sábado, 16 de febrero de 2008

La dictadura continúa dentro de las fábricas.

Jorge Curi, dueño de Mafissa, colaboró con los militares genocidas entregando trabajadores

“Actualmente en nuestro país, las Fuerzas Armadas de la Nación ejercen plenamente el poder (...) Esta es la excepcional oportunidad a la que me refería anteriormente.” “La Empresa Olmos (1) consideró que era su deber otorgar al nuevo equipo gubernamental un amplio voto de confianza...” (Jorge Curi, Arriba Argentina , pag. 124 y 441. Ed. Goyanarte. Diciembre de 1977)

La impunidad continúa...

Jorge Curi, dueño de la Textil Mafissa, impone su dictadura en la fábrica. Despide, suspende, paraliza totalmente la planta, realizando por segunda vez en pocos meses un lock out patronal contra sus obreros, con el objetivo de doblegarlos, dividirlos e imponer una mayor explotación laboral. Se mueve en la mayor impunidad. Presentó un preventivo de crisis mentiroso para despedir 120 trabajadores, el mismo fue denegado por el Ministerio de Trabajo, y a pesar de eso despidió 103 trabajadores. Luego dio vacaciones forzadas al 80% del personal, y procedió a apagar la CPU (área madre de la producción) para amedrentar a los que no estaban despedidos. Cuando los trabajadores profundizaron sus medidas de fuerza, completó el lock out suspendiendo a todo el personal sin goce de sueldos, y procediendo al abandono de la planta por todo el personal directivo.

Este empresario viene amasando fortunas que se han incrementado fabulosamente desde la devaluación del 2002. Provee el 80% de la materia prima de la industria textil nacional, y exporta a varios países. Factura mas de $ 400 millones por año y viene ampliando su planta a la par de su crecimiento económico.

"Arriba Argentina"
Jorge Curi (padre) escribió en 1977 el libro "Arriba Argentina" donde saluda eufóricamente el golpe de estado genocida, y repite todos y cada uno de los argumentos de los militares: que los desaparecidos están paseando por Europa, que las Fuerzas Armadas están cumpliendo con su deber patriótico trayendo el orden, cuando miles de estudiantes y trabajadores eran torturados y asesinados. Como lo demuestran estos párrafos:

“A los Argentinos nos consta que nuestro actual gobierno ha derrotado ampliamente a la subversión y ha obligado a muchos de sus componentes a emigrar a lejanos países donde, bien pertrechados de dinero, descansan y esperan...” (pag. 432).

“A pesar de todos los esfuerzos evidenciados por las Fuerzas Armadas de la Nación para no intervenir en el proceso político, no les fue posible rehuir sus propias responsabilidades y el 24 de marzo de 1976, decidieron deponer a las autoridades y tomar las consiguientes medidas tendientes a normalizar el desarrollo de nuestras instituciones, violentamente distorsionadas.” (Pág. 124).

En un apartado bajo el título de “Epílogo Revolucionario” Curi dice: "Como no podía ser de otro modo, las Fuerzas Armadas de la Nación, que durante casi tres años, pudieron asistir impasibles a la descomposición, destrucción y disgregación de nuestras mas caras instituciones, en aras de un exceso de profesionalismo, no tuvieron otra alternativa que dejar momentáneamente a un lado sus tareas específicas y procedieron a destituir y arrestar a Isabel Perón, tomando en sus manos las tareas de Gobierno y aceptando la enorme responsabilidad, con todos sus riesgos, a partir del 24 de marzo de 1976.” (Pág. 372).

Los archivos de la DIPBA permiten observar el trabajo común entre Curi, los servicios de inteligencia y la Policía de Camps y Etchecolatz. En el período previo al Golpe del ’76 Curi contrató los “servicios” de inteligencia de la policía de la Provincia de Buenos Aires, para “detectar activistas” en Petroquímica Sudamericana.

El 18-05-70 el entonces jefe de vigilancia de la fábrica de apellido Longoni, fue designado por Curi para trabar este contrato con el Comando de Operaciones y la S.I.P.B.A. (Servicio de Informaciones de la Policía de la Provincia de Buenos Aires).

Siniestros personajes como el Comisario de la 9° Juan M. González, el Comisario Rodríguez de la seccional 8°, el Comisario Inspector Luis Héctor Vides Jefe de la Brigada de Investigaciones de La Plata, todos represores impunes por la Ley de Punto Final , reportaban diariamente sobre los movimientos en la fábrica, elaborando extensos listados señalando a los trabajadores que se organizaban en el Comité de Huelga. Estos informes van desde el año 1970 hasta el cierre de la fábrica en 1978.

El resultado de esta estrecha colaboración entre la patronal y los servicios de la policía, es que varios de los activistas del “comité de huelga” que quería detectar Curi, fueron asesinados o desaparecieron bajo la dictadura.

En el año ’75, ocho militantes del PST fueron asesinados cuando se dirigían a apoyar a los obreros de Petroquímica Sudamericana (hoy Mafissa) en la denominada Masacre de La Plata realizada por la triple A.

La Textil cuenta en su memoria con trabajadores detenidos, desaparecidos en la última dictadura militar y asesinados por las bandas fascistas que actuaban antes del golpe genocida.

Entre ellos están:

Juan Carlos LEIVA (asesinado el 14-10-74),

Miguel Angel LANZAFAME (desaparecido el 04-03-77),

Néstor Alfredo CORTEZ (desaparecido el 21-04-77),

Julio BELTACO (desaparecido el 14-04-77),

Jorge Manuel GIORGIEFF (desaparecido el 05-11-77),

Nestor ZURITA,

Nestor AZAR,

Hector JULIÁ,

MARTINEZ CISNEROS,

Alberto DE LA CANAL,

Ana María (de Personal)

Estos son los empresarios golpistas que hoy amasan fortunas gracias a la continuidad de la dictadura dentro de sus fábricas. Los que ayer saludaban y promovían el golpe de estado, hoy están impunes, y construyen una nueva impunidad: la impunidad patronal para despedir, suspender, realizar un lock out y dejar cientos de familias en la calle.

(1) La actual MAFISSA se llamó Petroquímica Sudamericana e Hilandería Olmos, anteriormente, perteneciendo siempre a la misma familia Curi.

solidaridadconmafissa@gmail.com

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