Entrevista al economista político Julio Gambina
Mario Hernandez (MH): Como habíamos anticipado estamos en comunicación con Julio Gambina. Había hecho referencia a la situación de suspensiones y despidos en la industria automotriz, pero voy a empezar por otro lado. Preparando esta entrevista te iba a plantear que después de siete, ocho semanas de un dólar oficial clavado en $ 8.01 y una recuperación de reservas, actualmente con un poco más de U$S 28.000 millones, de casi dos meses con un dólar estable, te pensaba preguntar si se acabaron los problemas para la economía argentina, pero ayer (lunes 19) el dólar paralelo subió 0.22 centavos, llegando a $ 11.30 y la brecha entre el oficial y el marginal se ubicó en el orden del 40%, es decir, que esta idea mía de se acabaron los problemas era falsa.
Julio Gambina (JG): Más allá de tu comentario, el dólar es uno de los precios de la economía, el euro es otro, también la fuerza de trabajo, el tema es que algunos precios en Argentina suben y otros no. Suben porque hoy gran parte de la economía argentina está desregulada y hay sectores con poder económico que pueden establecer incrementos de precios, de hecho, cualquiera que nos esté escuchando sabe que cuando sale de compras hay un conjunto de precios que aumentan, no solo de bienes, también de servicios.
Después hay precios que están controlados por el Estado como algunos servicios públicos porque todavía no se anima a avanzar con la “sintonía fina”, se mueve políticamente, trata de manejar todo lo que puede las cuentas fiscales y mientras le dé el cuero va a tratar de subsidiar para mantener consenso político de cara a las elecciones del 2015 donde se juega la sucesión presidencial y, en todo caso, si el gobierno no logra mantener su continuidad, va a querer mantener un espacio político suficientemente amplio como para seguir terciando en el futuro. No está muerto quien pelea.
MH: Lo que decís podemos vincularlo al aumento de la Asignación Universal por Hijo (AUH).
JG: No tengas dudas y no será la última medida de este tipo que se anuncie. Se venía especulando mucho con la 4ª categoría del impuesto a las ganancias, el incremento del mínimo no imponible pero, aparentemente, eso no sucederá en el corto plazo. Es una medida que se está manejando de acuerdo a la posibilidad económica que se tenga.
Otra posibilidad es un golpe de efecto asociado a las jubilaciones que quedaron muy atrás con un 11% de ajuste en marzo con una inflación del primer cuatrimestre del 12%.
Cuando hablamos de economía tenemos que hablar de política, sin lugar a dudas, la situación de la economía argentina está comprometida pero, a nivel de las autoridades, siguen viendo qué posibilidad les da esta cosecha sojera que se está liquidando en estas horas y es lo que le dio respiro a la cotización del dólar que comentabas.
Ahora de nuevo, como a fines del año pasado, hay presiones para una nueva devaluación y, de hecho, está desarrollándose con todo la especulación cambiaria ya sea en el mercado negro como en lo que se llama contado con liqui, que son inversores argentinos que invirtieron en la Bolsa en títulos que cotizan en Nueva York. Compran en Argentina en pesos, los venden en EE. UU. y dejan los dólares afuera. Matan dos pájaros de un tiro: transforman pesos en dólares, los sacan del país y los dejan afuera. La fuga de capitales es una de las características del capitalismo en Argentina.
MH: Hay una situación preocupante que comentaba antes de entrevistarte por la importante cantidad de suspensiones en la industria automotriz e inclusive sectores sindicales de oposición al oficialista sindicato SMATA denuncian despidos.
JG: El tema de fondo es que las propias estadísticas del Indec, del Ministerio de Economía y del BCRA señalan que la economía se está desacelerando fuertemente y que en la industria hay recesión. Viene cayendo ya dos trimestres consecutivos, el año pasado y este año.
No solo cae la venta de autos y, por lo tanto, su producción, sino que hay problemas en todo el sector industrial.
MH: Es muy fuerte lo que acabás de afirmar. Diría que le pusiste el título a la entrevista.
JG: Es un tema que se viene comentando hace rato y encima producto de la devaluación el Banco Central (BCRA), deliberadamente, como política monetaria decidió aumentar las tasas de interés a un 26%, lo cual motivó que también lo hicieran los bancos y hoy hay tasas tan disparatadas que van del 70 % al 110/120 %.
Hay que nacionalizar la banca
MH: En esos últimos valores se cotizan los créditos para comprar automóviles.
