Santiago de Cuba, 30 jul (AIN) El General de Ejército Raúl Castro, Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, proclamó hoy aquí que el compromiso con los mártires es eterno, al hablar en el acto por los 50 años del asesinato de Frank País y Raúl Pujols.
En el cementerio Santa Ifigenia, ante miles de santiagueros, el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros encendió una Llama Eterna ante el mausoleo que guarda los restos de José Martí, la cual -dijo- arde en homenaje a Frank y a los que como él integran la infinita galería de caídos en la lucha revolucionaria.
Raúl sentenció que el brillo de la llama es un tributo a las generaciones que han combatido por hacer a la Patria libre, soberana y justa, y por quienes continuarán esa misión sagrada, y la dedican también a Ernesto Che Guevara y los que ofrendaron sus vidas en las misiones internacionalistas.
El Ministro de las FAR recordó a patriotas de la talla de Carlos Manuel de Céspedes, José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez, se refirió a los primeros aborígenes y cimarrones que sembraron la semilla de rebeldía y homenajeó a Santiago de Cuba en su condición de Ciudad Héroe.
Santiago sigue y seguirá siendo Santiago, proclamó al aludir al aporte de este territorio a la Revolución, y destacó a las mujeres como dignas seguidoras de la estirpe de Mariana Grajales, madre de los Maceo.
El fuego de esta llama será tan eterno como la Revolución, sustentada firmemente en la unidad del pueblo, que ha dado muestras con creces de dar la vida por sus ideales, manifestó Raúl.
Emotiva mención hizo de la figura de Frank País, un joven de apenas 22 años que llegó a encumbrarse como el jefe nacional de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio.
Frank es paradigma de la estirpe indomable del pueblo, dijo, y lo caracterizó como un santiaguero de raíces humildes, formado como maestro y profundamente martiano, cuya firmeza política, rectitud moral y valentía lo llevaron a convertirse en pocos meses en líder revolucionario.
Un día como hoy, de 1957, la tiranía hizo realidad su obsesión de asesinarlo, con la absurda idea de que darían fin a una batalla que ya el pueblo había abrazado, y su entierro se convirtió en otra manera de insurrección de los habitantes de la ciudad, del oriente de Cuba y de otras partes del país, subrayó.
En el acto se depositó una ofrenda floral ante la tumba de Frank y su hermano Josué, en nombre del Comandante en Jefe Fidel Castro, y además hubo declamaciones, cantos y poesías alegóricas a la fecha.
La ceremonia fue la conclusión de un multitudinario peregrinaje de decenas de miles de santiagueros por calles de la ciudad hasta la necrópolis, para rendir tributo a los mártires de la Revolución en nombre de toda Cuba.
Amaury Quintana, segundo secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas en la provincia, expresó el significado del héroe como ejemplo para las nuevas generaciones, donde destacan sus dotes de gran organizador, su audacia y fe en la Revolución.
Luis Felipe Rossel, combatiente y compañero de Frank, dijo que para los que conocieron al David de la Clandestinidad, su muerte fue una pérdida irreparable, pero su sacrificio los impulsó a seguir adelante y lograr el triunfo definitivo.
Hace 50 años, los santiagueros despidieron a Frank con una manifestación de luto, la ciudad desafió a la tiranía y se lanzó a las calles a cargar en hombros el cadáver del mártir, agregó, para concluir que quienes combatieron entonces están dispuestos a seguir luchando por el mismo ideal de Frank: la libertad definitiva de la Patria, junto a Fidel y Raúl.
En el acto estuvieron presentes, además, los miembros del Buró Político Comandante de la Revolución Juan Almeida, Esteban Lazo, Misael Enamorado y el General de Cuerpo de Ejército Ramón Espinosa, entre otros dirigentes.
Peregrinación en homenaje a Frank País
En representación de todos los cubanos, más de 100 mil santiagueros participaron esta tarde en la tradicional peregrinación hasta el cementerio Santa Ifigenia, en ocasión de conmemorarse hoy el aniversario 50 del asesinato de Frank País García y Raúl Pujols.
En la casa marcada por el número 451 de la Calle Heredia, esquina a Clarín, se inició la imponente marcha luego de la colocación de una ofrenda floral en este lugar, donde fue velado el cadáver del entonces jefe de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de Julio.
Combatientes de la clandestinidad y del Ejército Rebelde portaron una bandera de varios metros del Movimiento 26 de Julio, mientras jóvenes destacados de los Prograsmas de la Revolución llevaron una Enseña Nacional de similares dimensiones.
La Banda del Estado Mayor General de las FAR encabezó la multitudinaria manifestación en el Día de los Mártires de la Revolución, como homenaje a los caídos, e interpretó himnos y marchas patrióticas, siguida de un bloque de combatientes de la Revolución y dirigentes del Partido, Estado y las organizaciones de masas.
Misael Enamorado, miembro del Buró Político y primer secretario provincial del Partido Comunista de Cuba en Santiago de Cuba, presidió el acto de partida de la peregrinación.
En el transcurso del desfile de unos tres kilómetros por calles de la Ciudad Héroe de la República de Cuba, hasta el cementerio Santa Ifigenia, se sumaron miles de santiagueros, mientras viviendas y centros laborales mostraron en sus balcones y ventanas banderas cubana y del 26 de Julio.
De varios puntos de la ciudad vinculados a la vida de los jóvenes combatientes también partieron decenas de bloques y columnas, para homenajear a quien sobresalió como líder clandestino en la última etapa de lucha armada por la liberación nacional.
Esta tradicional marcha reedita la ocurrida hace medio siglo, con la sentida jornada de protesta y duelo que acompañó el sepelio de los destacados combatientes clandestinos, y que fue el detonador de una huelga general revolucionario que estremeció la capital de la entonces provincia de Oriente, y al régimen del tirano Fulgencio Batista.
Al finalizar la peregrinación los asistentes se concentraron frente a la necrópolis santiaguera para participar en el acto político-cultural por la efeméride.
Fueron depositadas ofrendas florales en lugares conmemorativos como el Callejón del Muro y la Placita de los Mártires, y se reabrió la Casa Museo Frank País García, luego de una restauración.
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