miércoles, 20 de febrero de 2008

A su arsenal de ideas acudiremos siempre



Lázaro Barredo Medina

Pocas veces se ha visto en este mundo tanta altura ética y transparencia política como las que acaba de demostrar el Comandante en Jefe en su Mensaje, y lo ha hecho con la verticalidad de siempre, o como lo calificó hace muchos años un destacado combatiente: "En verdad que Fidel hasta en política es un caballero".

Muchos suponíamos que esa decisión de comunicarnos que no aspiraría ni aceptaría el cargo de Presidente del Consejo de Estado era el previo anuncio que estaba siendo fijado en aquel pequeño párrafo contenido dentro del profundo análisis político, económico y militar de Estados Unidos que hizo en las Reflexiones del pasado viernes 15 de febrero.

Y no por esperada, la comunicación del Jefe de la Revolución ha dejado de impactarnos profundamente, no solo por su decisión, sino por el espíritu de combate con que lo ha hecho, el desprendimiento y el llamado a meditar sobre la trascendencia de la responsabilidad que nos compete a todos en la lucha por mantener en alto las banderas de la independencia y el socialismo.

Fidel no ha renunciado, no se ha despedido de nosotros, sino que por sus limitaciones físicas nos ha comunicado una decisión que ha meditado mucho: "Deseo solo combatir como un soldado de las ideas". Es la consecuencia de lo que nos ha dicho siempre y de lo que proclama ahora con su ejemplo, de que un comunista tiene que dedicar el ciento por ciento de sus energías, de su trabajo, de su vida, a los empeños revolucionarios.

Lejos de abatirnos, debemos apoyar su decisión y asumir el reto con firmeza y disposición de hacer mucho mejor las cosas para lograr la invulnerabilidad total de nuestra Patria como una y otra vez nos ha pedido en estos últimos años.

Los enemigos de la Revolución, junto a una grosera manipulación de no pocos medios de prensa, se han desgañitado en las últimas horas en el vano intento de hacer pasar sus anhelos por realidad y algún que otro trasnochado ha pedido transiciones, como si Cuba no hubiera hecho su profunda y total transformación desde el 1ro de Enero de 1959, y otros alucinados hasta levantamientos armados. En su mediocridad, no comprenden que en Cuba no habrá nunca más Pacto del Zanjón, sino un Baraguá permanente y un Grito de Baire inclaudicable, aquí no volverá el caudillismo, sino se mantendrá la unidad y el consenso en torno al Partido como forja indestructible de la nación cubana.

En este mundo donde la política es una caricatura, no pueden entender que esta Revolución en su pensamiento y en su acción es un proceso de continuidad y que el compañero Fidel seguirá siendo el líder de la Revolución de hoy y de mañana, a cuyas ideas tendremos que acudir siempre; no pueden entender que Fidel ha logrado trascender la vida política para insertarse como algo íntimo en la vida familiar de la inmensa mayoría de los cubanos.

Seguiremos esperando las "Reflexiones del compañero Fidel" que será un poderoso arsenal de ideas, de orientación, de educación, y lo haremos con el orgullo que hoy nos acompaña al ver que hasta el último aliento tenemos un Comandante que le ronca, o como dijo emocionado un viejo obrero en uno de los Congresos del Partido, dicho a viva voz y con todo sentimiento y que en este momento es patrimonio de todos los revolucionarios: "la Patria contempla orgullosa, una vez más, a nuestro Jefe, Fidel".

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