jueves, 8 de septiembre de 2016

Treinta y ocho años esperando justicia

El ex integrante de la junta militar Omar Graffigna, el ex jefe de la Regional de Inteligencia Buenos Aires, Luis Trillo, y Francisco Gómez, apropiador de Guillermo, hijo de la pareja, recibirán la sentencia del tribunal Federal N° 5 de San Martín.

José Pérez Rojo fue secuestrado en Martínez por una patota que lo fue a buscar al cotillón que atendía en una galería céntrica de esa localidad bonaerense. Un rato más tarde el terror cayó en el departamento palermitano en donde Patricia Roisinblit cuidaba de su beba de 15 meses y de su panza de ocho. Era el 6 de octubre de 1978. La Justicia llegará esta mañana, casi 38 años después, cuando el Tribunal Oral Federal N° 5 de San Martín dicte sentencia a Omar Graffigna, Luis Trillo y Francisco Gómez, los tres acusados de secuestrar a la pareja y torturarla en la Regional de Inteligencia de Buenos Aires (RIBA).
Mariana Pérez Roisinblit creció con sus abuelos paternos, luego de que en sus brazos la dejara su mamá en medio del operativo de aquel 6 de octubre. Nunca más volvió a ver a sus padres y buscó insansablemente a su hermano, Guillermo, junto a sus abuelas hasta que finalmente lo encontró, en 2000. había sido apropiado por Gómez y su esposa, delito por el que fueron condenados hace algunos años.
En diálogo con Página/12, se permite caracterizarse como “optimista”. “La manera en la que el Tribunal trató la prisión domiciliaria de Trillo, que rápidamente se la revocaron (NdR: el acusado perdió ese beneficio luego de que lo fotografiaran paseando a su perro) me permite ser optmista. Espero que los jueces consideren probado que mis padres estuvieron en la RIBA y que le crean a Guillermo y no a Gómez”, apuntó a la espera de la condena. Guillermo espera “una sentencia justa en la que se den penas altas, como corresponde después de tanto tiempo de estar esperando una respuesta de la Justicia”, aportó.
En el juicio que comenzó en mayo pasado, él acompaña a su abuela, Rosa Roisinblit, vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, en la querella del organismo. A Mariana la representa Pablo Llonto, quien solicitó penas de prisión perpetua para los tres acusados por entender que no son responsables solo del secuestro y las torturas que sufrieron Patricia y José, sino también de su desaparición forzada. La Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires utilizó el mismo argumento para hacer el mismo pedido de condena.
La Fiscalía, a cargo de Martín Niklison, así como las querellas de Abuelas de Plaza de Mayo y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación pidieron penas de 25 años de cárcel para Trillo y Graffigna, y 20 años de encierro para Gómez. Al igual que Llonto, Niklison y el equipo letrado de Abuelas le pidió al tribunal que investigue el secuestro de Mariana –estuvo varias horas en manos de la patota de la Fuerza Aérea que destrozó el departamento en donde vivía con sus padres– y que Graffigna sea investigado como autor mediato de la sustracción de Guillermo, a quien Patricia parió en la Exma.
La RIBA fue el escenario de los crímenes que padecieron Roisinblit y Pérez Rojo entre octubre y noviembre de 1978. El organismo fue la central de espionaje de la Fuerza Aérea y funcionó en Morón, en el Oeste del Gran Buenos Aires, en la denominada subzona militar 16. Graffigna fue comandante de la Fuerza Aérea y miembro de la segunda Junta Militar que manejó con terror y muerte al país entre 1976 y 1983.
Trillo fue el titular de la RIBA y Gómez, agente de inteligencia que se desempeñó allí.
El fallo significará “el cierre de un ciclo de impunidad para la familia, no es poca cosa”, evaluó Mariana, quien a la vez consideró que una condena puede significar “también un punto de partida” que permita “seguir avanzando sorbe cuestiones que aún no se saben, como qué fue de la vida del socio de mi papá”, Gabriel Pontnou, que fue secuestrado junto con José, o “seguir indagando sobre la RIBA, porque pasaron por este juicio sobrevivientes que la reconocieron como su lugar de cautiverio, algo que no se sabía cuando comencé a impulsar la causa”. “Queremos que sirva para echar luz sobre la RIBA, para desmitificar a la Fuerza Aérea como la fuerza ‘benévola’ de la dictadura, y para poner en donde corresponde a Graffigna, el último de los dictadores de primera línea que está libre y que ahora está a punto de ser condenado”, añadió la joven.
Guillermo necesita que haya Justicia “a pesar de que haya llegado siempre tarde” en su historia y “nunca haya tomado la iniciativa”. “La Justicia nunca tuvo la iniciativa en mi historia A mí me encontraron Abuelas y mi hermana. 38 años llevamos de lucha para poder traer solo a tres de estos personajes nefastos a juicio oral, cuando había más de 30 ahí adentro”, evaluó, por lo que espera “algo ejemplificador, porque el veredicto no me va a devolver a mis padres ni los acusados van a decirme nada para saber donde estan sus restos, entonces por lo menos espero que le den muchos años de encierro. No quiero que nadie más pase por lo que pasaron mis viejos”.

Ailín Bullentini

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