LA RECETA DEL DR. CURRETA
Al analizar la pandemia económico-social que afecta al modelo impuesto, en otros artículos anteriores hube de inferir que la misma es, en muchos sentidos, Moral (Crisis de los Países Ricos.22/03/09); y que el Muro de Wall Street no se iba a caer por sí solo (Crisis Global – Consecuencias.19/04/09).
A la luz de lo que ha venido haciéndose desde “El Poder” en el ombligo del mundo, resulta evidente que se está obviando actuar sobre las causas de la enfermedad, poniéndose la atención en los síntomas, tratando por todos los medios de preservar la estructura del sistema tal como está armado.
Por ello, se ha puesto en práctica el fraudulento método terapéutico del Dr. Curreta quien, ante un paciente que presenta una dolencia tumoral, le inyecta calmantes “para atacar la enfermedad”. Es decir que con este método, haciéndose creer que se ataca las causas, se actúa solamente sobre el síntoma inmediato enmascarándose otra cosa. Así es como desde los Estados rápidamente se inyectaron enormes dosis de dinero tratando de producir un efecto de shock; sobre el síntoma, pero no en las causas.
El nivel de infección en el organismo social quedó intacto. Las altas dosis de calmantes y analgésicos reacomodaron transitoriamente un poco al paciente. Pero el doctor pucherazo suscribiendo la factura aconseja: __”Bueno, ya está medicado, ahora hay que colaborar”
Siderales cantidades de dinero emanaron con la fluidez de nueva perforación petrolera, encauzándose hacia donde estaba previsto. El festival de aullidos y arrebatos se dio cita y algunos ánimos se calmaron en el tembladeral de los rapaces. Las bolsas de valores no pudieron disimular su algarabía y beneplácito. Había llegado el esperado socorro.
Esta fabulosa inyección de líquido en las venas de Drácula, circuló por los países de centro reconfortando al capital especulativo que se prepara, otra vez, para seguir actuando como ya nos tiene acostumbrado.
El doctor Curreta cumplió con su presencia y nos pasó la factura; dejando el enfermo tan grave como estaba. Sólo que ahora su angustiada familia agrega una deuda más en el debe y la malsana resignación a su agravamiento. Mal que se ve exacerbado por el secuestro cada vez mayor de los medios de subsistencia, el ambiente contaminado, el desamparo, la incomprensión cabal de la situación y el peligro inminente de una nueva patogenia.
Y lo que es peor aún: el riesgo cierto de sufrir una muerte violenta (frase abierta a la amplia interpretación del lector)
Siendo la causa principal del mal, una crisis de sobreproducción capitalista ante la insuficiente demanda, lo sensato no puede ser otra cosa más que la redistribución de los recursos injustamente apropiados por la parte rapáz. No el flujo de cantidades obsenas de capital inyectados en las financieras y corporaciones responsables de este desfalco.
Reza un dicho popular: Los consejos de tal doctor, sólo sirven para el que tenga años que perder.
Fernando Chanquía Aguirre
No hay comentarios:
Publicar un comentario