Finalmente, el martes por la tarde el Ministerio de Trabajo se reunió con Carrefour, aprobó y abrió el Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) presentado por la firma. El titular de la Federación de Empleados de Comercio (Faecys), Armando Cavalieri, junto a otros referentes del sindicato, estuvo también presente, dio aval al plan del gigante supermercadista y de ahora en más deberá negociar el tamaño del ajuste con la empresa. Los directivos de la cadena planean despedir a 2.700 empleados, reducir salarios y cantidad de locales en todo el país. El Gobierno lo sabía desde hacía algunos días. Incluso se especuló que la cuestión pudo haber formado parte de alguna conversación extraoficial durante la visita del presidente Mauricio Macri a su par francés Emmanuel Macrón, en enero de este año.
El tema saltó en la primera reunión de la mesa del sector Comercial convocada por el Ministro de Producción, Francisco Cabrera, la semana pasada, donde se habló de competencia desleal de un amplio sector que no estaría pagando impuestos.
En una entrevista que le realizó a Mauricio Macri el diario español ABC, aquél acusó a los supermercados chinos afirmando: “que son una competencia desleal y atentan contra el Estado, porque si no se tributa ni se pagan los impuestos no se pueden sostener la educación pública, la sanidad, la seguridad.”
Al respecto, Yolanda Durán, que dirige la Cámara de Autoservicios chinos, se mostró sorprendida: “Somos unos 11.000 autoservicios que estamos en todo el país, prestando un servicio en las barriadas más necesitadas. Nosotros no evadimos. No nos pueden echar la culpa de lo que le pasa a Carrefour”.
La preocupación del Gobierno ha alcanzado niveles importantes por un factor clave: Carrefour es uno de los tres empleadores más grandes de toda la economía argentina. Será el propio Jorge Triaca el que deberá en las próximas horas decir si aprueba o no la presentación que, de ser positiva, permitirá que el supermercado inicie un período de achique.
La empresa aduce que debido a las pérdidas sufridas durante los tres últimos años, no puede más que recurrir a este procedimiento para intentar abrir un camino de diálogo con el Sindicato de Empleados de Comercio y el Gobierno.
En un brevísimo comunicado, el supermercado de capitales franceses expresó que su intención es “reagrupar los esfuerzos para mejorar día a día su relación con los clientes”.
Carrefour afirma que sufre pérdidas. Sin embargo nada dice de los sueldos de hambre que pacta, en paritarias siempre a la baja, en connivencia con el Sindicato de Empleados de Comercio.
Respuesta sindical
Fue en ese marco que lo comentó el propio Armando Cavalieri, secretario general de los mercantiles: “Yo sé que la cosa está jodida”, les dijo a los presentes sobre una crisis que era vox populi en el sector, pero que no es reciente y se remonta a varios años de desmanejos internos, sumados a la crisis del consumo que se gestó en lo que va de la gestión de Cambiemos.
El subsecretario de Asuntos Internacionales de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECyS), Mario Amado, advirtió que “se pueden perder 2.700 puestos de trabajo en todo el país, además de reducirse el 20 % del salario de los que quedan y del cierre de 11 sucursales que se produjo en los últimos años”.
“Los trabajadores ya hicimos el ajuste porque Carrefour hace seis años tenía 21.000 empleados, después se abrieron 300 bocas de Carrefour Express, se absorbió el supermercado EKI y ahora, seis años después, somos 19.000 empleados”, resumió el dirigente.
“No desconocemos la realidad de la compañía, entendemos el ajuste, hay trabajadores dispuestos a algún tipo de retiro voluntario, pero no podemos permitir el cierre de un hipermercado donde, como mínimo, quedan en la calle de 300 a 400 empleados que trabajan de manera directa e indirecta”, alertó.
Ya a fines del mes pasado, los trabajadores de Carrefour habían tomado la sucursal del barrio porteño de La Paternal, ubicado en Avenida Warnes 2707, donde se desempeñan 300 trabajadores (de la que Amado es delegado) como medida de resistencia a los despidos. También denunciaban que ni el gremio ni la empresa daban una respuesta oficial sobre la situación.
Mientras tanto, miembros de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECyS) iniciaron este lunes las gestiones con los representantes de la empresa. La FAECYS se declaró en las últimas horas en “estado de alerta nacional” por la actitud asumida por la presidencia de Carrefour y señaló que “rechaza desde ya toda medida que se pretenda adoptar en forma inconsulta e irrazonable que pueda lesionar de alguna manera los derechos y conquistas de los trabajadores mercantiles de la compañía”.
