domingo, 31 de mayo de 2020
“Infectadura”
Sobre el documento de investigadores del Conicet e intelectuales
Un grupo de investigadores del Conicet e intelectuales (como Juan José Sebrelli, Santiago Kovadloff y Federico Andahazi) han emitido un documento crítico del gobierno de Alberto Fernández y de las medidas de cuarentena, titulado “La democracia está en peligro”, en que afirman que con el pretexto de la salud pública, el gobierno ha avanzado en una “fenomenal concentración del poder para eludir cualquier tipo de control institucional”. Critican el funcionamiento discontinuo del Congreso y la extensión de la feria judicial y hacen referencia a una “infectadura”.
El documento busca entrar en sintonía con un sector del empresariado, descontento con las medidas de aislamiento social. “El desdén por el mundo productivo no tiene antecedente y su consecuencia es la pérdida de empleos, el cierre de comercios minoristas, empresas y el aumento de la pobreza”, dice.
Que el leitmotiv del texto son las medidas de cuarentena lo demuestra la exigencia de “un plan de salida para esta situación anormal”. El documento, en cambio, no hace ninguna referencia a Villa Azul y la proliferación de los casos de coronavirus en los barrios populares. Ni siquiera alude a los cientos de miles de muertos en el mundo y la peligrosidad de la pandemia. Es lógico: si lo hiciera, quedaría en evidencia la irresponsabilidad de su solapado planteo de levantar la cuarentena, en el pico de contagios.
El documento sí se refiere a la militarización de los barrios populares y a la brutalidad policial (los casos de Magalí Morales y Luis Espinoza), pero con el único propósito de justificar su planteo contrario a la cuarentena. La alternativa al reforzamiento represivo del aparato estatal deben ser los comités de higiene y seguridad en los barrios y lugares de trabajo, no la salida del aislamiento social.
El gobierno salió a cruzar rápidamente el documento, por boca del jefe de gabinete, Santiago Cafiero. Sin embargo, es el mismo gobierno el que viene flexibilizando cada vez más la cuarentena en función de las presiones e intereses empresarios.
El documento se alarma con el reforzamiento de facultades de Fernández. Pero lo cierto es que la clase capitalista no quiere restarle hoy por hoy atribuciones al gobierno, porque quiere que éste cuente con los recursos políticos necesarios para cerrar el acuerdo de deuda y reforzar el salvataje de las empresas.
Esto explica el fracaso del macrismo al intentar montar una sesión extraordinaria en el Congreso, con el propósito de derogar el decreto que le da al jefe de gabinete una amplia potestad para reasignar partidas presupuestarias. No obtuvo quórum, al sumar solo los diputados de Juntos por el Cambio (PRO, UCR, Coalición Cívica) y un puñado de aliados. El Interbloque Federal (de Graciela Caamaño) sólo aportó 4 de 11 diputados, y del interbloque Unidad Federal para el Desarrollo solo bajó José Luis Ramón.
Frente a la flexibilización de la cuarentena por parte del gobierno y el lobby empresario es necesario plantear una agenda de los trabajadores.
Prensa Obrera
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario