Uribe: Enemigo numero uno de los trabajadores colombianos
El 4 NO a la marcha de Uribe
Todos a la concertación de la CUT, FECODE, PDA,
En defensa de las libertades democráticas
Bogota, Plaza de Bolívar 11 a.m.
Mientras en América Latina se lograban importantes triunfos de los trabajadores y de los pueblos contra los regimenes políticos históricos de las burguesías proyanquis; en Colombia por el contrario, se imponía el 26 de mayo del 2002 el triunfo de Álvaro Uribe, que significó una dura derrota para los trabajadores colombianos y el triunfo de un gobierno de la gran burguesía criolla y de los terratenientes, agente incondicional del imperialismo norteamericano y del gobierno de Bush, del FMI, del capital financiero internacional y de las multinacionales.
Fue clave para esta derrota de los trabajadores colombianos, por un lado, el genocidio de Estado del que fue y continua siendo víctima el movimiento obrero colombiano con el asesinato de miles de sus mejores dirigentes sindicales; y por otro lado, el apoyo a Uribe, no solo de la gran burguesía y los terratenientes criollos que son una ultra minoría, sino también y fundamentalmente, de las grandes masas de los pequeños y medianos propietarios de la ciudad y del campo, quienes giraron hacia la derecha, en respuesta al secuestro, a las pescas milagrosas y a las acciones aisladas por parte de la guerrilla y ante el fracaso de las negociaciones del Caguán bajo el gobierno de Andrés Pastrana.
Desde su primer día de gobierno, Uribe atacó brutalmente a los trabajadores, dejando claro que es su enemigo numero uno. Impulsó la contrarreforma laboral que barrió con los dominicales y festivos, con las horas extras y recargos nocturnos; para profundizar la superexplotación de los trabajadores colombianos y sobre la cual descansa, toda la actual recuperación económica del país, país que estuvo sumido en la recensión económica desde 1997 hasta el 2002. Las ganancias de los grandes empresarios, es el hambre actual de los trabajadores colombianos.
La profunda vocación antiobrera del gobierno de Uribe, lo llevó a utilizar el terror del Estado para militarizar las empresas como Telecom, Ecopetrol, Seguro Social, etc. con el objetivo de destruir sus sindicatos y propiciar despidos masivos de sus trabajadores y rematarlas a los grandes conglomerados económicos internacionales libres de cargas laborales. Su fanatismo antiobrero data desde siempre, como gestor por ejemplo de la Ley 50, que acabó con la estabilidad y el contrato de trabajo; o la Ley 100 que arrasó con la salud del pueblo en beneficio de los grandes capitales; o la ley de servicios públicos que multiplicó las tarifas y precarizó el servicio, etc. Bajo su actual mandato no ha descansado un solo día atacando a los trabajadores: Impuso la contrarreforma del régimen de transferencias quitándole recursos a los municipios y departamentos del país, golpeó las universidad públicas descargando el pasivo pensional sobre sus de por si precarios presupuestos de funcionamiento, promovió la calificación como delito político el genocidio de los paramilitares y trata de imponer el TLC para beneficiar a las multinacionales, etc., etc.
La liberación de Clara Rojas y Consuelo de Perdomo: Un gran triunfo democrático contra la política del rescate militar.
El triunfo democrático que significó la liberación de Clara Rojas y Consuelo Perdomo, contra la política de Uribe del rescate militar y del cerco de aniquilamiento a la guerrilla, combinado con la solicitud de solidaridad a los colombianos por parte de los secuestrados y prisioneros en poder de las FARC, en las pruebas de supervivencia que enviaron con las liberadas, generaron el espacio en la sociedad para darle continuidad al triunfo democrático obtenido, profundizando el golpe a la política del Gobierno del rescate militar y ahora ultimo, del cerco militar donde se encuentren los secuestrados.
Sin duda, ese espacio existió y la mejor manera para aprovecharlo, era llamar a todos los familiares de los secuestrados y prisioneros en manos de las FARC y a las organizaciones de los desplazados victimas del genocidio de Estado vía el paramilitarismo con el apoyo de las FFAA, a que lideraran ellos exclusivamente, este enorme sentimiento de solidaridad entre millones de colombianos, cerrándole así el paso a las maniobras de la reacción uribista. Vale la pena recordar aquí, que, todos los familiares viajan es al Palacio de Miraflores en Caracas; y no, a la Casa de Nariño, en Bogota, para abogar por sus seres queridos. Este sentimiento es la manifestación del rechazo en esta materia, a la política del gobierno.
El histórico conflicto armado que por décadas arrastra Colombia, solo puede ser resuelto por el propio pueblo colombiano movilizado, que logre la derrota del antidemocrático régimen político del uribismo y genere las condiciones para la solución pacifica del conflicto armado y sus orígenes.
La solidaridad de los pueblos hermanos siempre es bienvenida y es indispensable, contra la ingerencia permanente en los asuntos internos del país, por parte del gobierno de Bush y de los EE.UU. El Plan Colombia, la presencia de más de 4 mil “asesores” militares norteamericanos decenas de miles de millones de dólares para fomentar la guerra, la intervención permanente de sus altos dirigentes desde el embajador, sus comandantes militares, la Secretaria de Estado Condoleezza, el zar antidrogas, el monitorio diario del FMI, etc., etc.
Dos jornadas distintas para el 4 de febrero: una marcha de apoyo al gobierno antiobrero…
La desafortunada falta de iniciativa en las direcciones mayoritarias políticas de la izquierda y sindicales, permitió que jóvenes vía Internet, promovieran una jornada contra las FARC y con supuesta independencia del gobierno. Esto es lo que explica que la jornada se haya programada un lunes 4 de febrero, fecha completamente inusual para cualquier acto convocado por las direcciones tradicionales del movimiento obrero o de la izquierda.
El diario El Tiempo se “sumó” a la jornada y desde allí, se la tomó el gobierno de Uribe, transformándola de hecho en una jornada de apoyo a su política del rescate militar y ahora del cerco militar y a todas sus políticas antiobreras y antidemocráticas. Los jóvenes convocantes no colocaron ningún reparo a este hecho, develando que no existía tal “independencia” del Gobierno.
Esta jornada encierra un peligro, por ser un sector de la clase media movilizado por la gran burguesía, los terratenientes y el imperialismo, en apoyo al régimen autoritario de Uribe que puede alimentar los inicios de la liquidación definitiva de las escasas libertades democráticas que aun subsisten en Colombia, que han costado un enorme sacrificio y mucha sangre literalmente hablando, al movimiento de masas y a los trabajadores. Las insistentes palabras de Uribe: “todo uso de la fuerza contra esta democracia, es terrorismo” apuntan en esa peligrosa dirección, ya que se está calificando de terrorista toda lucha obrera, popular y de masas y no solo a las acciones aisladas de la guerrilla. A esto hay que sumarle sus recientes declaraciones en su gira por Europa, en el sentido de no descartar la solicitud de fuerzas extranjeras en una eventual Zona de Encuentro con las FARC, en una clara violación de la soberanía nacional que solo serviría para profundizar la muerte y la miseria, y escalonar el actual conflicto armado colombiano, y constituyéndose en una punta de lanza y grave ataque a los trabajadores y los pueblos de la región, que vienen obteniendo importantes triunfos, al derrotar muchos gobiernos proimperialistas.
… la otra, una concentración obrera y popular y en defensa de las libertades democrática.
La concentración en la Plaza de Bolívar este 4 de febrero a las 11 a.m. a la que han llamado la CUT y las demás centrales obreras y que es apoyada por el PDA, es el escenario para movilizarse contra este Gobierno antiobrero y contra el imperialismo norteamericano, cuyos más importantes voceros como la Secretaria de Estado Condoleezza Rice, han desfilado apresuradamente por el país los últimos días, retomando la ofensiva.
La desaceleración económica que ya está siendo descargadas sobre las espaldas del pueblo trabajador como los de las ensambladoras que serán despedido en número de 4 mil, obligan a defender intransigentemente los resquicios democráticos hoy atacados por este Gobierno, para poder luchar junto al pueblo, que sin duda alguna sentirá el rigor de la desaceleración económica en sus costillas.
Todos los métodos de lucha, aislados del movimiento de masas, llenan de argumentos a este reaccionario Gobierno antiobrero para mantener atrapadas en sus garras a las grandes masas de los pequeños propietarios de la ciudad y del campo. La desaceleración económica, que también golpeará a estos sectores sociales, puede llegar a producir un cambio en su estado de ánimo y en su conciencia, que se puede y debe aprovechar para alejarlas del uribismo, pues los hechos les demostrarán que su salvación de la ruina no esta al lado del gran capital, si no al lado del pueblo trabajador. La clase obrera sola no puede liderar este proceso democrático y menos un proceso revolucionario. Necesita para poder triunfar, atraer bajo su influencia, a las grandes masas de los pequeños y medianos propietarios de la ciudad y del campo.
Nuestra exigencia a las FARC y a la guerrilla para que ponga en libertad unilateralmente y sin contraprestación alguna, a todos los civiles secuestrados y a que cesen definitivamente la práctica del secuestro y nuestro apoyo a un canje e intercambio humanitario entre prisioneros de este conflicto armado, se suma a la exigencia a que se disciplinen, al movimiento presente y futuro de masas, obrero y popular.
Las centrales y el Polo han llamado a la concentración el 4 de febrero. Hay que darle continuidad a la lucha. La fortaleza política del Polo por el apoyo que el pueblo trabajador le ha otorgado, debe colocarse al servicio de profundizar la movilización y la solidaridad consecuente, en las calles, con todos los conflictos de los trabajadores, del pueblo de Colombia y del mundo. El poder del Polo no puede estar al servicio de la desmovilización del pueblo sino todo lo opuesto, de su movilización contra este gobierno antiobrero y proimperialista.
El Polista, es un periódico que editan los integrantes de la Tendencia Clasista y Socialista, que hace parte del Polo Democrático Alternativo (PDA), agrupación de izquierda que apoya la candidatura presidencial de Carlos Gaviria. Esta tendencia revolucionaria en el PDA, desarrolla su trabajo político en distintos sectores del movimiento obrero, estudiantil y popular en Colombia, y lucha por un Gobierno de los Trabajadores y el Pueblo, en la perspectiva de la construcción del socialismo.
www.aporrea.org/tiburon/a50426.html
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