JG: Peor es la tasa de interés de tarjetas de crédito, de descubiertos, para la vivienda. El costo financiero hoy es tan elevado que desanima a cualquier comprador, y mucho más a un sector productivo que quiera sacar un crédito para impulsar un desarrollo industrial, productivo.
Lo curioso es que el Jefe de Gabinete, el Ministro de Economía e incluso muchos periodistas afines al gobierno, empiecen a hablar en contra de los bancos porque dicen que están cobrando tasas usurarias. Es verdad, pero inducidos por la política monetaria del BCRA y la política devaluatoria del Ministerio de Economía.
Si la conclusión del gobierno es que los bancos son usurarios. ¿Qué habría que hacer?
Hay que nacionalizar la banca. No tiene sentido tener usureros de banqueros en Argentina. ¿Cuál es el sentido de tener bancos que cobran tasas de crédito del 100%?
MH: Además de la remisión de divisas al exterior, por ejemplo, la del Banco Santander-Río hace pocos días.
JG: Autorizada. Siempre insisto en esto sino parece que somos inocentes como cuando después de la devaluación el BCRA “obligó” a los bancos a liquidar parte de sus activos en dólares. Primero, tenían activos en dólares porque estaba permitido. Segundo, los obligaron a vender, pero los bancos compraron esos activos a $ 4, 5, 6 por dólar y vendieron a $ 8, con lo cual hicieron un negocio redondo de la noche a la mañana y eso explica una rentabilidad bancaria en enero de $ 10.000 millones y que la banca tenga la mayor rentabilidad empresaria en los últimos años, cuando la crisis del 2001 estalló por la desconfianza que la sociedad tenía en las instituciones bancarias.
Entonces, la pregunta es ¿para qué queremos bancos con alta rentabilidad y usureros, para qué queremos bancos privados? Lo que correspondería es un proceso de nacionalización de la banca. Todavía está rigiendo la Ley de Entidades Financieras de Martínez de Hoz.
MH: Desde 1977. Me pareció muy fuerte un artículo tuyo que leí un mes atrás donde vinculás fuertemente los datos de pobreza y la empresa estatal YPF.
JG: Lo escribí la misma semana que el Indec escamoteó, escondió los datos de pobreza a diciembre del 2013 y el Jefe de Gabinete, vocero cotidiano del gobierno, salió a decir que habían reducido drásticamente los índices de pobreza en la última década. Al mismo tiempo, explicaba que el Indec no había difundido esos datos porque había fallas técnicas y tuvieron que cambiar la metodología. Entonces, ¿cómo puede afirmar que la pobreza bajó drásticamente si esa explicación está basada en datos incorrectos que por eso no publican?
En el mismo momento el Parlamento aprobaba pagarle U$S 5.000 millones en bonos de la deuda a Repsol por la compensación de la expropiación parcial de YPF.
Yo quería poner en evidencia que según el Indec hay 2.000.000 de pobres y según otras mediciones hay la cifra que vos quieras, de 4 a 6 a 8 a 10 a 12 y a 13.000.000 de pobres en Argentina. Poné la cifra que quieras y cualquiera es mayor a la que dice el Indec y el Estado destina U$S 5.000 millones para atender la demanda de Repsol, una empresa que saqueó a la Argentina.
Está demostrado que durante 10 años se llevó U$S 1.300 millones por año, o sea, U$S 13.000 millones en una década, no para regresarlos a su país de origen que está en crisis y resolver el desempleo español, sino que son los fondos que utilizaron para ampliar la producción petrolera en Africa y otros lugares del mundo porque ya había estrujado a nuestro país en la extracción petrolera y, por lo tanto, tenía que reorientar los recursos de esos excedentes, no en ampliación de la investigación y la exploración petrolera en Argentina, sino en otros territorios, para seguir saqueando recursos naturales en otras partes del mundo.
Una política muy contrastante. Fijate que ahora se amplía, se actualiza la AUH a $ 644 por mes, un 40 % de aumento que parece muy importante, pero estamos hablando de una inversión de $ 15.000 millones contra U$S 5.000 millones que a $ 8, para hacerlo fácil, son $ 40.000 millones para pagarle a Repsol y $ 15.000 millones para pagarle a casi 4.000.000 de argentinos.
Esas son las cifras que trato de poner en juego para ver por dónde pasa lo principal de la sensibilidad política oficial.
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