El Sindicato de Choferes de Camiones comunicó que evalúa “un paro de carácter nacional” por la situación de Carrefour. Además, el gremio cuestionó al Gobierno Nacional por no convocarlo “ignorando a los 1.500 trabajadores que la compañía tiene afiliados” a Camioneros.
“A raíz de esta situación, el Sindicato de Choferes de Camioneros anuncia que no se descarta, en los próximos días, una marcha a la Embajada de Francia y al centro de distribución de logística de la firma Carrefour. Posteriormente, no descartamos un paro de carácter nacional a todas las cadenas de supermercados de la República Argentina en repudio al desentendimiento de Jorge Triaca”, comunicó el gremio.
Crónica de una reconversión anunciada
La caída de los galos en Argentina tiene algunas aristas visibles: según datos de las consultoras que trabajan por los súper, entre ellas Nielsen, Carrefour perdió en los últimos 4 años algo más de un punto de participación en la torta del consumo, a mano de sus competidores. Entre 2016 y 2017, los años más duros, la cadena resignó un 0,5% de mercado. Mientras subían otros como Coto y Walmart, y Cencosud (Jumbo y Vea), se mantenía a flote por el negocio de los shoppings. No fue el único que tuvo balances en rojo, hasta La Anónima de Federico Braun, tío del secretario de Comercio, alcanzó el año pasado un balance con malos números.
Al 31 de diciembre de 2016, Carrefour tenía en el país 79 hipermercados, 126 markets y 398 express. Además, 7 maximercados.
El relevamiento del INDECOM, realizado desde el 1º de enero hasta el 28 de marzo pasado inclusive, sobre un total de 1.022 casos (evaluando 253 productos, 655 comercios y estadísticas de las Cámaras de comercio electrónico), arroja que " la baja en el consumo de más del 30% se ve acompañada por una importante modificación en el comportamiento de los argentinos, que han comenzado a mostrar una conducta de sustitución de productos y de lugares de compras ".
Algunos de estos cambios de consumo, producto de la crisis y la inflación imparable , son la " suba en los volúmenes de ventas de los feriantes de barrio, que va entre el 15,7 y el 20,4 % ", el aumento de un " 30% de la venta mayorista a compradores particulares " (casi alcanzando la cantidad de compras minoristas), cambios y baja en el consumo de algunos productos de valor elevado , como la carne, donde "el 72,5 % de la gente reconoce que ya no compra igual que antes" , y un crecimiento muy importante de las ventas a través de las plataformas on line (operaciones de e-commerce por 156.300 millones de pesos el año pasado, un 52% más con respecto a 2016).
Estos cambios se concentraron principalmente "en los sectores más vulnerables del conurbano bonaerense y el interior del país, en donde 9,2 de cada 10 encuestados manifestó haber cambiado sus costumbres dado que obtienen un importante ahorro con esta modalidad de compra" .
Según Miguel Calvete , presidente del Instituto " ese cambio en la conducta de los consumidores obedece a la notable contracción que sufren las cadenas de supermercados desde hace más de 3 años, como consecuencia de sus elevados precios y de sus no tan reales promociones . Como contrapunto, las superficies mayoristas ofrecen precios más bajos y una mayor oferta de productos de segundas y terceras marcas".
Para INDECOM "todo esto demuestra que el caso Carrefour parece esconder una trama empresaria mucho más compleja que incluye acuerdos internacionales que se adelantan a las conductas de compra y de consumo que se vienen en el futuro en todo el planeta ". Además, asegura que " el caso Carrefour será el primer indicio de una conducta empresaria que se hará, seguramente, viral hacia el resto de las grandes cadenas".
En febrero de este año renunció el CEO, Daniel Fernández, quien estuvo al frente del negocio en Argentina en los últimos 12 años. El francés Rami Baitieh asumió como nuevo director ejecutivo de Carrefour Argentina en su reemplazo. Baitieh realizaría un plan de reconversión de 16 hipermercados en "maxis" mayoristas. Además, buscarían aumentar las ventas de productos propios, mejorar los canales de venta on line y reducir la supuesta pérdida.
