En el juicio por los crímenes cometidos por el Ejército en el llamado Circuito ABO, el caso de Pablo Rieznik quedó impune. Ninguno de los genocidas juzgados fue condenado por su secuestro. Recién en marzo se conocerán los fundamentos del tribunal.
La impunidad es desgarradora. El caso de Pablo Rieznik es paradigmático y demuestra el grado de vulnerabilidad de estos procesos judiciales, llevados a cabo más de 40 años después de los hechos.
Pablo fue secuestrado y trasladado al centro Clandestino El Atlético en 1977, donde fue sometido a torturas. Resistió con valentía y no largó ni un solo dato a los verdugos. Con una enorme movilización en Argentina y en Francia –donde la Unión de Estudiantes Universitarios amenazó incluso con la toma de la embajada argentina si no se liberaba inmediatamente a Pablo– se consiguió su libertad.
El caso de Pablo, denunciado hasta el hartazgo e incluido en los legajos de la Conadep, hoy no tiene “culpables” con nombre y apellido. Pablo fue testigo en los tramos anteriores de la causa ABO en los que su relato acerca de su secuestro y permanencia en El Atlético fue fundamental para que se condenen a genocidas por otros compañeros que compartieron su encierro. La primera vez que Rieznik declaró ante un tribunal desde la reapertura de los juicios fue para brindar testimonio por el caso de Juan Carlos Higa, un joven que logró susurrarle su nombre cuando ambos se encontraban cautivos. Higa aún permanece desaparecido. El alegato de Pablo fue demoledor.
Sin embargo, tantos años después, y ya sin Pablo, su propio secuestro continúa impune y el grito de justicia queda cegado.
Desde lo técnico, deberá revisarse la sentencia recién en el mes de marzo cuando se conozcan los fundamentos y se recurrirá a Casación para demandar que se revoquen las absoluciones.
Celebramos con Cata, Elia, la Tona y el Pollo el grito de justicia por sus familiares y por los 30.000 compañeros detenidos desaparecidos. Nos queda la amargura por la impunidad del caso de Pablo.
Reafirmamos nuestro compromiso en seguir la lucha contra la impunidad y la opresión del hombre por el hombre.
Liliana Alaniz (APeL)
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