miércoles, 11 de abril de 2018

El ejemplo de Carlos Fuentealba

El 24 de marzo de 1976 Francisco Arancibia, uno de los fundadores de CTERA (1), caía asesinado en Tucumán por los esbirros de la dictadura genocida. El 5, 7 % de los desaparecidos en esos años de terror, exilio y torturas fueron docentes. 1.710 docentes desaparecidos, según la CONADEP.
Desde la Operación Claridad al Plan Maestro… y en el medio un “cabo” (Poblete) que asesina a otro docente: Carlos Fuentealba (2). De Pedro Bruera a Alejandro Finocchiario, pasando por Carlos Alconada Aramburú, Susana Decibe, Daniel Filmus, Alberto Sileoni: siempre se educó con el mismo fin, la pedagogía del capital.
Desde los “Manuales antisubversivos” al “Operativo Aprender”: controlar y vigilar que se “internalice” la doctrina empresarial es el objetivo plusvalor que los gobernantes pretenden que enseñemos en las escuelas públicas.
¿Puede un Estado y sus funcionarios burgueses –que asesinaron y desaparecieron 1.710 docentes, hace 42 años atrás- transformarse con el simple procedimiento de las “elecciones republicanas” en una democracia sustancial y solidaria? Desde ya que no. Ahí está el crimen de Carlos Fuentealba como evidencia, y miles de docentes y alumnos compartiendo igual presente: pervivir en la pobreza. Según un artículo periodístico publicado el pasado cinco de abril de 2018–basado en índices de la Organización de Estados Iberoamericanos y el Diálogo Interamericano (3) - sólo en 5 provincias, de las 24 del país, los docentes superan el umbral de la pobreza: 17.537, 88 pesos (4). Peor aún, un relevamiento del Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (CIPPES) del 2017 señalaba que 46 de cada 100 niños y adolescentes sobrevivía debajo de la pobreza (5). ¿Cómo educar –entonces- en medio de este contexto y sus emergentes? ¿Por qué tanta insistencia en las Tics y la currícula digitalizada? ¿Acaso el código cibernético va nutrir esos cuerpos empobrecidos? ¿Qué valor se le da al conocimiento y al pensamiento crítico bajo esta realidad? ¿Qué tarea le corresponden a los sindicatos y sus afiliados docentes en este “panorama”?
Quizás el ejemplo (y no “receta”) de Carlos Fuentealba siga vivo y coherente: enseñar, enseñar “para romper las cadenas del embrutecimiento” y luchar contra la burocracia y la plutocracia.
Si hay algo que Carlos sabía es que un maestro o profesor educa desde su “clase”: manos y cerebro de trabajador. A no olvidarlo.

Andrés Sarlengo

Notas:

1-Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina
2-Neuquén, 4 de abril de 2007.
3-https://www.elonce.com/secciones/politicas/542906-ranking-de-los-salarios-docentes-en-el-pans-entre-rnos-en-el-puesto-15.htm
4-https://www.laizquierdadiario.com/Una-familia-necesito-en-febrero-17-537-88-para-no-ser-pobre
5-https://www.infobae.com/sociedad/2017/05/18/casi-la-mitad-de-los-ninos-y-adolescentes-de-la-argentina-son-pobres/

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