viernes, 6 de septiembre de 2013

La carpa zurcida



Argentina pagó en los últimos diez años 173.700 millones de dólares. Toda la deuda registrada al año 2003. Sin embargo, sigue debiendo más de 200.000 millones de dólares.

La recepción ya está preparada. Adentro, la ceremonia comenzará a dar sus primeros destellos de sumisión. Los espectadores se rendirán al delirante circo. Van caminando a la nada, pero van. El cielo conglomera colores opacos; quizás violeta, tal vez, sólo negro. De tanto en tanto un refucilo estrepitoso augura la tormenta. Todos, absolutamente todos, lo perciben, pero abstraídos se reclutan en la zurcida carpa oxidada.
Acto primero: Donde se cuenta de cómo ciertos clown desgarran la tiesura inocente de lánguidos espectadores
La deuda externa ha sido, y sigue siendo, un formidable mecanismo de acumulación y concentración de capitales. Un excelente organizador económico del actual modo de producción.
La Argentina pagó en los últimos diez años 173.700 millones de dólares. Toda la deuda registrada al año 2003. Sin embargo, sigue debiendo más de 200.000 millones de dólares.
Un promedio de pago anual de 17.000 millones de dólares. Nunca antes el Buen Gobierno pagó tanto. "Somos un pagador serial". "Cumplimos con nuestros compromisos"
Y los "malos pueblos" nos endeudamos a razón de 20.000 millones de dólares anuales.
Una vez dentro, el público teñido de una insolación barata y decrépita, toma asiento. Observa, en el escenario, un conjunto de payasos estridentes que apresuran sus arrebatados trucos para llevarse una aprobación. Estas insólitas y decadentes marionetas de un sistema corrupto y destructivo, acumulan miserables estrategias para llevarse consigo el aplauso final.
Acto Segundo: Que narra de los terribles y lúdicos métodosde los que se vale el viento de arriba.
"Necesitamos muchos Chevrones", manifiesta sin ruborizarse el "Buen Gobierno".
"No hay cláusulas secretas porque el acuerdo fue celebrado entre empresas privadas con reserva de confidencialidad".
En caso de conflicto, "La ley aplicable sería la de Nueva York" y los conflictos se resolverían por arbitraje en jurisdicción extranjera.
"YPF debería depositar 100 millones de dólares en Nueva York como garantía del pago de utilidades a Chevron", apunta el "Buen" Gobierno.
Algunos malabaristas arrugados y morfológicamente entumecidos, esconden sus razones y sus pasados y sus silencios. Esconden sus bolsillos y sus siniestras mascaras. El público ya pagó con creces y seguirá pagando. La recepción, señoras y señores, nuevamente ha comenzado y ya está preparada.
Acto Tercero:de cómo el viento de abajo impone su digna rabia, y los "buenos" gobiernos justifican sus represiones.
Pueblos que se oponen al fracking, a los agrotóxicos, a la megaminería y al "buen" Gobierno que reprime las dignas resistencias.
Casitas mapuches incendiadas por resistir la opulencia genocida de nuevos y viejos verdugos.
Estatales ferozmente reprimidos en Jujuy.
Acto Final: Donde se cuenta, de cómo el viento de arriba orquesta su plan, lo consagra y lo ejecuta.
La carpa de un circo moribundo, cierra dentro de sí, una presión dominante y absurda. El público se configura, de un modo ignoto, en un cuerpo atolondrado de sujetos que van sin ir y sin llegar.
Las papeletas depositadas aprueban y el escenario repleto de infames actores festeja. El circo se desmantela, la tormenta se conforma arbitraria, los vientos golpean las paredes de lona y el gris de la miseria inunda los costados relegados.
Este no ha de ser el momento -aún- de tomar lo que nos pertenece, sólo porque siguen demostrándonos que somos su público.

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