sábado, 9 de enero de 2016

Los “Cirigliano” de Macri



La compra de coches CAF 6000 usados para la Línea B de subte realizada por el macrismo pone de relieve un hilo conductor entre la mafia kirchnerista condenada por la masacre de Once y la gestión PRO. En 2013, con la excusa de renovar el material rodante de la línea e incorporar coches con aire acondicionado, Subterráneos Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE) realizó una ruinosa compra de 86 coches de casi 20 años de antigüedad al Metro de Madrid. El escándalo salió a la luz porque los coches literalmente no entraban en los túneles, al ser más altos, más angostos y llevar otro sistema de alimentación. Para adaptarlos, los eficientistas del macrismo rompieron con toda lógica: modificaron el túnel para salvar la compra de los trenes. Las obras de magnitud encaradas para esta completa readecuación mantuvieron a la Línea B con un servicio limitado los días hábiles y cerrado los fines de semana y feriados. Los costos de las obras elevaron el precio por unidad a 1,2 millones de dólares, superando el valor de una unidad nueva.
Entre la compra y la puesta de los coches en las vías mediaron dos años en los cuales los trenes siguieron siendo utilizados, y desgastados, en ¡Madrid! Para financiar este fraude, el macrismo endeudó en dólares a la Ciudad y financió su pago con tarifazos en el boleto llevándolo de 1,10 a 4,50 pesos. La relación entre SBASE y el Metro de Madrid viene de lejos, en 2011 la Ciudad ya había comprado material rodante de descarte. Se trata de compras a medida del vendedor, lo cual fue objetado por la Auditoría de la Ciudad y motivó la apertura de causas penales. En ese momento, Marcelo Ramal pidió la interpelación del Presidente de SBASE, Juan Pablo Piccardo, en la Legislatura, lo cual fue bloqueado por el PRO. Entre los beneficiarios de esta operatoria no sólo se encuentra el Metro de Madrid, para las obras del nuevo sistema de alimentación se contrató a la empresa Zonis, que estuvo involucrada en causas de corrupción en el Belgrano Cargas junto a Jaime y Pedraza, uno condenado por la masacre de Once, el otro preso por el asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra.
Al día de hoy sólo corren cuatro de los 14 trenes armados con los CAF 6000, y lo hacen con el aire acondicionado apagado, porque el sistema eléctrico de la línea no soporta ese nivel de consumo. Para colmo, tienen las ventanillas selladas y, contra lo anunciado por Larreta, no se realizaron las obras de ventilación en las estaciones, convirtiendo a la Línea B en una experiencia insalubre en el verano. ¿Cabe alguna duda que al subte lo gestionan los “Cirigliano” de Macri?
La Agrupación Trabajadores de Metrovías ha denunciado la sistemática violación de los cronogramas de mantenimiento por parte de la empresa (Roggio) y su tercerización, lo que derivó en numerosos accidentes. Frente a este desquicio, los funcionarios macristas acusaron de sabotaje a los trabajadores, al mejor estilo Aníbal Fernández-Randazzo, y promovieron el enfrentamiento con los usuarios, un método fascista. La gestión del macrismo en el subte de Buenos Aires está colocada en el mismo campo social que la mafia kirchnerista condenada días atrás por la masacre de Once.
Los “Cirigliano” de unos y otros son la expresión del parasitismo de una clase social a la cual tributan kirchneristas y macristas, que succiona los recursos del Estado en complicidad con los funcionarios del Estado y la burocracia sindical.

Facundo Lahitte

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