jueves, 14 de enero de 2016

El insólito manual de “resistencia” kirchnerista



Este miércoles por la tarde, a través de las redes sociales, se conoció un pequeño folleto con consejos para la “resistencia” contra el gobierno de Macri.

El folleto, de solo unas pocas páginas, da una serie de instrucciones para lo que define como “micromilitancia”. El objetivo, según lo define el mismo texto, es “ofrecer información veraz a lxs ciudadanxs para despertar conciencia sobre los procesos sociales que se viven y las decisiones gubernamentales que afectan a toda la sociedad”.
Agrega además que “la idea fundamental de estas acciones es lograr nuestro objetivo en el menor tiempo posible y con el menor gasto de energía posible”.
La publicación pretende generar una serie de instancias y propuestas, pretendidamente de resistencia, por parte de sectores que simpatizan con el kirchnerismo, contra el gobierno de Macri.
Con ese objetivo propone una serie de “técnicas de resistencia activa” que van desde utilizar ampliamente las redes sociales para cuestionar la información que se halla circulando, hasta la realización de “mini-actings concientizadores”, pasando por la recomendación de comprar el diario Página12, por lo menos una vez a la semana.
La difusión del manual rápidamente fue furor en las redes sociales donde la enorme mayoría de los comentarios fueron críticos y, como no podía faltar, surgieron “memes” burlándose del contenido del folleto. El diario Clarín informa en su sitio que intentó comunicarse por mail con la persona que lo había empezado a difundir pero no tuvo éxito.
Hasta el cierre de esta edición ningún agrupamiento del espacio kirchnerista lo había reivindicado como propio por lo que no podría descartarse de que se trate de una publicación falsa.

Los consejos

Se puede acceder al conjunto del manual aquí. Presentamos sin embargo, un breve resumen de sus principales consejos.
Compartir en las redes sociales utilizadas habitualmente información veraz y chequeada. En este punto se invita a “elegir noticias simples, directas, de fuente confiable”. Pero se advierte que es preciso “no agregar interpelaciones al lector (del tipo: “Yo te avisé y no escuchaste”, genera rechazo), a menos que sean en primera persona”. También se recomienda no compartir “flyers groseros, ofensivos, burlones, que menosprecien al que piensa distinto o con información sin chequear”.
Participar de foros de diarios de amplia tirada. Aquí el manual recomienda “tener en claro el objetivo de que estemos opinando en un foro determinado: INFORMAR- INTERPELAR- HACER-REFLEXIONAR”, agregando que “no son objetivos de esta acción: persuadir, hacer cambiar de opinión, insultar, menospreciar y, menos que menos, alterarse por las posturas que podemos llegar a ver en los demás. Lo importante es mantener la calma, cuidar nuestro tiempo, energía y no perder de vista el objetivo de la intervención”.
Carteles con datos, información fiable, causas y consecuencias. En este caso se propone “tener a mano un par de fotocopias con información que creamos importante, redactada de manera simple y concisa” para evitar entrar en discusiones. El manual también propone la idea de, cada tanto, liberarlos en espacios públicos o, si se quiere, salir a pegarlos “en paradas de colectivos y postes”.
En lo que parece directamente un “chivo” comercial, el manual propone “comprar el Diario Página12 al menos una vez por semana” para “apoyar de manera concreta este proyecto editorial opositor”.
En la misma tónica de trabajar con los medios gráficos, se plantea “intervenir diarios y otros materiales en los bares. Se puede escribir en los márgenes de los diarios de los bares a los que vayamos. También se pueden escribir mensajes en las servilletas, o dejar impresiones con información. Lemas simples, preguntas, información breve (no insultos o apelativos despectivos)”.
Una de las propuestas más extravagantes consiste en pedir que cambien el canal de TV en aquellos lugares públicos donde se estén “sintonizando canales oficialistas”. El manual recomienda “pedir respetuosamente que cambien de canal, o bien preguntar por qué está puesto ese canal. Si no nos prestan atención, pararse e irse. Siempre de manera amable y respetuosa. En lugares como hospitales públicos u oficinas de atención al público, pedir de hablar con encargados. Si no deseamos ir al choque, pedir simplemente si se puede poner un canal de música. Si nos dicen que tiene que haber un canal informativo, solicitar que sintonicen Crónica TV (suena neutro)”. Así, el segundo “chivo” comercial se lo lleva al canal de noticias.
Como una suerte de intento de construir una suerte de “comunidad propia”, el manual propone “establecer listados de comercios y prestadores de servicios afines a nuestra ideología”. Además, agrega que esto puede servir también para “promover las compras comunitarias para abaratar costos, favorecer el intercambio (…) y toda forma de consumo colaborativo”. Para que no queden dudas este consejo se remata afirmando que “podemos aprovechar este momento social para revisar nuestras formas habituales de consumo y pasarnos a modos más sustentables y comunitarios de vivir”. Algo que, por lo que parece, no se podía hacer en la llamada “década ganada”.

Mini actings concientizadores. Consiste en pequeñas “escenas” cuasi teatrales para “sembrar” conciencia. Desde decir en voz bien alta en el supermercado que un producto aumentó mucho, hasta simular una polémica en un bar con tal de hacer conocidas las opiniones.

Paz y amor “nac&pop”

El manual se encarga de aclarar que todas “estas técnicas están emparentadas con la teoría del “Teatro del oprimido” (Augusto Boal). Al respecto, sería interesante que personas con formación afín pudieran organizar talleres de educación popular para transmitir las posibilidades de este tipo de teatro, ideales para desarrollar en esta época que nos toca atravesar”.
Tanta apelación a la “amabilidad” y a decir las cosas respetuosamente se choca de frente con la dura realidad. Los miles de despidos que ya se están produciendo en la administración pública y en el sector privado se conjugan con los efectos inflacionarios de la devaluación. A quienes salen a protestar el gobierno de Macri les envía la policía como ocurrió con los trabajadores de Cresta Roja o los municipales de La Plata.
Pedir cambiar de canal o retirarse de un lugar porque no lo hacen no parece una respuesta a la altura de las circunstancias.

La Izquierda Diario
@izquierdadiario

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