La erosión del poder adquisitivo y la inflación provocó que las compras se realicen en mayoristas. Un informe de la consultora Kantar Worldpanel mostró que en 2017 el canal de venta mayorista sumó 500.000 clientes nuevos. Carrefour pretende competir en este segmento, y por este motivo busca transformar los “hiper” en “maxis” mayoristas.
Rami Baitieh, llegó de la casa matriz y ejerció anteriormente en Rumania, Turquía y Polonia. Pero fue este el último hito de la intervención desde París. Ya el año pasado llegaron al país funcionarios que habían trabajado en Brasil, con el objetivo de auditar las cuentas locales de la compañía, a la luz de los números de impacto por lo negativo. A ciencia cierta, la crisis de los súper es anterior a la crisis del consumo en la era Macri. En los años K, el boom del consumo permitía disimular los números. Algunos lo lograron mejor que otros. Pero Carrefour tuvo un error garrafal en su estrategia: no funcionó el plan de locales Express, con el que pretendieron comerle mercado en los barrios a los supermercados chinos. Esa estrategia fallida que se inició cuando los franceses compraron las bocas de expendio de la cadena EKI, fue el golpe final al negocio local. En los tres años en rojo, el balance más duro fue el de 2017, con miles de millones de pesos en pérdidas.
La maniobra legal de presentar un preventivo de crisis tiene un objetivo claro: reducir costos para aumentar la rentabilidad. Y esta fórmula solo es viable si echa a miles de trabajadores.
El Procedimiento, que debe ser avalado ahora por la cartera que conduce Jorge Triaca, se gestiona según la ley “con carácter previo a la comunicación de despidos, suspensiones de fuerza mayor por causas económicas o tecnológicas, que afecten a más del 15% de los trabajadores en empresas de menos de 400 trabajadores, a más del 10 % en empresas de entre 400 y 1.000 trabajadores y a más del 5% de empresas de más de 1.000 trabajadores”. Este último es el caso de Carrefour.
Carrefour viene realizando un ajuste de hecho en los últimos años. A pesar de la expansión de los locales de proximidad, y la absorción de la cadena Eki, los empleados en su órbita directa pasaron de los 21.000 trabajadores en 2015 a, aproximadamente, 19.000 hoy.
Desde el Sindicato de Empleados de Comercio señalaron que INC S.A. (la empresa dueña de la cadena de retail) ya había presentado un plan de achique de 3.000 trabajadores para este año. Según consignaron las fuentes, luego de algunas conversaciones con el sindicato, como con actores del Gobierno, estarían dispuestos a reconvertirlos en 1.000 retiros voluntarios (forzados).
Sin embargo, este número sólo atañe a los empleados directos de Carrefour, pero la enorme cantidad de tercerizados que se vinculan con cada sucursal (seguridad, limpieza, locales comerciales, etc.) hacen que cualquier cierre de los grandes locales afecte a, por lo menos, más de doble de ese número.
Despidos en el mundo
Pero Argentina no es el único país en donde el supermercado galo está llevando medidas extremas. Trabajadores de varios países de Europa está movilizados por la ola de despidos de esta multinacional.
Es importante mencionar que Carrefour es el mayor empleador privado de Francia. Se estima que sus ingresos rondan los 86.000 millones de euros.
Sin embargo, con ganancias siderales y sucursales en varios países de Europa y Latinoamérica, el “gran” supermercado inició una catarata de despidos en serie, incluyendo el cierre de varias sucursales.
En marzo pasado cerraron la paritaria del sindicato que nuclea a la mayor cantidad de trabajadores (1,2 millones). Aunque suene irrisorio, el Sindicato de Comercio accedió a que sus representados solo perciban por todo el 2018 un 15% de aumento en sus sueldos. Recién en enero de 2019 habrá una revisión por inflación.
Además, la rebaja de las contribuciones patronales, incluida en la reciente reforma tributaria impulsada por el Gobierno beneficia a los supermercados, se estima pagarán hasta un 70 % menos de contribuciones en 2022 por esta medida. Sin embargo, en la mencionada mesa del sector Comercial, al reclamo de mayores controles, se sumó el pedido de disminuir la presión tributaria y una reducción de las cargas patronales (sic).
Lejos de una crisis, Carrefour en vez de “precios bajos” exige “costos” más bajos para relanzar un nuevo negocio a costa de despedir y empeorar las condiciones laborales de los trabajadores.
Mario Hernandez
Fuentes: www.letrap.com.ar, La Izquierda Diario, Clarín, Resumen Latinoamericano, Anred, www.baenegocios.com
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