viernes, 25 de noviembre de 2016
El "modelo Lavagna": una receta conocida de devaluación y endeudamiento
A partir de las declaraciones del ex ministro de economía de Néstor Kirchner analizamos su modelo que detrás de las críticas a Cambiemos se trae más ajuste sobre los trabajadores.
Las afirmaciones del ex ministro de economía Roberto Lavagna sobre un modelo de “ajuste que requiere endeudamiento y termina en el colapso” hay que contextualizarlas dentro del descontento con las medidas de política económica adoptadas por el gobierno de Cambiemos.
Aunque estas críticas de ninguna manera están pensadas para recuperar los salarios y el empleo que fueron duramente golpeados este año, sino que están formuladas en función de mejorar -aún más- el esquema de rentabilidad de los empresarios.
En este sentido hay quienes consideran que el gobierno nacional debería haber aplicado un ajuste mucho más fuerte que el que implementó; y por ende, hace falta una reducción drástica del déficit fiscal y llegado el caso una nueva devaluación del peso como medidas inmediatas. Sin descontar la agenda de Cambiemos de flexibilizar los convenios laborales en su plan de dotar de productividad a los empresarios.
Entonces la verborragia crítica que pueda sostener el ex ministro como parte del gabinete asesor de Sergio Massa puede confundir. No se puede olvidar que los diputados del Frente Renovador votaron a favor del pago millonario a los fondos buitres este año como también el presupuesto 2017 que prevé pagos de deuda por 248 mil millones de pesos. Algo que también repitieron desde el FPV con sus senadores.
En segundo lugar, este año efectivamente la deuda tuvo un crecimiento sideral de más de U$S 52.000 millones (20 mil millones sólo para pagar a los buitres), un festival de deuda en el que participaron no solo el Estado Nacional y las provincias; sino también grandes grupos económicos como YPF, IRSA, Arcor, Cablevisión, Petrobras, Banco Hipotecario y Galicia según indica el informe de CIFRA de este mes.
Y la situación para el año que viene es más compleja aún con necesidades de financiamiento cercana a 60.000 millones de dólares; y aunque la “prima de riesgo” del país puede bajar, se va a ver compensada por un mayor costo del crédito tras una inminente suba de la tasa de interés de la FED de Estados Unidos.
Esto es un cambio en los planes del gobierno que esperaba tasas más bajas para el año próximo, y esto puede llevar a que tenga que moderar la emisión monetaria y avanzar en un mayor ajuste del gasto público.
Complicaciones en el frente externo
La situación externa del país se complicó más de lo pensado (o esperado) por el propio gobierno porque la recuperación no llegó en el segundo semestre y el triunfo de Trump en Estados Unidos genera un marco de incertidumbre mayor para las economías dependientes como la de Argentina.
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Por el lado de los niveles de endeudamiento son realmente muy elevados en un año y el próximo la deuda superaría el 50% del PBI.
Esto va generando un problema a mediano y largo plazo que puede derivar efectivamente en una nueva crisis de la deuda externa como es la historia de un país dependiente y semicolonial como Argentina.
Sin embargo, quienes advierten sobre el mismo solo conciben seguir pagando más deuda e intereses. La estrategia de pagar serialmente fracasó. Fueron más de 200 mil millones los que pagaron los gobiernos kirchneristas y no obstante la deuda externa se duplicó. Con Cambiemos (y el nuevo panorama internacional con Trump) esta relación de dependencia no hay forma que no se agrave como decimos antes.
Una medida elemental para evitar el colapso, es no pagar ni un peso más de deuda externa como es la propuesta del Frente de Izquierda que reiteró Nicolás Del Caño en el reciente acto en Atlanta.
Modelos de ajuste
El ajuste de Cambiemos fue muy fuerte. El desempleo subió a 9,3%, hubo al menos 127 mil despidos de trabajadores privados registrados, el salario caería un 6% en poder de compra, la pobreza es del 32% y hay 1,4 millón de nuevos pobres.
A pesar de la caída recesiva de la economía este año no todos se llevaron las de perder. La contracara del ajuste ha sido una mayor cuota de ganancias para los empresarios. Por ejemplo, el sector financiero en los primeros 10 meses del año obtuvo una rentabilidad de 57.000 millones de pesos (un 44% más que en igual período del año pasado) o el caso de los de las “exenciones impositivas” del presupuesto 2017 que benefician a una amplia gama de sectores económicos y sociales, regiones y operaciones bancarias y financieras, que alcanzarán los 314.931,8 millones de pesos.
Sin olvidar, la fuga de capitales, que ya se ubica por encima de los 11.000 millones de dólares (el doble de 2015) según CIFRA.
En el caso del Frente Renovador postula una especie de “tercera vía” frente al modelo liberal de ajuste o el populista. Una vía muerta. Recordemos que sus diputados son incluso empresarios como es el caso de Ignacio De Mendiguren, ex titular de la UIA, un fervoroso defensor de la brutal salida devaluatoria contra el salario que se aplicó en 2002 y ahora contrario a la Ley Antidespidos vetada por Macri y el mismo Lavagna promueve un dólar a 30 pesos, o sea, más devaluación.
Por esto mismo, la propuesta de Lavagna y el Frente Renovador de Massa no se diferencia de ninguno de los dos modelos a decir del ex ministro, aunque pueden optar por caminos algo diferentes, su objetivo es el mismo: que la crisis la paguen los trabajadores y que los empresarios se lleven las ganancias con pala como supo afirmar en más de una vez la ex presidenta Cristina Fernández.
Por el contrario, la única forma de evitar el colapso, es afectar los intereses de los dueños de casa, los 4.000 grandes terratenientes, los grandes grupos económicos que controlan los puertos, los servicios y recursos energéticos; en fin contar con un programa anticapitalista y socialista que ponga fin al saqueo de la deuda externa, de las multinacionales y empresarios locales que fugan las riquezas que producen los trabajadores a diario, esto sería un punto de partida fundamental para reorganizar la economía y los avances tecnológicos al servicio de las grandes mayorías para que todos puedan contar con empleo, trabajar menos y mejorar sus condiciones de vida.
Gastón Remy
Docente universitario | Facultad Cs. Económicas UNJu
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