domingo, 3 de febrero de 2008

La gira de Uribe Vélez

Bogotá, enero 30 (Editorial VOZ). Los áulicos de la "gran prensa" quieren convencer al país de que el rápido periplo del presidente Álvaro Uribe Vélez por algunos países europeos fue un completo éxito. Así también lo certificaron después de las giras anteriores, incluyendo el discurso ante el Parlamento Europeo, hace tres años, cuando la fotografía del salón de sesiones estaba casi vacía, porque la mayoría de los eurodiputados se retiraron en señal de protesta.

Ahora la "gran prensa" repite el sonsonete. Los periodistas de El Tiempo y de las principales cadenas radiales y de televisión, llevados en el avión presidencial precisamente para que dieran el "parte de victoria", aseguran que Uribe Vélez recibió el espaldarazo incondicional para lo que sea. "Las FARC están contra las cuerdas", repiten sin ingenio los mismos titulares de los últimos años. No dejan de insistir con actitud zalamera que el Presidente colombiano es el héroe de la jornada, pues esa fue la orientación de quien los llevó a cubrir la gira ante la evidencia que la prensa internacional, salvo conocidas excepciones, no se iba a interesar por el viaje de un mandatario cuestionado por sus turbias relaciones, nunca explicadas, con el narcotráfico y los paramilitares. El fantasma de la "parapolítica" persigue a Uribe Vélez en el exterior. Esta es la realidad.

Los pregoneros de El Tiempo aseguran que esta vez no hubo protestas.¡Falso! En Ginebra la Basílica de Notre Damme fue ocupada por un grupo de colombianos y suizos que rechazaron el terrorismo de Estado en Colombia. En Francia, Bélgica y Suiza, así como en internet, circuló el libro de la biografía no autorizada en que se cuentan las actuaciones no santas en la carrera política del actual mandatario colombiano. El libreto de los periodistas de los "grandes medios" incluía no hablar de nada que se saliera del programa oficial de la Casa de Nariño. Todo estaba calculado. Si no hubo las protestas de los viajes anteriores fue porque en esta ocasión se precipitó el periplo, anunciado con anticipación a Davos (Suiza), pero que a última hora lo llevó a París, Bruselas y Madrid.

Pero tampoco fue total el espaldarazo de los gobernantes visitados. Ni siquiera en las reuniones con Javier Solana, encargado de asuntos exteriores de la Unión Europea y de José Luis Rodríguez Zapatero, presidente español, donde más respaldo obtuvo, encontró carta blanca, porque ambos hablaron del intercambio humanitario y de la paz y nunca del escalamiento guerrerista o de los rescates militares. Ni siquiera de esto último declaró Felipe González, el invitado de honor del uribismo, ex presidente español que llevó al colapso al PSOE por la corrupción y la violación de los derechos humanos en el País Vasco. En la Unión Europea contrastó la declaración de Solana con la de numerosos eurodiputados que rechazaron a Uribe y recordaron su responsabilidad en el pecado mortal de la "parapolítica".

En el caso de Suiza y Francia lo que sobresalió fue la exigencia de libertad y autonomía para adelantar las gestiones solicitadas por el intercambio humanitario. A lo cual no ha dado respuesta concreta el Presidente colombiano. Francia también insiste en el papel de Chávez en la mediación. Por lo demás, es factible que en ambos países no haya caído bien la orden de "cercar a la guerrilla en el sur donde están los secuestrados", que más bien es la decisión de los operativos militares de rescate. No cabe la menor duda.

Pobre y ridículo el papel de la "gran prensa". Mientras levanta la polvareda chovinista y de mal gusto contra la República Bolivariana de Venezuela y de los supuestos éxitos de Uribe, oculta la otra realidad, la de la violación de los derechos humanos y los crímenes del Ejército; y ni siquiera registró el asesinato de Alirio Quiñónez, dirigente de la JUCO, en Guasdualito (Venezuela), quien había huido de Colombia por las amenazas del Ejército en Arauca y de los paramilitares.

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