jueves, 28 de mayo de 2020
Villa Itatí, al borde de un colapso anunciado
Lindante con Villa Azul, Itatí presenta muchos más habitantes, mayor densidad poblacional y carencias extremas.
En el día de hoy se está realizando el operativo Detectar en Villa Itatí, perteneciente al distrito de Quilmes, luego de que se dieran a conocer los numerosos casos de contagio en el barrio vecino de Villa Azul. Si bien la crisis en la zona tomó conocimiento el pasado domingo, recién al día de hoy se ha montado el operativo, el cual consiste en un cuestionario casa por casa para “detectar” síntomas compatibles con el Covid-19 y recién ahí realizar el testeo. Por esta vía se omiten la mayoría de los casos asintomáticos, en zonas donde el contagio comunitario se viene propagando.
Con más de 40.000 habitantes, casillas y edificaciones que agolpan a familias numerosas y en estrecho contacto con Villa Azul, Villa Itatí amenaza con reproducir la situación sanitaria de su barrio vecino pero a una escala mucho mayor. Es que Itatí reúne todas las condiciones para la crisis más desastrosa: casillas precarias, pasillos estrechos, poca urbanización, basurales a cielo abierto, viviendas hacinadas, un desastre habitacional.
Los vecinos alertan que en los últimos días la municipalidad empezó a realizar tareas de limpieza, corte del césped y mantenimiento del barrio, “mejorando” la fachada del barrio para la llegada del operativo Detectar y los medios de comunicación. Sin embargo, no hay emprolijada que sirva para ocultar las condiciones estructurales paupérrimas en las que viven los vecinos de Itatí. Los vecinos han edificado en la zona de la laguna y al costado del acceso sudeste, zonas no preparadas para tal propósito, ante la necesidad de contar con un techo para sus familias; también se extienden las edificaciones hacia arriba, donde se subalquilan habitaciones que albergan a familias enteras en espacios reducidos. Villa Itatí no tiene nada que envidiarle a las villas más hacinadas de la Ciudad de Buenos Aires, donde las condiciones sanitarias y el Covid-19 están haciendo estragos.
La preocupación por un eventual cercamiento del barrio, al estilo del implementado en Villa Azul, ha dado lugar a que los vecinos salieran a abastecerse en los últimos días, si bien señalan que las condiciones y el tamaño del barrio demandarían un megaoperativo policial y de abastecimiento por parte del Estado.
El gobierno de Kicillof y los gobiernos municipales de Avellaneda y Quilmes ya han dado muestra del fracaso de su política de cercamiento forzoso, con la reciente experiencia de Villa Azul, donde los vecinos manifiestan que las raciones son una miseria, se impone el desabastecimiento, la atención médica es inexistente y lo único que funciona es el reforzamiento represivo del barrio. Mientras que las personas derivadas a la “unidad sanitaria” improvisada en la Universidad Nacional de Quilmes denuncian el mismo abandono y la precariedad en las que los albergan.
Villa Itatí es un barrio carenciado, de trabajadores y trabajadoras pertenecientes a los sectores más explotados y vulnerables, que van desde la construcción hasta el cartoneaje y otros rebusques. El contacto con Villa Azul es más que fluido ya que las familias viven en una y otra zona e incluso se trasladan de un lugar al otro para trabajar o hacer las compras.
En qué condiciones se lucha contra el coronavirus en los barrios mas humildes de los primeros cordones de la provincia de Buenos Aires.
Marcelo Mache
Un informe de la provincia de Buenos Aires de noviembre del 2018 revela que la infraestructura de servicios esenciales (luz y gas) es casi inexistente en el barrio; solo una minoría de la villa cuenta con cloacas; el 70% de la población vive en construcciones que no son “satisfactorias”; el 75% no accede regularmente a atención médica; y en el barrio hay un 30% de territorio cedido a los basurales. Bajo estas condiciones es imposible desarrollar una cuarentena sanitaria.
Villa Itatí y Villa Azul expresan la realidad de los barrios carenciados de la provincia y el Conurbano bonaerense. Mientras el gobierno simula una política sanitaria, corriendo atrás de los brotes y con testeos a cuentagotas, los vecinos son expuestos al contagio y al hambre debido a la carencia de medidas sanitarias y de recursos para los más afectados por la crisis. Necesitamos un plan integral para los barrios carenciados, con asistencia médica, sanitaria y alimentaria acorde a las necesidades planteadas; un ingreso económico de $30.000 para costear la cuarentena; que se garanticen los suministros en los barrios; testeos masivos en los barrios afectados. Por el control popular y obrero de la crisis bajo la creación de comités vecinales y de profesionales de la salud que evalúen, resuelvan y sigan todas las medidas necesarias.
Marcelo Mache
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