miércoles, 20 de enero de 2016

Precios: aumentos récord para desmentir a Prat Gay



La semana pasada, el ministro de Hacienda Prat Gay sostuvo que esperaba para este año una inflación de 20-25%. Los números de estos días no dan asidero a ese pronóstico, cuya única intención es marcar la cancha hacia las paritarias.

Macri, siguiendo lo que en su momento hiciera el kirchnerismo, va a tomarse su tiempo para presentar un índice de precios minorista nacional confiable. Sin embargo, esto no permite ocultar las evidencias de que, desde que asumió, los precios aceleraron su tendencia alcista.
Según el centro de Estadísticas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la canasta para una familia tipo registró en diciembre una suba de 4,22%, ubicándose en un valor de 15.739 pesos. Se trata del mayor aumento desde febrero de 2014, es decir después de que Kicillof acelerara durante enero de ese año la devaluación del peso que venía ocurriendo desde finales de 2013.
Según las mismas canastas de consumo que elabora la Ciudad de Buenos Aires, la carne subió en diciembre un 13% en promedio, lo que impulsó el precio de todos los alimentos.
Aunque desde el oficialismo sostienen que el salto inflacionario del último bimestre del 2015 ya fue “superado” y los precios se estarían desacelerando durante enero y algunas consultoras como Elypsis buscan darle la razón (en las dos primeras semanas de enero registraron un aumento de entre 0,7 y 0,4 por ciento y prevé para 2016 una inflación de 27 por ciento), son variadas las estimaciones que muestran lo contrario.
Como este diario consignara ayer, Consumidores libres estimó que el promedio para la primera quincena de enero arroja un aumento del 1,62 por ciento en la canasta que releva la entidad.
La escalada de aumentos en los artículos de mayor consumo se da principalmente en aquellos que quedaron fuera del programa oficial de “Precios Cuidados”. Allí se registran aumentos que llegan hasta el 60%. En menos de una semana, Mastellone subió más de un 40% tres de sus leches marca “La Serenísima” (entera y descremada en sachet, y en polvo), mientras que Quilmes remarcó hasta un 60% una de sus cervezas y Unilever incrementó un 46% el lavavajillas cremoso Ala.
Este salto en el aumento de precios, es resultado previsible de las principales medidas tomadas por el nuevo gobierno. Además de haber devaluado un 50% y acotado Precios Cuidados, se agrega la quita de retenciones a productos agropecuarios y el aumento del precio de los combustibles, que incide en la cadena de comercialización y logística impactando en los precios al consumidor. A esto se suma la aceleración de la inflación que se dio durante las semanas de la transición de noviembre y diciembre, y por cuya responsabilidad se pelean los funcionarios de las administraciones saliente y entrante, aunque en realidad es compartida.
Faltará incluir en la cuenta el impacto de las alzas en servicios públicos y tarifas del transporte, previstas para febrero, que según algunos analistas que simpatizan con el gobierno-como Nicolás Dujovne- podría sumar 4 o 5 puntos a la inflación de 2016.

Una ficción para reforzar el cepo al salario

La implausible inflación proyectada de 20/25 por ciento, tiene como finalidad central marcar la cancha de los aumentos salariales. Acompañada con el chantaje de los despidos, que el gobierno de los CEO ya lanzó como fantasma para limitar las pretensiones en las paritarias que vienen.
Mientras el gobierno no para de hacer todos los días nuevos regalos a los empresarios, y les amplía la “libertad” para hacer sus negocios, fijar precios y fugar dólares sin restricciones, sí pretende mantener y reforzar el “cepo” a los salarios, que desde 2014 hasta hoy, perdieron 5 % de poder adquisitivo en promedio y, con las medidas de Macri, volverán a perder lo mismo o más durante 2016.
La pelea por aumentos de emergencia, paritarias libres sin techos, y por imponer verdaderas medidas de control de precios -que sólo pueden ser aplicadas por los trabajadores de forma independiente- son iniciativas fundamentales para enfrentar el ajuste que el gobierno y los empresarios quieren descargar sobre nuestras espaldas.

Esteban Mercatante
@estebanm1870

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