Desde hace dos semanas, los vecinos de los asentamientos Lamadrid y El Triángulo, ambos linderos al riachuelo y en proceso de urbanización, vienen reclamando que el Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC) y los gobiernos porteño y de Nación cumplan con sus compromisos. Tras los primeros casos de familias infectadas por coronavirus en la zona de El Triángulo, nunca se cumplieron los protocolos sanitarios ni se realizó ningún tipo de testeo o control sanitario. Ni en los asentamientos ni en las casas aledañas al brote. Tampoco se tomaron medidas para aislar a grupos de riesgo o trasladarlos a lugares adecuados. Para esto se podrían reconvertir algunas de las decenas de casas tapiadas y deshabitadas que alimentan la especulación inmobiliaria o poner a disposición la Usina del Arte, que se encuentra a unas pocas cuadras. A esto se suma el corte de la asistencia alimentaria a más de 150 familias desde principios de marzo. El único merendero en estos asentamientos no está reconocido por los gobiernos; esto significa que funciona completamente a pulmón y es sostenido de manera solidaria por los vecinos.
Crece la preocupación ante los nuevos casos en el resto del barrio que van recogiendo las organizaciones sociales y que aún no se encuentran reflejados en los partes diarios. Frente a esta situación de incertidumbre los vecinos del asentamiento y sus delegados de manzana obtuvieron una reunión de emergencia con los entes responsables. Exigieron como primer punto los testeos masivos que vienen siendo negados sistemáticamente y la asistencia alimentaria para las familias en riesgo. Se obtuvo una primera partida de 200 bolsas con alimentos para las familias que se repartió casa por casa con un compromiso del IVC a seguir asistiendo. La pelea es para que sea semanal, y no quincenal, ya que las partidas son chicas. También se obtuvo una entrega de lavandina, alcohol en gel y elementos de limpieza. Sobre los testeos hubo un compromiso de empezar a realizar algunos tests en la zona lindera a la Av. Pedro de Mendoza, algo completamente insuficiente ya que el hacinamiento más fuerte es en los pasillos que van hacia adentro de los asentamientos.
El avance exponencial de casos en la Villa 31 y en la Villa 21-24 de estas semanas muestran que la desidia del gobierno y la falta de testeos es un gran peligro para la salud de las familias. La única propuesta frente a este aumento son los cercos y guetos como en la Villa Azul. Y tener que esperar horas por los resultados de los test en las salas de espera abarrotadas de los Hospitales.
Formemos un comité barrial para afrontar esta situación discutiendo la mejor manera de cuidar la salud en La Boca, frenemos la desidia del Estado a tiempo para evitar situaciones de abuso y cerco contra las barriadas más vulnerables. Sumémonos a acciones de lucha por testeos masivos, asistencia alimentaria y sanitaria inmediata junto a todos los barrios para evitar una masacre sanitaria.
Leonardo Perna
29/05/2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario