jueves, 29 de septiembre de 2016

Pobreza: La responsabilidad del gobierno



8.7 millones de pobres y 1.7 millones de indigentes

Finalmente, el Indec dio a conocer las estadísticas sobre pobreza e indigencia en el país, en franco crecimiento. El porcentaje de 32,2% indica que una de cada tres personas en el país es considerado pobre. Sólo en los centros urbanos existen 8,7 millones de pobres y 1,7 millones de indigentes. La cifra podría ser aún mayor si la canasta que se utiliza como parámetro tuviese en cuenta el consumo real de una familia tipo. El ingreso puesto como piso para no ser considerado pobre, de 12.489,37 pesos, no contempla las verdaderas necesidades de una familia.
En la conferencia de prensa, Macri se amparó en la herencia recibida para justificar la situación actual. Pero las medidas económicas implementadas por el macrismo han agravado la ya difícil situación social del país que dejó el kirchnerismo. La devaluación monetaria y la eliminación de las retenciones han impactado en la inflación y en la actividad económica, que está en una profunda recesión. Por eso, y aún sin que existan estadísticas previas confiables, todos los especialistas estiman que, solo en el transcurso de este año, la pobreza creció en 4 o 5 puntos, lo que equivale a más de un millón de personas.
Es necesario señalar que la presentación del Indec responde a una foto vieja. Con la implementación del tarifazo (que afectará a la economía familiar de manera directa, con la suba de los servicios, y de manera indirecta, con una mayor inflación por el impacto en los costos industriales y comerciales) el nivel de pobreza sufrirá un nuevo aumento.
El informe del Indec pone en evidencia que en Argentina una parte considerable de los trabajadores está por debajo de la línea de pobreza. Basta ver que en la actualidad el salario mínimo es de 7.560 pesos, es decir que cubre sólo el 60% de la canasta de pobreza. Aún más grave es la situación de los jubilados: el haber mínimo es de 5.661 pesos, lo que equivale solo al 45% de dicha canasta. La situación afecta con especial fuerza a los trabajadores precarizados y en negro, que son hoy casi el 35% de la fuerza de trabajo del país. Estos trabajadores tienen ingresos que en muchos casos no llegan incluso al salario mínimo.
El ajuste que está llevando adelante el gobierno y las patronales han agravado esta situación. Las paritarias han sido firmadas entre el 25 y el 35%, contra una inflación que llega al 45%. Al negarse a reabrir las paritarias, es claro que el gobierno quiere consagrar esta pérdida histórica del salario de 10 puntos o más. El bono de fin de año que ahora reclama la CGT no cambia el asunto, porque en el caso de que se implemente es un ingreso por única vez que no cuenta para aumentos posteriores.
Mientras crece la pobreza, el beneficio de los banqueros y sojeros ha pegado un salto impresionante gracias a la devaluación monetaria y la eliminación de las retenciones. Lo que habitualmente se llama “ajuste” es en realidad una transferencia de riqueza en favor de los capitalistas.
El crecimiento de la pobreza es el resultado inevitable de la orientación política y social llevada adelante por el gobierno. Más que nunca es necesario un paro nacional y un plan de lucha para enfrentar esta situación, planteando la reapertura de paritarias, la prohibición de despidos y suspensiones y el aumento de emergencia a los jubilados.

Gabriel Solano

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