceso de trabajo (horarios, relaciones jerárquicas, etc.).
Cada sector de trabajadores enfrenta determinados riesgos laborales, y las organizaciones sindicales deben estudiarlos para poder elaborar lo que se denomina "mapa de riesgos", que servirán para establecer una estrategia preventiva.
Obviamente, la mayoría de las empresas niegan o minimizan los riesgos laborales, pues la prevención de las enfermedades y accidentes está directamente a cargo de los empleadores. Y aunque una política preventiva en materia de salud laboral, necesariamente generará "gastos", pues se deben adoptar medidas o adquirir equipamientos, en realidad el cuidar la salud de los trabajadores, siempre redundará en un "ahorro", ya que una correcta política preventiva evitará accidentes y enfermedades, mejorando la calidad de vida de los trabajadores, pero también evitará largos y costosos juicios laborales.
Delegados de revención
Para elaborar los mapas de riesgos, es necesario analizar detenidamente cada lugar de trabajo y registrarlos, así como evaluar el número de trabajadores expuestos a cada tipo de riesgos: físicos, químicos o tóxicos. Luego, con la ayuda de los especialistas en salubridad e higiene del trabajo, hay que elaborar estrategias de prevención que tengan siempre como objetivo principal, cuidar la salud de los trabajadores.
Para esta tarea es esencial la presencia de los llamados delegados de prevención en salud laboral, que lamentablemente no están previstos en nuestra legislación laboral nacional. Otros países, como Uruguay, hace ya tiempo que en su normativa del trabajo tienen prevista la figura del delegado en seguridad laboral, con fueros sindicales y plenos poderes para poder actuar en el ámbito de las empresas o de la administración pública.
En Argentina, Santa Fe es la única provincia que cuenta con una ley que prevé la figura de los comités mixtos, integrados por delegados de los trabajadores y de la patronal, para velar por todo lo atinente a la seguridad y salud laboral en los ámbitos del trabajo. En Entre Ríos, la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) ha elaborado y presentado un proyecto de ley con la figura del delegado de prevención laboral. Sin embargo, a nivel nacional, todavía existe la Ley de Riesgos del Trabajo, que creó las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART), empresas privadas que tienen por objeto cubrir a las empresas que contratan con ellas, mediante un seguro, de los riesgos, accidentes o enfermedades laborales que padezcan sus trabajadores.
Numerosos fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación han declarado inconstitucional diversas normas de la LRT, y es un reclamo generalizado de las entidades gremiales, que la misma sea derogada y suplantada por una verdadera Ley de Salud Laboral, que contemple seriamente la salud de los trabajadores, desterrando a las ART, que por ser empresas privadas, tienen por objeto el lucro y no el cuidado de la integridad física de sus asegurados.
Cambiar la legislación
El pasado 19 y 20 de junio, se realizó en Carlos Paz, el Congreso de Salud Laboral convocado por el Instituto de Salud Laboral y Medio Ambiente de la CTA (Islyma), con el objetivo de "discutir cursos de acción ante la degradación de las condiciones de trabajo y las consecuencias que provocan sobre el futuro y la salud de nuestras familias".
"Según sea el nivel salarial de cada trabajador, así será la calidad de salud a la que tendrá acceso él y su familia", expresó Eduardo Ahamendaburu, secretario del Islyma cordobés, y expresó que hay que luchar por la salud desde una práctica social y política colectiva para la transformación del trabajo como un factor protector y no deteriorante de la salud.
El médico laboralista Mario Epelman, con una vasta trayectoria en Córdoba y Santa Fe sobre el estudio de las condiciones laborales en distintas organizaciones gremiales, hizo hincapié en la necesidad de cambiar la legislación y, sobre todo, las prácticas de las empresas y el Estado, sobre salud laboral. Asimismo, reafirmó la importancia de la tarea de los trabajadores, pues son ellos quienes conocen sus condiciones y medio ambiente de trabajo, y los riesgos que corren diariamente.
Irina Santesteban (LA ARENA)
Foto: Argentina, Socialismo - Alfredo L. Palacios (izq)
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