Se hacen encuestas pero no testeos, a pesar de que los casos de contagios crecen.
El salto de contagios de esta pandemia mortal comienza a sentirse en el conurbano bonaerense. En el caso de Quilmes en siete días se detectaron 98 casos según informa el municipio.
Comenzada la semana se dieron los casos de los directivos del hospital Iriarte. Cuando los enfermeros solicitaron ser testeados, desde la dirección del hospital y desde infectología se dio la respuesta que “si no presentan síntomas no deben ser testeados”, omitiendo que pueden ser asintomáticos. Transcurrido los días, dieron positivos dos enfermeras, hoy se desconocen la propagación que estas pudieron generar.
Este criterio de esperar los síntomas, se aplica sobre la primera línea (y a todo trabajador), pero no se aplicó a la intendenta Mayra Mendoza y a sus funcionarios que estuvieron realizando actos gubernamentales en el nosocomio. Es decir, existe un criterio para los trabajadores y otro para funcionarios, esto es poner más valor en una vida sobre otras. Otro aspecto es que los resultados estuvieron en menos de 24hs cuando en su mayoría tardan más 48hs.
Otra empresa del distrito, Sealed dear, presentó un trabajador con Covid-19, frente a esto el protocolo es aislar al mismo, y el personal que fue contacto estrecho. El problema de esto es que no se tiene en cuenta que las vías de contagio son las gotículas con Covid que salen de la Nariz o boca y continúan vivas en la superficie, al contacto con ellas se corre el riesgo de contagio (OMS)
No extraña este incremento de contagios dado que, donde surgen casos de Covid no realizan testeos sino encuestas, no se aplican protocolos, se continúa con cierta “normalidad”. Los trabajadores deben pelear con las patronales estas medidas.
En distintas esquinas del distrito se ven personas comerciando, esto porque el subsidio al parado una gran porcentaje no lo han cobrado, otros cuatro millones de desocupados (parados) no accederán al mismo. Aun así estamos hablando de una suma $10.000 (90 dólares) que no cubre la línea de indigencia. Una suma muy lejos de los $27.000 millones que las patronales se llevaron de la Anses (Infobae, 7/5), o de los 27.000 millones de dólares que llevaron los tenedores de deuda.
Los gobiernos local, provincial y nacional se llenan de propagandas llamando a respetar una cuarentena que levantaron. A decir que estamos preparados para el pico cuando solo cuentan con cerca de 5.000 camas de terapias intensivas. Esta es clave en un pico de pandemia controlado, algo que está muy lejos en nuestro territorio, recordemos que a inicios de la cuarentena declararon que iban a crear 500 camas de terapia intensiva, la recomendación básica es 8 camas de internación cada mil habitantes y la provincia de Buenas Aires tiene 5 por cada mil (Infobae, 18-2). Incluso los países del primer mundo están revisando “la vuelta a la normalidad” por una segunda oleada de incrementos de casos.
Fernández-Kicillof levantan la cuarentena por pedido de las patronales y exponen a los trabajadores al contagio de virus. Pactaron con la burocracia de la CGT una reducción del salario y el subsidio a las patronales. Sostuvieron un cuadro de precarización de la primera línea que está dejando un tendal de contagios. Recortaron la entrega de alimentos a las organizaciones sociales y crecen las ollas populares en cada rincón de la provincia. Miles de familias viven en condiciones de infraestructura catastrófica, hogares que no tienen siquiera agua potable.
La responsabilidad del gobierno en este nuevo salto de contagios es total.
Control popular de la cuarentena. Subsidio al parado de $30.000. Centralización del sistema de salud y abastecimientos de todos los elementos de bioseguridad. Prohibición de despidos, salario igual al costo de la canasta familiar. El gobierno y la burguesía están llevando a la muerte a miles de trabajadores. No al pago de la deuda externa.
Juan Carlos Moya
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